Pequeña confesion

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-¿Siempre bebes sake?- me preguntó una dulce voz mientras se sentaba a mi lado y pedia un cosmopolitan. Yo no movi la cabeza. No cambié mi posición.

-Si, ¿tu siempre mientes?- le pregunté mientras daba un trago a mi botella de sake recién servida y a sabiendas de quien era.

-Asi que tu nombre es....- me dijo con ironia. -Vamos...¿ no me digas que no sabes como te llamas?- me dijo enfadada.

-Zoro, mi nombre es Zoro. Ahora te toca a ti responder. Es una pregunta cada uno ¿recuerdas?- le dije, recordándole la noche que la besé y yo descubrí su nombre.
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-¿Que se supone que debo responder?-

-Tu, ¿siempre mientes?- continué sin mirarla, solo bebiendo sake.

-Yo no te he mentido- me contesto Robin confusa.

-¿A no?- pregunte levantandome de mi taburete y poniéndome muy cerca de ella. -¿Y ese tio que está ahí hablando con Rayleigh quien es?.- ya estaba arto de las mentiras de esta dichosa mujer.

-El es Law, ya lo sabes.- me dijo restandole importancia.

-Ese tal Law es tu prometido ¿no es asi?- le dije volviendo a mi asiento.

-Si, es mi prometido. Tu me preguntante si tenía novio. Técnicamente no mentí.- me dijo Robin.

-No me lo puedo creer. Me dices eso y, ¿te quedas tan tranquila....?- dije enfadado apunto de levantarme.

-Espera Zoro- me cogio del brazo -tu también tienes novia... o, novias. Y no me lo dijiste.- me dijo cabizbaja.

-No te lo dije porque tú no me lo preguntaste. Ademas.... no son novias... son lios.-

-¿Acompañas a todos tus lios de fiesta?-

-Tashigi me lió, no pude decirle que no.-

Despues de decir esto último, quedemos en silencio. Yo me bebia mi sake y pedia otra botella. Y Robin se bebia su cosmopolitan, estaba tan elegante, sexy, preciosa, el blanco le quedaba increible, hacia resaltar su sedoso cabello negro y sus increibles ojazos azules. Cuando me termine la botella y empecé con la otra, noté que Robin me miraba. Me gustaba como me miraba, ella es de las pocas personas que me miran a la cara, y no, únicamente a mi asquerosa cicatriz.
Viendo que Robin seguía mirandome, y esta vez mas sonriente de lo normal le dije.

-¿Que pasa?- en tono enfadado.

-Estas muy guapo- dijo ella con una sonrisa mas amplia que antes.

-¿Por eso tienes que mirarme asi?-

-Zoro... me gustaría que hablaramos a solas... quiero dejar el asunto zanjado- dijo con su rostro, esta vez mas serio.

-Está bien, vamos- nos levantemos de nuestros asientos, mientras caminabamos Robin me cogió de la mano. Las tiene muy suaves.

A los 5 minutos dejemos atrás el enorme jardín, para entrar dentro de la gran mansión. Por dentro es aún mas espectacular que por fuera. Robin parece conocer bien la mansión. Vamos directos, sin pensar, lo tiene claro, se le nota. Me di cuenta de que casi todo el mundo la saludaba.

-¿De que te conocen tanto?- pregunte curioso alzando una ceja.

-Veras. Torao es uno de los mejores cirujanos del pais. Es un hombre muy conocido, y yo estoy con el 10 años. Es normal que me conozcan ¿no?.-

-Pero la fiesta es de Rayleigh, ¿porque todo el mundo os conoce? No lo entiendo-

-¿Sabes el porque de esta fiesta?-

-La verdad es que no. Solo se que Rayleigh es un empresario que se dedica a la fabricacion de medicamentos y a la investigacion de enfermedades.- dije.

PENSANDO EN TÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora