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–¿Estás segura que puedes con ella?–preguntó Ally junto a mí mientras caminábamos.

–No la voy a dejar caer si eso te preocupa–contesté mirando a la castaña entre mis brazos.

Con un instinto protector acerqué su cuerpo contra el mío todavía más. Mi amiga me miró sonriendo sin dejar de caminar, nos dirigíamos hacia la casa de Camila a dejarla. Curiosamente ella continuó dormida apesar de los movimientos que hice para levantarla del sillón. Ally le había colodado mi abrigo antes de salir cosa que agradecí ya que no quería que se enfermara, además también me gustó la forma en la que se veía con algo mío puesto.

–No la vayas a manosear–bromeó la más baja deteniéndose frente a la casa vecina.

–Sabes que no lo haría–dije dándole una rápida mirada antes de que ella tocara la puerta.

Unos minutos después esta se abrió mostrando a un gran hombre con algunas canas en su cabello, él nos miró fijamente pasando del rostro de la rubia para seguir con el mío y luego detenerse en la chica que seguía durmiendo en mis brazos. Sus cejas se levantaron luciendo sorprendido, entonces sonrió.

–Esta niña–dijo mas para si mismo–Lo siento, un gusto verte de nuevo Ally–saludó a la chica amablemente.

Tragué nerviosa, aunque me era inevitable cuando tenía al frente al que supuse era el papá de Camila.

¿Cómo no estaría nerviosa?.

El hombre me miró aún manteniendo su sonrisa, con esfuerzo intenté imitar su acción esperando que la mueca que probablemente tenía en mi rostro no lo asustara. Después de todo no quería causarle una mala impresión.

–Hola, a tí no te conozco. Soy Alejandro el padre de Karla–me tendió su mano.

La observé por un momento pensando en cómo rayos le daría la mía si todavía tenía a la castaña en mis brazos. Él pareció darse cuenta de eso y la quitó riendo por lo que acababa de hacer.

–Oh lo siento, a veces soy un poco distraído. Sinú dice que Karla sacó eso de mí–soltó una risita.

–No se preocupe señor–contesté en voz baja.

Sentí que mis brazos comenzaban a cansarse y esperé a que alguien dijera algo, no quería soltar a Camila pero mis brazos no podían más.

–Por favor, nada de señor. Llámame Alejandro eres amiga de mi hija así que puedes hacerlo.

–Pero ella no quiere ser solo su amiga–susurro Ally con una pequeña sonrisita.

Giré mi cabeza rápidamente para fulminarla con la mirada. Luego volteé hacia el padre de la castaña que al parecer no escuchó lo que había dicho la chica más baja. Solté un suspiro con alivio, no quería que se enterara de esta forma que estaba interesada en su hija.

–Bueno será mejor que pasen, se está poniendo algo frío aquí afuera–luego me dió un vistazo–Uhm...

Solo entonces me di cuenta que no le había dicho mi nombre y me golpeé mentalmente por eso, debí haberlo hecho cuando él lo hizo.

–Lauren Jauregui...

–Lauren Jauregui–repitió asintiendo–Bien, ¿podría pedirte un favor?.

–Uhm sí... –contesté no muy convencida.

–¿Puedes llevar a Karla a su habitación por mí?. No creo que despierte sino hasta más tarde y no quiero dejarla en el sillón. Lo haría yo pero... –levantó su mano que hasta entonces no había notado que esta se encontraba vendada–Me lastimé intentando impresionar a mi mujer al reparar la vieja mesa que le regaló su madre.

Nervous (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora