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Mientras caminaba observé la casa que acababa de pasar, para ser más específica la casa de cierta castaña que andaba dando vueltas en mi cabeza. Me paré frente a la puerta de la casa vecina y toqué dos veces suavemente esperando que abrieran pronto. Nuevamente di un rápido vistazo a la otra casa con la esperanza de poder ver a Camila pero simplemente parecía no haber nadie allí. La puerta delante de mí crujió comenzando a abrirse tomándome por sopresa por lo que intenté incorporarme para que no pareciera que estaba espiando a los vecinos de mi amiga.

–Hola, Lauren–saludó el padre de Ally con una sonrisa–Pasa, mi hija está en el patio trasero.

Después de saludarlo entré y caminé directo al patio justo donde se encontraba la piscina. Dejé el bolso que llevaba sobre una pequeña mesa que había allí y me acerqué a la pequeña chica que estaba recostada en la tumbona blanca. Ella tenía sus ojos cerrados mientras escuchaba música con los audífonos puestos. Sonreí con malicia al notar que todavía no se había percatado de mi presencia entonces me acerqué aún más y quité un auricular de su oído.

–¡Buenos días Allycat!–le grité.

Me aparté riendo al ver que de un saltó se levantaba de su lugar para mirar en todas direcciones, cuando sus ojos al fin se posaron en mí frunció el ceño.

–Maldición, Jauregui. Estaba durmiendo.

–Lo siento pero no pude resistirme a eso. Ya sabes, tenía que hacerlo–le respondí encogiéndome de hombros.

–Juro que si no fueras como mi hermana ahora mismo estaría pateando tu trasero. Ven aquí y salúdame como una persona decente–extendió sus brazos al decir lo último en una invitación a abrazarla.

Fuí hasta ella envolviendo mis brazos alrededor de su cuerpo segundos después sentí sus manos acariciar mis espalda con gentileza.

–Buenos días, Ally.

Mi amiga rió bajo, se separó de mí negando con su cabeza y volvió a acostarse en la misma tumbona de antes.

–Buenos días, Laur.

Me senté al lado suyo en silencio mirando el patio una vez más. Este era grande rodeado con una cerca de madera y un poco más allá de la piscina se encontraba un gran árbol. Lo que me llamaba la atención de este patio era que la cerca no era lo suficientemente alta como para dar mayor privacidad al lugar pero ahora mismo agradecía que así fuera ya que me dejaba una mejor vista del patio de la morena. Tal vez si tenía algo de suerte podría verla.

–¿Quieres nadar un rato?–preguntó Ally–Hace calor.

–Uhm sí, iré a cambiarme. Regreso en un momento.

Subí a su habitación me coloqué mi traje de baño y volví al patio. La más baja ya se encontraba dentro de la piscina nadando de espaldas. A pasos lentos me fuí acercando dispuesta a lanzarme solo para molestar a la rubia.

–Hey chicas, ¿qué hacen?–de repente escuché esa voz.

Giré mi cabeza rápidamente a donde provenía esa maravillosa voz que había estado deseando escuchar de nuevo. Y ahí estaba Camila con una gran sonrisa asomada detrás de la cerca. Mi corazón comenzó a latir más deprisa contra mi pecho con sólo ver esa magnífica sonrisa.

Sonreí también.

Sin darme cuenta de lo que realmente estaba haciendo di otro paso sin quitar mis ojos de ella, desafortunadamente había llegado al borde de la piscina y terminé cayendo al agua de la manera más torpe y humillante que podía existir. Y Camila lo había visto todo.

¿Qué podía ser peor?.

Salí en busca de aire, encontrándome con Ally y la castaña riendo. En ese momento solo quería sumergirme de nuevo, quedarme en el fondo de la piscina y nunca más salir.

Nervous (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora