35

4.4K 283 73
                                    

Final(?)

Desde mi lugar vi como Camila jugaba en mi cama con el pequeño Alf. Había comprado uno de esos juguetes para gatos hace un par de semanas porque mamá no quería que creciera arruinando las cortinas de la sala, ella solo quería una distracción y afortunadamente a nuestra bola de pelos le había encantado. La castaña levantó el juguete haciendo que el animal saltara para atraparlo con sus pequeñas garras, cayó torpemente sobre el estómago de mi novia lo que provocó una risa de su parte.

Sonreí al verla de esa manera, tan relajada y feliz. Sabía que antes no se encontraba del todo bien por lo de su familia pero ahora con su madre haciendo un esfuerzo por aceptar nuestra relación las cosas comenzaban a marchar bien. El único inconveniente era su padre, que aún no quería ver que su hija estaba feliz a mi lado. Sinu había dicho durante su visita que él tardaría un poco en entender, ella lo haría entrar en razón, pero que no teníamos nada de qué preocuparnos. Sus palabras dejaron más tranquila a Camila y ahora estaba más relajada, lo podía notar aunque ella no quisiera admitirlo. 

Luego de que su madre se fuera del apartamento, después de rechazar mi invitación de cenar con nosotras y mi familia, nos dirigimos a mi casa. Y ahora aquí estábamos, en mi habitación esperando a que nos llamaran para cenar.

–Laur–me llamó Camila aún recostada en mi cama–¿Crees que podríamos tener más gatos?–preguntó tomando entre sus manos a Alf y levantándolo.

–Estás loca–negué riendo un poco–Con esa bola de pelos es más que suficiente, además siguen sin gustarme los gatos.

La castaña levantó ligeramente su cabeza para mirarme alzando una de sus cejas al mismo tiempo por mi mentira. Bien, puede que comenzaran a agradarme solo un poco estos animales pero de verdad tenía suficiente con el pequeño demonio que sostenía en sus manos.

–No trates de negarmelo, veo la mentira en tu rostro.

–Está bien–dije acercándome y dejándome caer a su lado–El único gato que me gusta es este chico–acaricié la cabeza de Alf.

La bola de pelos saltó liberándose de Camila y bajó de un brinco de la cama. Corrió por la habitación para luego subir a mi escritorio y echarse sobre mi computadora. Era una suerte que estuviera apagada, el otro día consiguió de alguna manera borrar algunos archivos de ella. No eran importantes pero ahora me aseguraba de mantenerla apagada con Alf alrededor.

–¿De verdad piensas todo eso?–preguntó de repente la castaña.

Coloqué mi cuerpo de lado, apoyando mi cabeza con mi brazo, de manera que pudiera ver bien a Camila. Sus ojos marrones me miraban atentamente esperando por mi respuesta.

–Claro, me gusta Alf pero no creo que quiera otro ga...

–No... no hablo de eso–me cortó rápidamente.

La miré sin entender. Estábamos hablando de gatos hace un momento, ¿de qué estaba hablando ahora?.

–Me refiero a lo que le dijiste a mi madre... –continuó pero apartando su mirada–¿De verdad quieres hacer todas esas cosas conmigo?–lo último lo preguntó de forma casi tímida.

Sonreí. Me moví para quedar sobre ella, cuidando de no aplastarla con mi peso en el proceso e hice que me mirara. No tenía más opción de todas maneras. Bajé mi cabeza para besar sus labios tomándola por sorpresa pero aún así reaccionó devolviendo el beso casi al instante. Amaba eso. Apoyé mi frente contra la suya y sentí como sus manos se aferraban a mi cintura.

–Camila, te amo demasiado y nada me gustaría más que estar a tu lado hasta que seamos viejitas–susurré acariciando su mejilla y tirando un mechón de pelo detrás de su oreja–Tener uno o dos niños... o tal vez muchos–sonreí ante la idea de nosotras siendo madres.

Nervous (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora