La mariposa se emocionó al oir la pregunta que esperaba. "Dile que si" me decía, pero la ignoré mandándola al rincón de donde había salido.
—Cam es un buen chico, pero... – Grayson me interrumpió.
—Tú le gustas. – Dijo.
—No creo gustarle más que Valerie y la respuesta es que quizás me agrade, pero, me quedo como su amiga.
—Eres muy sincera. – Sonrió. —Y quiero conocer a esa chica, Valerie. Me hablas de ella y no se quien es.
—Es la chica del laboratorio de fotografía. Un día te llevaré.
—¿Prometido?
—Prometido. – Reí. —Siguiente pregunta.
—¿Qué te contó Ethan el otro día?
—¡Tramposo! – Negué con la cabeza riendo. —No te voy a decir, no seas curioso, Dolan.
Grayson me miró y levanto una ceja.
—Perdón, Gray. No te voy a contar.
—¿Tiene algo que ver conmigo?
—Contigo, conmigo, con Cam, con todos. – Sonreí. – Última pregunta.
—¿Ya es la última?
—Sip, curioso. – Reí.
—Bueno, conoces a Bri mejor que nadie y me conoces bastante a mi, ¿cierto? – Asentí. —Bueno, ¿crees que Bri es lo mejor para mí y yo para ella?
Abrí los ojos de par en par. ¿Que? ¿Ahora dudaba? ¿Y me preguntaba a mi?
—Bueno, no se trata de lo que opine o lo que la gente diga, aunque ya lo escuchaste; dicen que ustedes dos son la pareja perfecta, pero te repito, los comentarios de la gente no importan, lo que verdaderamente importa es lo que vos y ella sienten. Si la amas y ella a ti ¿qué importa lo demás?
Grayson tenía la mirada baja al igual que la cabeza.
—Gracias. – Musitó.
—Cuando quieras.
Levantó la mirada de pronto e hizo que me corriera hacía atrás por el repentino movimiento.
—Me tengo que ir, discúlpame con Bri, ¿si? – Se levantó del sillón y caminó hasta la puerta.
—¿Porqué te vas? – Pregunté, desorientada.
—Las preguntas ya se terminaron. – Sonrió. —Hasta mañana, Pau. – Salió por la puerta.
Dejó la habitación vacía y a mí en ella.
Cuando lo capté, pude distinguir también un deseo de mantener su presencia acá, conmigo.Me di la vuelta y mire la rosa sobre la mesa, suspiré. Salí casi corriendo hacia mi habitación y rebusqué en el cajon de mi escritorio aquellas fotos con el rostro de Grayson. Me quedé sentada en el suelo de la habitación, apoyada en uno de los lados de mi cama, mirando las fotos que tenía en las manos. ¿Qué era eso que sentía en mi estómago? ¿Por qué el corazón se me aceleraba cuando no debía? ¿Por qué sentía que Grayson me gustaba? Era muy atractivo, sin duda y cariñoso, también.
Estar a su lado era como no querer que el tiempo pase, querer detener las agujas del reloj y mandarlas en sentido contrario. Su mirada avellana era como la fábrica de luces para navidad. Me hace sentir hermosa cuando me besa en la mejilla, su sonrisa me llena de algo que me es inexplicable. El de alguna forma me hace recordar lo que es sentir, saber que una existe.
Dolan, Grayson, como sea. El nombre es lo de menos, porque ahora me invadía una angustia que me comenzó a cortar la respiración y hacía que las manos desprendieran sudor frío.
No. Yo podía fijarme en cualquier chico, cualquiera. Excepto en uno. Tiré las fotografías dejándolas desparramadas por todo el interior del cajón y lo cerré fuertemente. Yo no podía fijarme en Grayson.
—¡Pau! – La voz de Bri apareció lejos, junto a la puerta de entrada que apenas había cerrado para meterse al departamento y como impulsada me levanté del piso y salí de mi habitación. Miré a Bri.
—Hola. – Musité.
—¿Dónde está Gray? – Preguntó, dejando su bolso sobre el sillón.
—Se fue.
—¿Cómo? ¿Vino y se fue?
—Si. – Me encogí de hombros. —Me dijo que lo disculparas pero que tenía que irse. – Tragué saliva escandalosamente.
—¿Estas bien?
—¿Yo? Si, ¿por qué no estarlo? – Traté de sonreír.
—Te conozco y pareces nerviosa.
—¿Nerviosa? ¿Yo? – Reí. —No, para nada.
—Pau. – Me miró, con esos grandes ojos color marrón que me acusaban. —Ay, ¿sabes que? Olvidalo. – Movió la mano como restandole importancia al asunto. —Estoy muy cansada hoy. – Bostezó y luego miró hacia la mesita de centro. —¿Y esa rosa?
Abrí los ojos como platos.
—Eh...emm... – Tartamudeé.
—¿Te la dio Cam? – Sonrió picaramente.
—Grayson. – Solté.
—¿Te la dio Grayson? – Su ceño se frunció, y su tono de voz era de confusión.
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MANUAL DE LO PROHIBIDO ➳ gd
Hayran Kurgu¿Alguna vez has deseado algo prohibido? Como si esa cosa estuviera en la lista de "No toques, no codicies" pero que cada momento te incita más a tenerlo. Novela adaptada. # 1 dolantwins