Habían pasado ya varias semanas desde ese domingo que ví a la castaña por última vez. En el par de veces que había ido a la casa de Ally en ninguna ocasión la llegué a ver y eso de algún modo me desanimaba porque siempre tenía la esperanza de poder verla, aunque fuera solo por unos segundos. Y sabía que estaba mal usar a mi amiga como excusa pero simplemente no podía evitar sentir una extraña necesidad de ver a Camila nuevamente, de escuchar esa dulce voz. El simple hecho de pensarlo alteraba mis emociones.
Me estaba volviendo loca por alguien que no conocía. Genial.
Suspiré acomodando mi pelo hacia un lado, apoyándome luego en el mostrador de la tienda en la que trabajaba. Era una tienda pequeña en el centro de la ciudad donde vendíamos juguetes y peluches, cosas de ese tipo.
–Esta es la quinta vez que suspiras–me dijo Normani, mi jefa.
La miré, ella limpiaba los estantes con una leve sonrisa en su boca.Terminó de acomodar los pequeños ositos de peluche y se acercó rodeando el mostrador. Pasó su brazo por encima de mis hombros apretandome contra su cuerpo.
–Lauren, Lauren–comenzó diciendo–Si no te conociera diría que estás así por alguien.
Me quedé en silencio un momento, a parte de Ally la morena también era mi amiga. Las dos teníamos una buena relación en el trabajo ella misma se encargaba de que todo fuera lo más cómodo posible y eso me gustaba. Era una persona maravillosa.
–Que cosas dices, sabes que no es verdad. Solo estoy esperando a que termine el día para irme a casa–negué quitando su brazo, dedicándole una sonrisa burlona.
Me gustaba poder bromear con Normani y agradecía que ella era mi jefa, otra persona probablemente ya me habría echado hace algún tiempo.
–Eres mala, ¿ni siquiera te gusta mi compañia?–hizo un puchero cruzándose de brazos mientras me miraba.
Reí ante su gesto y caminé saliendo detrás del mostrador ya que acababa de entrar un cliente, me acerqué lentamente llegando a su lado.
–¿Puedo ayudarle en algo?–le pregunté a una señora bajita que miraba pensativa el lugar donde teníamos algunos relojes de pared.
–Mhm, ¿cuál de todos estos le regalarías a una niña?.
–Bueno creo que sería este–señalé el reloj del gato Felix que movía la cola y sus ojos–Me parece divertido–finalicé encogiendome de hombros.
La señora asintió suspirando.
–Sí, ese está bien.
Le sonreí tomando el reloj para llevarlo a la caja con ella detrás de mí. Lo metí en su caja y cuando estaba apunto de ponerlo en una bolsa la señora me detuvo.
–Cielo, ¿podrías ponerlo en una de esas cajas?.
–Oh claro–dije entendiendo perfectamente a lo que se refería.
En esta tienda si quieres que envuelban lo que compraste o que lo pongan en una caja ya decorada solo tienes que pedirlo, ese era otro servicio que ofrecíamos.
Tomé un banco plegable de metal de debajo del mostrador y caminé al otro lado de la tienda, cerca de la entrada. Coloqué el banco en el suelo, subiéndome en él para poder coger las cajas de la repisa de arriba. Decidí que sería mejor tomar varias a la vez para ahorrar algo de tiempo así que puse una encima de otra formando una pequeña torre de cajas. La campañilla de la puerta sonó haciendo que con esfuerzo volteara para mirar. Mis ojos se ensancharon cuando ví que la persona que había entrado era Camila y como de costumbre mi corazón se aceleró. La chica ni me miró en su lugar se acercó a la señora que me esperaba cerca del mostrador.

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Nervous (Camren)
FanfictionLauren no deja de pensar en Camila desde que la vio en esa cafetería hablando con su amiga Ally, es por eso que desea conocerla y saber más sobre ella. Solo tiene un pequeño problema y es que no puede evitar ponerse nerviosa cada vez que está cerca...