Pensando en ti

373 18 0
                                    

ROBIN

Recuerdo estar en los brazos de Sanji, recuerdo haberle dicho que no llamara a Zoro para no preocuparlo, recuerdo el dolor que sentia por cada parte de mi cuerpo, los agudos pinchazos que atacaban mi barriguita y mi espalda junto a mi pecho, y recuerdo el olor a hierro, ese tipico olor a sangre, el color rojo, mis manos, mi cuerpo, y la mayor parte del cuerpo de Sanji. Entre olores, pinchazos y colores trazando enormes manchas en piel y ropa... perdí el conocimiento, o al menos eso creo, ya que de un momento a otro todo se volvio oscuro, apenas podía escuchar las voces de Sanji y Nami pidiendo ayuda, poco a poco fuí perdiendo los sentidos, primero mi vista, tacto, gusto y olfato, fué algo de lo que realmente no me percaté, pero tampoco sentía nada. Mi boca ya era una pasta, el tacto lo perdí en el momento en el que no podia moverme y el olfato... bueno... el olfato fue algo que duró bastante, el olor a hierro de la sangre se penetró dentro de mi casi de manera permanente.

-¡Bisturi!- hablaba una voz muy conocida para mi.

-Aqui tiene señor.- decia una voz femenina muy extraña.

-Dios mio- decia una segunda voz femenina.

-Tranquilo, lo harás muy bien- una tercera voz, pero ésta masculina.

Fui escuchando varias voces, no sabia de lo que estaban hablando, y tampoco donde estaba, pero por la conversación y por el ultimo sitio que pude visualizar, estoy en un hospital.
¿Que me están haciendo? ¿que es lo que pasa? les escucho hablar y estan muy preocupados, pero ¿porque?.
Fueron pasando las horas y escuché algo increible, a mis oidos llegaron unos sonidos magicos para mi.

-Todo ha salido bien Trafalgar- decia la voz masculina de antes.

Espera un momento, ha dicho ¿Tragalgar? ¿que significa esto?

-Si, gracias a dios... si-

-Bien, vayamos a dar la noticia a los familiares.- proseguia la voz masculina que no conocia.

Ese sonido que impregno mis oidos desapareció, ya no escuchaba esos mágicos sonidos, solo a un par de personad dando vueltas a mi alrededor, pero no se para qué.

ZORO

-Dios mio, es imposible- dije con la boca abierta.

-Es precioso- proseguia Nami, con una cara como si hubiera delante de ella muchisomo dinero.

-Increible-. Decia Sanji.

-Familiares de Nico Robin- dijo el cirujano junto a Law. Todos nos dirihimos hacia ellos. -Os presento el bebé de la señorita Nico Robin, hemos tenido que hacerle una cesarea y sacarle el bebé lo antes posible, de lo contrario habría muerto. Gracias a dios la señorita Nico Robin estaba casi cumplida, y tanto el bebé como ella se encuentran bien.-

Dios mio no lo podia creer, tenia unas ganas inmensas de llorar.

-¿Es una niña? ¿o un niño?- preguntaba Nami ansiosa por saber.

-Una niña Nami.- le respondia Trafalgar.

-¿Donde esta Robin? ¿puedo verla?- tenia unas ganas inmensas de saber como estaba.

-Esta en recuperacion, tranquilo, en un par de horas... si todo va bien podras verla.- me respondió el cirujano. -Supongo que tu eres su pareja ¿no?- asenti con la cabeza. -Muy bien, toma, puedes coger a tu hija.-

Trafalgar puso una cara horrible, pude comprobar que no le sentó bien que me entregara a la niña. Era preciosa, pequeñita, indefensa, y mia, la sentia mia. Posiblemente la niña no era mia, pero no me importaba, me acababa de enamorar de ella y la quise al instante...
Todos los chicos se acercaron, no tardaron ni un minuto.

-Zoro, yo creo que tiene hambre ¿porque no le das carne?- decia el idiota de mi amigo Luffy.

-Luffy, no seas idiota, como le va a dar carne a un bebé- gritaba Nami.

-Nami, no grites, vas a hacer que el bebé llore, y si el bebé llora, yo tambien suuupeeeer llorareeeee.- al final Franky lloró.

-¡Chicos!.- Trafalgar impuso autoridad, y todos se le quedaron mirando. -El bebé necesita tranquilidad... vamos Zoro... acompañame.-

-¿Que te acompañe?- dije enarcando una ceja.

-Si, a la habitacion donde Nico estará unos dias.- sin mas queja le seguí hasta la habitacion indicada.

La habitacion ya estaba preparada con una cuna y demas cosas, yo me senté en un sillon al lado de un gran hueco vacío y continué contemplando a mi niña.

ROBIN

Poco a poco fui abriendo los ojos, lo primero que hice fue tocar mi barriga, ya estaba mas que desinflafa.
Con la mano, intente llamar a una chica que estaba a mi lado.

-Tranquila señorita, tiene que descansar, en unas horas la subiremos hast su habitación.- me dijo muy sonriente.

-Mi...mi... mi be...mi bebé, ¿donde... donde esta?- pregunto con un tono de voz casi inaudible.

-Su bebé esta bien, esta en su habitacion junto a su padre. Descanse señorita Nico.- y salió de la habitación.

¿Junto a su padre? ¿que padre? ¿sera Torao? ¿o quizas Sanji se hizo pasar por mi pareja? Dios mio me duele muchisimo la cabeza.

ZORO

Ya habia pasado mas tiempo del que me habian dicho, me estaba empezando a mosquear y muchisimo, note el sonido de la puerta, estaban llamando, yo no hablé, no dije nada.
La puerta se abrió, eran los padres de Robin.

-Hola Zoro- me decía su madre con una sonrisa. -¿Puedo cogerla?- me preguntó.

-Claro Alvida.- le dije mientras se la entregaba.

-Asi, que tu eres el famoso Zoro.- me decia su padre mientras me miraba con desprecio.

-Si, señor- fué lo único que pude decir.

-Llamame Edward.-

-Claro, como mas me guste-

-Chico- se acercó mas a mi. -¿Quieres a mi hija?- me pregunto.

-Si, claro que la quiero.- ne puse nervioso.

-¿Que te ha pasado en el ojo?-

-Cosas de la vida Edward.-

-Está bien.- puso su rostro serio y se fue junto a su esposa y mi hija.

Poco a poco, fuimos hablando y creo que mas o menos nos entendemos, pero la cosa no se si pinta demasiado bien.
La puerta se abrió, dando paso a una cama con alguien dentro y a una chica empujando la cama.
Me levanté de la silla para comprovar que era Robin, y asi era. Me acerque a ella, estaba despierta, me sonreia, yo la agarre de su delicada cara.

-No sabes el miedo que he pasado- pegue mi frente a la suya.

-Tranquilo, estoy bien.- me acaricio las manos.

-Si te llega a pasar algo yo...- me puso un dedo sobre mis finos labios para callarme.

-No me ha pasado nada. Estoy aqui contigo, siempre estaré contigo.-

-Robin... te amo, no me des mas estos sustos por favor.- una lagrima calló de mi ojo sano.

-No llores mi vida. Yo tambien te amo, y ya estoy contigo- me agarró de la cara.

-Robin... no lo entiendes... en todo momento estoy... pensando en ti.- ella pegó su cara a la mía, y me besó, un tierno y pequeño beso lleno de amor.

-Mi espadachin...- me peino el pelo teñido hacia atras.

-Hija, mira... es tu bebé- decia su madre llorando, despues de comprobar que su hija estaba bien.

Robin alzó los brazos en señal de que se lo llevarán, pronto el bebé estava con ella.

-Es una niña- dijo llorando.

-Si, mi vida, es una niña, es nuestra niña- le bese la sien a la vez que me sentaba junto a ella.

-¿Como se llamará la niña?- preguntó su padre. Robin me miró, y yo rápidamente entendí como se llamaria.

PENSANDO EN TÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora