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Las cosas en el desayuno fueron bastante agradables, los padres de la castaña habían sido muy amables todo el tiempo lo que ayudó a calmar mis nervios. Además era divertido escuchar las cosas que decía Sofía provocando que todos en la mesa riéramos. Por otro lado tanto Sinuhe como Alejandro parecían no notar las miradas que nos dábamos su hija y yo, la única que parecía darse cuenta de ello era la pequeña niña. Ella no dejaba de mirarnos con sus ojos brillando mientras soltaba pequeñas risitas, creía que si seguía así sus padres terminarían por darse cuenta muy pronto.

Luego de terminar de comer y darle las gracias a los señores Cabello Camila me acompañó hasta la puerta y me decepcionó un poco cuando se despidió de mí con un beso en la mejilla pero no podía hacer nada al respecto, solo éramos dos amigas que se gustaban y que querían llevar las cosas con calma. De pronto eso sonó ridículo en mi cabeza. Era posible que solo estuviéramos enmascarando el miedo con eso del tiempo. 

Sacudí la cabeza intentando despejarla de todo eso, tal vez la mejor opción por ahora era dejar de pensar sobre esto y simplemente disfrutar de los momentos que tenía con Camila. Con esa decisión tomada caminé hacia la casa de mi amiga Ally a la cual le había enviado un mensaje previamente para avisarle que iría, me paré frente a su puerta y justo cuando estaba por tocar esta se abrió. Al otro lado se encontraba la chica más baja con una sonrisa que yo misma calificaría como maligna en un rostro angelical. Ally me agarró de la muñeca y tiró de mí haciéndome pasar de inmediato, rápidamente me condujo hasta su sala empujándome luego al sillón donde caí sentada. La miré con algo de sorpresa pero no dije nada solo me limité a esperar su siguiente acción que fue sentarse en la pequeña mesa de café para quedar de esta forma frente a mí. Juntó sus manos y levantó sus cejas mirándome fijamente. 

–¿Qué?.

–¿Y bien?–preguntó acomodando mejor su cuerpo.

–¿Y bien qué?–dije solo para molestarla más.

–No juegues conmigo Jauregui–respondió golpeando mi pierna.

–Auch–me quejé acariciando la zona golpeada–Iba a contarte de todos modos, no tenías porque golpearme.

–No te golpearía si no fueras una tonta por no contarme lo que pasó en tu cita con Mila.

Al escucharla decir eso algo se encendió en mi cabeza y recordé algo que Camila había dicho ayer en el parque. Fruncí el ceño. 

–Tú–la señalé–¿Por qué mierda no me dijiste que Camila te preguntaba sobre mí?.

Sus ojos se ensancharon a la vez que me miraba con sorpresa, su boca permaneció entreabierta después de unos minutos y luego la cerró.

–Es obvio, no quería meterme entre ustedes aunque terminé haciéndolo de cualquier modo. Además si te lo decía sabía que no harías nada y tendría que ayudarte, por suerte Mila se movió primero.

–Eso no es cierto–me miró feo–Bueno tu ganas...

–Ahora dime qué es lo que pasó ayer y cómo es que terminaste en su casa–se inclinó un poco más cerca esperando con ansias mi respuesta.

–Te contaré todo lo que pasó pero en serio pudiste haberme dicho algo sobre eso, se supone que eres mi mejor amiga–le dije algo molesta.

–Bien–comenzó diciendo–La primera vez que ella preguntó por tí fue en la cafetería ese domingo y me pareció interesante tu reacción después de verla así que supuse que podría suceder algo entre udtedes. No puedes culparme por no ser tu cupido a tiempo completo–terminó cruzándose de brazos.

Nervous (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora