Intentando recordar

346 22 1
                                    

Han pasado varios dias, ya estoy en casa, no en casa de mis padres, no, estoy en mi pequeño pisito con mi hermana.
Me encuentro bien, y Hancock se pasa casi todo el dia con su nuevo novio llamado Luffy. Torao se pasa casi todo el dia conmigo, cuidandome, no es que Torao me moleste, pero me resulta un poco agobiante. Él se empeña en que no me mueva del sofá o de la cama, no me deja hacer prácticamente nada, y eso para mi, es aterrador.
Desde que salí del hospital, el espadachin, cuyo nombre aún no me ha dicho, no lo he vuelto a ver desde que estoy en mi pisito.
Luffy dice que la presencia de Torao le resulta molesta. Nose porque, pero tengo muchas ganas de verle. Hoy Torao me ha dicho que tiene que volver a sus viajes de trabajo, dice que tiene que cerrar algunos tratos... creo que esta un poco feo el pensar que quiero que Torao se vaya, después de todo llevo un anillo en un dedo de mi mano izquierda, ese anillo es de compromiso. Recuerdo el dia que me pidio matrimonio, pero no recuerdo que me regalara ningún anillo.
Intento no machacarme mucho la cabeza, son demasiadas cosas que recordar, demasiado que pensar...

-Nico, yo tengo que irme ya si quiero coger el avión. ¿Necesitas algo antes de irme?- me preguntó Torao sentandose a mi lado en mi sofá de tres plazas.

-No, no te preocupes, estoy bien, Hancock y Nami, vendrán enseguida.- le sonreí.

-Muy bien, cualquier cosa me llamas al móvil y vuelvo a tu lado.- dicho esto me dió un beso muy tierno en los labios.

Torao se levantó poco a poco del sofá mientras me miraba. Cogió su abrigo largo de color negro y se puso su sombrero blanco con unas manchitas negras. Se dirigió hasta la puerta para abrirla, y antes de salir me miró de nuevo y me dijo. -Te quiero Nico Robin-. Yo solo le contesté con una sonrisa, y acto seguido Torao se marchó.

En cuanto Torao salió por la puerta, me levante con cuidado para buscar mi movil de entre las cosas que habian dentro de mi bolso. Cuando lo encontré volvi al sofá y me senté cruzandome de piernas.
Busque a Hancock y me dispuse a escribirle un mensaje.

"Hancock, Torao ya se ha marchado, necesito que me hagas un favor. Pidele a Luffy el número del espadachin y mandamelo. Necesito verle, saber de él, como está, y tambien necesito hablar con él, sigo sin entender el porqué él y Torao no se llevan bien. Se qué el Doctor me dijo que poco a poco iría recordando, y asi es, ya lo sabes, pero tengo muchas preguntas que necesito resolver. Te quiero mucho. Un beso Robin."

Una vez enviado el mensaje, Hancock no tardó mucho en responder.

"Mi querida hermana mayor, se que tienes preguntas sin resolver, pero no puedo mandarte el numero de tu espadachin como tu lo llamas, lo he hablado com Luffy y creo que de momento será lo mejor. No te enfades mucho conmigo. Te quiero gordi. Hancock."

Después de leer este mensaje, me cabreé, no puedo creer que con 30 años que tengo me traten como a una niña. Si quiero saber, no es de la incumbencia de nadie, ni siquiera de mi familia.
Enfadada, me di una ducha, me vestí, y salí de mi pisito, no sin antes cogee mi bolso con mis pertenencias.
Cuando salí del edificio me dirigí al Café de Violet. Alli estaba Sanji, fue a una de las primeras personas que empecé a recordar, y esque ese olor a tabaco, y su tipico cigarrillo en la boca era algo suyo, no habia nadie mas con ese olor. Me sente en una mesa dentro del Café, ya era invierno y en la calle hacia muchismo frío.
Violet no tardo ni 1 minuto en venir corriendo hasta mi mesa. Estaba guapisima como siempre.

-Cuanto tiempo Robin...- me sonrío. -¿Que te apetece tomar?- me preguntó sacandose una libreta y un bolígrafo del bolsillo de su pequeño delantal.

-Buenas tardes Violet.- le sonreí. -Con un zumo de piña voy bien.-

-Muy bien Robin. Enseguida te lo traigo.- y sonriendo se marchó.

De mi bolso saque un pequeño libro, me dispuse a leerlo mientras Violet me traía mi pedido. No me dio tiempo a finalizar la pagina que estaba leyendo, Violet fue muy rápida.
Volví a mi lectura, cuando cogí el vaso para dar un pequeño sorbo, vi al espadachin, de espaldas, estaba hablando con Sanji en la calle. Me encantaba su figura, era un chico muy atractivo, y muy guapo, en su ojo sano tenia un brillo increible, y su sonrisa torcida me encantaba.
Intenté volver a mi lectura, pero al saber que él estaba alli me fue imposible. Cerré mi libro y volví a guardarlo en mi bolso. Cogí el vaso, y ne dirigi hasta la puerta del local para salir a la calle.

-Hola espadschin- le sonreí.

El se giro y se me quedó mirando.

-Hola Robin- me dijo cavizbajo. -¿Como te encuentras hoy?- me preguntó.

-Estoy bien, pero ¿te importaria que hablaramos?- le dije achicando mis ojos.

-¿De que quieres hablar?- se cruzo de brazos.

Yo no sabia que responderle, Sanji se nos quedo mirando desde su taburete, supongo que el pobre no sabia si quedarse o irse de alli, le dio una profunda calada a su cigarrillo para después apagarlo en el cenicero que habia en la alta mesa.

-Es un placer volver a verte Robin.- y me beso la mano, como siempre. -Nos vemos marimo- dijo esta dirigiendose al espadachin para despues marcharse.

-Espadachin, ¿vendrias a mi casa?- le sonreí.

-Claro... supongo... nose... ¿a Law le sentará bien?- me dijo entornando sus ojos y deshaciendo el cruce de brazos que habia mantenido desde que llegue.

-No te preocupes por eso. Torao se marchó hace un rato. ¿Vienes o no?- volvi a sonreirle.

-Claro, vamos.-

Caminamos hasta llegar a la puerta del edificio donde estaba mi pisito. Al entrar en mi casa Chopper nos recibió muy contento, movia su cola de lado a lado con mucha rapidez, y se subía al espadachin buscando jugar con él.
Vi un gesto en mi teñido peliverde que me encantó. Empezo a acariciar a Chopper y ha hablarle como si de un niño se tratara, fue una imagen increible, inco rodilla en el suelo para dejar que Chopper siguiera lamiendole y jugando con él.

-¡Vaya! Parece que Chopper te conoce bien- sonreí.

-Si, eso parace...- y se levantó del suelo.

Fuimos a mi cocina, le propuse tomar algo, pero rechazo rápidamente.

-Robin...-dijo cansado. -¿Que quieres?-

-Tengo muchas preguntas sin resolver, y creo que tu eres el único que puede responderlas.- le mire fijamente y con el rostro serio.

-Pues adelante... pregunta.- me miro desde su silla.

-Quiero saber tu nombre.-

-Robin... no creo que sea buena idea.- Hizo el amago de levantarse, pero de nada le sirvió, yo fui mas rápida y ne acerque a él impidiendole el movimiento. -Si te ne acercas tanto... yo...- bajo la mirada.

-¿Tu que? Vamos espadachin... háblame... lo necesito.- acerque de manera peligrosa mi rostro hasta el suyo.

-Robin... eres preciosa.- dijo mientras cogía un mechón de mi pelo que caía sobre mi cara para colocarlo detrás de mi oreja.

-Espadachin...-

Despacio fuimos uniendo nuestras bocas, nuestras lenguas, no sabia porque, solo sabia que lo necesitaba.
De pronto una imagen recorrio por mi mente, estábamos en una sala algo oscura, sentados en un sofá de dos plazas, el me estaba besando y acariciaba mi piel.
Nos separemos por falta de aire.

-Lo siento Robin... yo.... será mejor que me vaya.-

-¡No!, no porfavor no te vayas, poco a poco me vienen imágenes tuyas, mias... nuestras... ayúdame a seguir recordando.- Apoye mi frente con la suya. -Dime cual es tu nombre- volvi a pedirle.

-Mi nombre es...- suspiro. -Roronoa Zoro.-

PENSANDO EN TÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora