Nervous (Camren)

6

Dos días después me encontraba aburrida en el trabajo mientras me dedicaba a mirar hacia la puerta de la tienda. Había pasado un buen tiempo desde que salió nuestro último cliente y nadie más había vuelto a entrar desde entonces. Y como había pensado, lo sucedido con la castaña no había dejado mi cabeza en ningún momento. Pensando en ello otra vez toqué mis labios que cosquillaron al recordar los suyos sobre los míos. Sonreí de forma idiota a la nada.

–Es lunes y estás sonriendo–habló Normani algo sorprendida a mi lado–¿Qué te tiene de tan buen humor?–preguntó con curiosidad.

La miré por encima de mi hombro sin dejar de sonreír. ¿Debía contarle lo sucedido?. Probablemente sí, por qué no, después de todo era mi amiga además de mi jefa. No le contaría toda la verdad puesto que ella no sabía que también me gustaban las chicas y no sabría cuál sería su reacción así que solo le hablaría parte de esta. Aunque siendo alguien tan dulce como lo era Normani probablemente ella entendería.

–Digamos que conocí a alguien y nos besamos–me encogí de hombros–Bueno, en realidad me besó primero, yo solo lo seguí–agregué.

–¡Oh dios mío, Lauren!–se abalanzó contra mí envolviéndome en un abrazo–Estoy tan feliz por tí. Ya era hora que comenzaras a salir con alguien, empezaba a creer que te quedarías sola y con muchos gatos.

–Calma–dije tratando de quitármela de encima–Y no empieces con esas cosas que suenas como mi madre, además sabes que no me gustan los gatos.

Se apartó con una gran sonrisa en su rostro, ella al parecer si estaba realmente feliz de que estuviera interesada en alguien. Tiempo atrás había salido con chicos y varias chicas pero no fue nada serio a parte estaba el hecho de que ninguna de esas personas me hicieron sentir lo que estaba sintiendo por Camila.  Era algo abrumador y maravilloso al mismo tiempo.

–Vamos, cuéntame más. Necesito saber los detalles–emocionada me prestó atención.

–Uhm bueno... –intenté buscar por donde comenzar porque en realidad no había mucho, hacia poco que conocía a la castaña y además solo habíamos cruzado un par de palabras.

–¿Cómo es?–preguntó interesada.

Perfecta, pensé.

–Tiene unos ojos preciosos son tan profundos que podrías perderte en ellos y cuando te mira wow... –dejé de hablar por un segundo–Y su sonrisa... cuando sonríe mi corazón salta cada vez que lo hace. Podrías enamorarte de esa sonrisa.

–Vaya chica, creo que esta vez si te atraparon. Estás perdida–negó con una amplia sonrisa–¿Van a salir o algo?.

Me encogí de hombros desviando la mirada hacia otro punto de la tienda. Había pasado hablando sobre eso toda la noche con Ally y sinceramente la chica tenía ideas muy descabelladas. Yo solo quería algo sencillo tal vez un paseo por el parque o algo así para conocer más a Camila pero seguía teniendo un problema... mis nervios no me dejarían invitarla a salir, de eso estaba segura. Sería un camino difícil de lograr.

–Ally me estuvo dando algunas ideas pero creo que son algo locas como para una primera cita –dije rascándome el cuello–Además no sé si quiera tener una cita conmigo después que salí huyendo tras ese beso–susurré lo último.

–¿Qué dijiste?.

Estuve a punto de contestar cuando la campanilla de la puerta sonó indicando que teníamos un cliente. Agradecí por eso ya que no quería que se enterara de lo patética que había sido al largarme de la habitación de Camila luego del beso.

–Yo lo atiendo.

Rápidamente salí detrás del mostrador y corrí para atender a aquel hombre que había ingresado a la tienda. Estuve varios minutos con él hasta que se decidió por lo que iba a llevar. Me dirigí a la caja empaqué su regalo y luego de cobrar lo despedí con una sonrisa.