Juntos siempre

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-¿Como se llamará la niña?- preguntó su padre. Robin me miró, y yo rápidamente entendí como se llamaria.

-Olvia papá, la niña se llamará Olvia.- Robin me sonrío. Nosotros entendiamos el porqué de ese nombre.

Flashback

Zoro tenia 5 añitos y yo tenia 14, ambos corriamos por todo el internado mientras jugábamos.
Mientras corriamos Zoro tropezo en el suelo dandole un pequeño golpe a una puerta que estaba entreabierta.

-¿Estas bien hermanito?- le pregunte a Zoro mientras me arrodillaba a su lado frente a la puerta.

-Si- dijo delicadamente. -¿que es ese lugar Robin?-

-No lose- dije cogiendole de la mano para ayudarlo a levantarse.

-¿Entramos?-

-Vale-

Cogidos de las manos entremos a esa habitacion, estaba oscura, llena de papeles, cajas, libros... todo en esa habitacion parecua viejo, muy viejo.
Zoro empezo a jugar con un palo roto de escoba, fingiendo que esta era uka espada, dando vueltas le dio un golpe a una pequeña estanteria que se desplomó al suelo rota, haciendo que los papeles y fotografias que habian en ella calleran al suelo.

-¿Zoro estas bien?- le pregunte preocupada pir si algo le habia caido a él.

-Estoy muy bien, pero... Robin... ¿esa niña... no eres tu?- me dijo mientras señalaba a un documento que habia en el suelo.

Me agache para mirarlo, la niña de la foto en efecto era yo, pero junto a mi foto, habian papeles y documentos de mis padres biologicos.
Mientras los leia, me enteré de que mis padres no me dieron en adopción,  mi padre murió antes de que yo naciera, y mi madre murió por salcarme de un incendio, ahí entendí, que no era una niña desdichada, no tenia más família, y es por eso por lo que llegue a este internado.
Mi madre se llamaba Nico Olvia, el nombre de mi padre no pude verlo, se habia borrado a causa del tiempo.
Cogi la foto de mis padres para guardarlas.

-Zoro, mi madre se llama Olvia.- le sonrei mientras le enseñaba la foto de mi madre llorando como una niña que era.

Fin del flashback

-Muy bien Robin, como te guste- me sonrió mi enfermo padre.
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Han pasado varios meses desde que mi preciosa niña nació, desde que la niña nació, Torao me pedia un dia tras otro hacerse las pruebas, obviamente le dije que si, se lo prometi en su momento, y él se porto muy bien conmigo desde el minuto cero. Resultó ser, que Torao no es el padre de mi pequeña Olvia, si no que el padre es Zoro, mi querido Zoro, en la cara de Torao pude notar una mezcla entre decepcion y felicidad. Yo solo espero que le vaya todo como el se merece.
Mi padre sigue insistiendo para que encuentren a Tashigui y pague por lo que me hizo, yo simplemente olvide, lo olvide todo.
Aparte de eso mi padre, poco a poco fue aceptando a Zoro, y aunque parezca mentira lo que mas le gustaba de él, era su cabello teñido de verde.
Mi niña estaba preciosa, cabello negro como la noche y ojos claros, aun no puedo diferenciar si sus ojos son azules, verdes o grises, pero poco a poco se ira viendo.
Ahora mismo estoy con el amor de mi vida, el calor se va notando, y tenemos un acontecimiento muy importante.

-Dios Robin ¿como me ves?- me preguntaba mi hermana inquieta.

-Estas muy bien Hancock- respondió Zoro.

-Zoro, no es por nada, pero tu opinion ahora mismo no me importa, y tampoco entiendo que haces aqui.- estaba muy estresada.

-Tranquila Hancock, el está aqui para ayudarme con la niña mientras yo te ayudo a ti.- sonrei para aportarle tranquilidad.

-Muy bien ¿y Nami? ¿donde esta?-

-Seguro que esta llegando- le respondí.

Vi como Zoro se levantaba del sillon con mi niña en brazos y se acercaba hasta mi hermana.

-Hancock, enserio, tranquilizate, de verdad que estas preciosa, Luffy se terminara de morir cuando te vea. Va a ser un dia inolvidable para todos, sobre todo para vosotros, no te desesperes.- le puso la mano encima del hombro y ella raramente, se calmó.

De golpe se escucho un estruendoso ruido proveniente de ma puerta.

-Perdón, perdón por tardar tanto...- era Nami.

-¿Los tienes?- preguntó Hancock.

-Si, aqui están- Nami extendio su mano abriendo el puño para dejarle ver unos preciosos pendientes de oro blanco y diamantes engarzados.

-Dios mio, no los recordaba asi.- decia Hancock llorando.

-Pero... si solo son unos pendientes...- decia Zoro rascándose la nuca.

-Son los pendientes de boda de la familia, idiota- gritaba Hancock.

-No lo entiendo.- cerro los ojos levemente.

-No es necesario que lo entiendas.- sonrío mi querida hermana mientras se los ponia.

-Dios mio, se ven mas bonitos puestos-  Nami abrió la boca, casi se le cae la baba.

Hancock se miraba en el espejo, en busca de fallos que ni existían, y Nami y yo la mirabamos para contemplar lo tremendamente hermosa que iba.
Un vestido blanco se gasa, escote corazón, con una cola de un metro de largo, recogido alto, velo cogido bajo el recogido con un broche de brillantes, zapato de pico en color marfil, y un maquillaje sencillo, elegante y bonito. Estaba perfecta. Mas preciosa de lo normal.

-¿Estas lista hermana?- le pregunté.

-Si- lloraba de felicidad.

-Bien, vamos, Franky te está esperando en la puerta.-
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Hancock cumplió su sueño.
Se casó con Luffy.
Parece mentira como pasa el tiempo, parece que fue ayer, cuando se conocieron, han cambiado muchisimas cosas, gracias a dios, todo para bien.

-¡Vamos Robin! ¡Hancock va a tirar el ramo!- me gritó Nami.

-Ahora mismo vuelvo espadachin- le bese y fui junto a Nami.

-Que nervios- decia Nami.

Hancock se posiciono delante de todas las chicas que estabamos alli presentes, se puso de espaldas a nosotras e hizo el amago de lanzar el ramo 3 veces, pero cuando parecía que iba a lanzarlo, se dio la vuelta para caminar hacia alguna de nosotras.
Algo inesperado, se paró enfrente de mi, y me dió el ramo, Hancock me abrazó y yo la abracé a ella, cuando Hancock se aparto del abrazo, delante de mi, estaba Zoro buscando algo dentro del bolsillo de la chaqueta del traje, sacó una cajita de terciopelo rojo, me eche las manos a la cara llorando, me agarro de mi mano izquiera y se arrodillo ante mí.

-Robin, desde el primer dia que te vi, supe que esto pasaría, que este día llegaría y que tu serias solamente para mi... me gustaria seguir amandote y cuidandote como lo e estado haciendo hasta ahora... asi que...- se rasco la nuca por los nervios -¿quieres casarte conmigo?-

Señor... me lo ha preguntado, mi rostro se invade por agua, agua que cae de mis ojos.

-Claro que quiero- dije mientras lloraba y sonreia a la vez.

Mi querido espadachin, me puso el anillo para despues levantarse y darme un largo beso.

-Te amo Nico Robin-

-Te amo Roronoa Zoro-

PENSANDO EN TÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora