ZORO
Conduje muy rápido, todo lo rápido que mi moto podía. Ella esta embarazada, cada vez que lo pienso se me pone el pulso a 1000. Ella se empeña en estar con Law solo porque el bebé que crece en su interior es suyo. No lo entiendo. Si Robin me dejara... podria cuidar de ese niño, podria cuidarlo como si de mi hijo propio se tratase, pero ella se empeña en pensar que debe estar con Law.
Me recorrí toda la ciudad y las afueras con la moto a todo lo que ella daba, ya esta en el parking descansando, y yo subiendo las escaleras de camino a casa.
Al abrir la puerta me encontre con Sanji y con Nami. Recorri la casa hasta mi habitación esquivando los comentarios, sugerencias e insultos que provenían de la bruja, aveces me pregunto que le vio Sanji.
Una vez en mi habitacion me quite la ropa quedándome en ropa interior y me tumbe en la cama boca arriba, quiza debería hablar con Robin... no losé.
Pensando en Robin y en todo lo que ha pasado y esta pasando, poco a poco fui cerrando mi ojo sano, me quede profundamente dormido.Me desperte al escuchar el sonido de la puerta, esta se abria lentamente. Me quede mirando para descubrir que la persona que la abría es Robin, llevaba un vestido amarillo precioso con el cual resaltaban sus maravillosas curvas. Al pasar cerró la puerta a su espalda quedando apoyada en ella.
-Robin, ¿que haces aqui?- pregunte sentado en mi cama.
-Queria hablar contigo. Creo que este enfado nuestro es una estupidez, y creo que los dos formariamos una gran familia... siempre y cuando aceptes al niño que crece en mi interior- se acercó a mi sonriendo.
-Claro que si, te prometo que cuidare de ese niño como si fuera mio.- le di un beso en la barriga.
-Te amo Zoro- me dijo.
De repente note como Robin cerraba poco a poco sus ojos para caer encima de mi. Al apartarla de mi para ponerla encima de la cama me di cuenta de que sangraba, ¿que es lo que le ha pasado? Sangraba por la barriguita donde estaba su bebé, intento parar la hemorragia, pero es imposible... intento llamarla y grito para que Sanji y Nami me escuchen, pero nadie me olle.
De repente Robin me agarró de la mano y abrió un poco sus ojos para volver a cerrarlos. Se está desangrando delante de mis ojos, y yo no puedo hacer nada, estoy bloqueado.
La puerta de mi habitación vuelve a abrirse esta vez de manera mas violenta.-La culpa de todo esto es tuya- es Law, hecho una furia.
Lleva una catana muy grande en sus manos, la alza e intenta con gran fuerza partirme por la mitad. Noto un gran dolor en mi costado, y abro los ojos de nuevo, todo ha sido un sueño.
El dolor es provocado por una de mis catanas, que descansan en mi cama.Estoy alterado, sudando y preocupado.
Pienso en llamar a Robin, pero no tengo su número. Espero que este bien.
Me pongo un pantalón y salgo al salón.
-Nami, necesito que llames a Robin.- se dieron cuando de mi cara.
-Zoro... ¿que pasa?- preguntó Nami alterada.
-No pasa nada, solo llamala. Asegúrate de si esta bien. Yo voy a su piso mientras tanto.-
-Esta bien.- me dijo Nami mientras yo salia de mi casa.
Cogi de nuevo mi moto, el piso de Robin no esta muy lejos, pero tengo demasiada prisa como para ir andando. Gracias a dios no me perdi, llegue directo a su piso, deje la moto en la entrada del edificio y me apresure a entrar, una vez dentro, subi las escaleras como si no hubiera un mañana. Llame a la puerta fuerte, muy fuerte, estoy muy preocupado.
-¡ROBIN!- grite. -Robin por favor si estas ahi dime algo...- dije desesperado.
Volví a llamar con fuerza a la puerta mientras gritaba su nombre una y otra vez. Por el escandalo formado salió de su piso un hombre muy mayor, tiene unos 70 años, lleva el pelo afro aunque muy negro, sin una sola cana. Vestia un traje elegante, aunque muy colorido.
-Jovencito, no son maneras de llamar a una puerta, si la chica no quiere abrirte está en su derecho... yohohoho.- se rio de manera extraña.
La puerta de Robin se abrió, es ella.
-Tranquilo Brook no pasa nada, es un amigo que al parecer tiene algun problema.- le dijo sonriendo.
-Si tienes algún problema no dudes en llamarme yohohoho- volvio a reir. -Por cierto señorita Nico Robin, seria tan amable de enseñarme sus bragas...- dijo con la misma cara que pone Sanji o Franky cuando les gusta una chica.
-Pero usted que se piensa, claro que no le va a enseñar sus bragas. Maldito viejo verde.- dije hecho una furia ¿de que va este anciano?. Robin solo sonreia.
-Tranquilo Zoro, pasa.- me dijo Robin mientras mantenia su sonrisa.
Una vez dentro escuche que ella le decia...
-Gracias por ser tan buen vecino y salir de tu casa por mi, eres un sol-
-De nada Robin... yohohoho- y éste cerro la puerta de su casa.
Robin entro al piso y cerró la puerta. Se me quedó mirando fijamente. Con su mirada me indico que fueramos al salón, ella fue la primera, yo la seguí.
-Sientate Zoro- me dijo.
Me senté como si de su esclavo se tratara. Ella se sento en el mismo sofá pero separada de mi.
-¿Quieres algo de beber?- me pregunto muy gentil.
-No, Robin... yo...- dije mirandola.
-¿Que ocurre?- me miró con la cara triste.
-Solo quería saber si estas bien.- intente cogerle la mano, pero la apartó de mi.
-Pues si, estoy bien, gracias por preguntar.- se nota que no me guarda rencor alguno, supongo que entendió que me marchara del hospital de esa manera.
Robin, esta preciosa, mas que en mi sueño, ya esta empezando a refrescar. Lleva una camisa de manga larga, ajustada a sus curvas y con un buen escote, la camisa es de color malva, a juego con unos pantalones de pata recta en color negro con zapatos de tacon en el mismo tono.
Su pelo como en muchas ocasiones lo lleva suelto, se le nota humedo, supongo que salió hace poco de la ducha.-Verás Robin... hace un rato... soñé contigo- le dije mirandole a los ojos fijamente.
-¿Enserio? ¿que es lo que soñaste?- me dijo emocionada.
-Robin... soñe que morias...- sus ojos se tornaron tristes y oscuros. -que morias en mis brazos y yo no podia hacer nada.-
-Tranquilo espadachin... estoy bien- y me dió un abrazo muy cálido. Lo hechaba de menos.
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PENSANDO EN TÍ
FanfictionNuestro Zoro se enamorara perdidamente de una chica preciosa y descubrira su nombre y algunas recuerdos del pasado que regresaran. El tendrá que decidir entre amarla o luchar contra ese sentimiento. Posdata, es la primera vez que escribo, cualquier...