La cena

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Estoy de nuevo en mi pequeño piso, Nami está conmigo. Decidimos que lo mejor para la cena, sería un vestido, un vestido que ella misma me regaló hace un par de semanas, obviamente es un vestido de invierno y de embarazada. Es cómodo a la vez que elegante, esta hecho de terciopelo, color granate, manga larga y cuello en V, su corte es por encima de las rodillas, ajustado por debajo del pecho marcando la barriga, lo acompañé con medias color carne y unos tacones de pico de golondrina negros a juego con un bolso del mismo color, para salir a la calle acompañé mi vestido con un abrigo negro y bufanda flanca. Mi pelo estaba recogido en una simple coleta alta con un par de mechones sueltos, mi maquillaje es muy sencillo, base, delineado de gato encima del ojo, rimmel, colorete y pintalabios rojo.

-Bueno, ya estás lista. Estas preciosa- me decia Nami mostrandome una enorme sonrisa de satisfacción por em trabajo realizado.

-Gracias.- le respondi devolviendole la sonrisa.

-¿Hancock te ha respondido?- me preguntó cambiando su gesto a preocupación.

-Aun no... espero que finalmente se decia a venir a la cena- me eche las manos a la cabeza.

Nuestra conversacion fue interrumpida por el sonido de la puerta, al abrirla pude comprobar que era Sanji acompañado por Zoro.

-Estas hermosa- me dino Sanji con sus tipicos ojos en forma de corazón.

-Increiblemente bella- prosiguio mi dulce Zoro.

-Gracias- les respondí con una sonrisa, para posteriormente darle un tierno beso a Zoro. -Por cierto, Zoro, ¿que haces aqui?-

-He pensado... que ya que no me permites acompañarte a la cena... podría acompañarte hasta la casa de tus padres.- me dijo con una sonrisa timida mientras se rascaba la nuca.

-Claro- le contesté.

-Aqui tienes lo prometido- interrumpió Sanji mostrandome una caja que llevaba en las manos.

-¿Es el postre?- pregunté curiosa.

-Claro preciosa.- me dijo mientras ponia la caja sobre una mesa para abrirla.

La caja era blanca, con detalles en oro, aunque lo mejor era lo que habia en su interior. Un surtido de todo tipo de dulces, varios sabores, texturas, olores y colores se podian percibir facilmente.

-Eres fantastico Sanji- le sonrei mientras le abrazava agradeciendo el trabajo que habia hecho para mi.

-Todo por mi Robin- sonrió casi sangrando, a lo que Nami le respondió com un golpe en la cabeza.

-Bueno, ¿nos vamos?- dijo Zoro extendiendo su brazo para que yo lo agarrara, y eso hice.

-Claro.- dije sonriendo.

Cuando estaba apunto de salir por la puerta un grito leve me interrumpió.

-¡Robiiin!- decia mi fiel amiga Nami.

-¿Si?- gire sobre mi misma.

-Te dejas el bolso- me sonrío como una niña mientras me lo entregaba.

-Gracias Nami, ¡¿que haria yo sin ti?!-

-La verdad... poca cosa- sonrio chistosa. -Vamonos ya, llegaras tarde.- me recordó la cena que por un instante habia olvidado.

Los 4 salimos del edificio, subimos en el coche de Zoro, aunque el que conducía era Sanji, ya que si lo hacia Zoro no llegariamos nunca.
El camino se me hizo eterno, la casa de mis padres está algo lejo... pero nunca se me habia echo tan largo.
Estaba nerviosa, sabia perfectamente porque, esta noche todo cambiaria...
Sanji aparcó justo en la puerta de la gran parcela que rodeaba todo el recinto.

PENSANDO EN TÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora