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—¿En quién? – Volvió a preguntar Cam.

Lo fulminé con la mirada queriendo taparle la boca en ese instante, las manos comenzaron a sudarme ante la posiblidad de quedar en evidencia.

—En mi amigo... que dejé en California. – Mentí.

—¿Qué clase de amigo? Cualquiera podría enamorarse de un amigo. – Dijo Cameron.

—Enamoramiento no, Cam. – Especifiqué de nuevo, Grayson sólo se mantenía en silencio pero atento. —Y es un amigo, cercano y a una amiga también le gusta, entonces... – Cam me interrumpió.

—Tienes miedo de perder la amistad de tu amiga por haberte fijado en el mismo chico que ella. – Dijo Cameron.

—¡Exacto!

—Bueno pero, ¿quien se fijo primero en el chico?

—Ella. – Musité.

—Pero vos ya te fuiste de California, ya no importa o ¿si? – Preguntó Grayson, quién había estado como una estatua hasta ahora.

—Eemm.. – Murmuré.

—Igual yo creo que lo hubieras hablado con tu amiga, en vez de especular tú sola las cosas y castigarte a ti misma. – Interrumpió Cam. —Digo, no era su novio y ella no era tu mejor amiga. – Se encogió de hombros.

Me empecé a reír y ambos me miraron.
Si Cameron supiera a quién me refería ni siquiera hubiera dicho lo último.

—¿Qué es gracioso? – Preguntó Grayson.

—Nada, solo que...nada. – Moví la mano como restandole importancia.

—¡Mira, Paula! – Me dijo Cam. —¿Ese lugar no te parece ideal para una fotografía? – Cam apuntó hacía un edificio a lado de un canal.

—Que buen gusto tienes Cam. – Concordé. —Le tomare una fotografía.

Saque con la mano libre la cámara de mi bolso y luego me quedé en silencio y sin actuar, porqué Cam aún tenía su mano atada a la mía.

—Cameron, creo que Paula necesita sus dos manos. – Dijo Grayson.

—Oh cierto, perdón. – Enrojeció un poco y soltó mi mano.

Le sonreí y apunté el lente de la cámara hacia el edificio y saqué la fotografía.

—¿Un fiore per la ragazza? – Musitó alguien detrás de mí.

Me di la vuelta y obtuve la imagen de una señora con un canasto de rosas rojas que le hablaba a Grayson, mientras que Cam estaba distraído mirando las palomas.
Grayson me miro y luego me sonrió. Entonces miro de nuevo a la señora.

—Dammi uno. – Dijo Grayson.

Ella le acercó la canasta y Grayson eligió una rosa  y luego sacó del bolsillo de su pantalón un billete.

—Ecco. – Le dio el billete y le sonrió.

—Grazie bel giovane. – Dijo la señora y luego me sonrió a mí para después alejarse.

No había aprendido italiano, pero al menos, ya estaba un poco más familiarizada con las palabras y pude entender la conversación entre Grayson y la señora. Ella le había ofrecido una rosa, él le había comprado una. Seguro se la llevaría a Bri.

—Ten. – Pero me la dio a mi y me dejó en blanco.

—¿Que? – Pregunté.

—Es para ti. – Respondió Grayson.

—Gracias. – Tome la flor entre mis manos y sentí que el rubor corrió por mis mejillas, así que desvíe mi rostro y miré a Cam, quién aún seguía entretenido observando las palomas que volaban en el cielo.

Agarré mi cámara y tome una fotografía del perfil de Cam justo en el momento exacto en que las palomas volaron. Una fotografía maravillosa. Cam me miró.

—Hey, pudiste haberme avisado. – Me dijo y yo reí.

—No, saliste más lindo así.

Cam se sonrojó de nuevo y luego bajo la mirada percibiendo así la flor en mi mano.

—¿Y esa flor? – Preguntó Cameron.

—Se la dí yo. – Dijo Grayson orgulloso.

—Entonces yo tengo que comprarte un ramo completo. – Bromeó Cam.

—Lo haces parecer una competencia, Cam. – Dije, queriendo seguirle la broma.

—Claro que no es una competencia. – Dijo Cameron. —Yo no estoy compitiendo con nadie, Grayson no es un jugador, él ya tiene dueña. – Bromeó Cam.

Grayson sonrió, pero esa sonrisa le hacia falta ¿alegría?

—Me haces sentir como un trofeo. – Dije riendo.

—Non un trofeo. Tu sei una principessa bella e mi piace essere il vostro principe. – Musitó Cam.

El rostro de Grayson se endureció y su ceño se frunció ante las palabras que Cameron había pronunciado. ¿Pero que había dicho?

—Tell in spagnolo. – Dijo Grayson, seriamente

 —No, mi vergogno. – Musitó Cam.

—¿Qual é il tempo a flirtare con lei? Non capisce. – El rostro de Grayson se volvía serio y su voz no tenía ese tono amable.

—Perché so che gli piace l'accento italiano. – Dijo Cameron y se encogió de hombros.

—Non vedo il punto. – Grayson se cruzó de brazos y luego me miró.

No sabía cual era mi expresión, pero hasta sentía un signo de interrogación dibujado por encima de mi cabeza. Odiaba no entender nada.

—Cameron dice que eres una bella princesa y que a él le gustaría ser tu príncipe. – Me dijo Grayson, pero parecía enojado.

—¡Stai zitto! – Protestó Cam a Grayson.

Miré a Cam, enternecida.

—Que lindo, Cam. Gracias. – Dije y él se ruborizó. Sin embargo, Grayson permanecía de brazos cruzados y con el ceño fruncido.

La mariposa apareció de pronto, bailando de alegría porqué creía que lo que Grayson tenía eran celos y aunque no quisiera aceptarlo, a mi también me gustaba la idea.

MANUAL DE LO PROHIBIDO ➳ gd   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora