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La miré fijamente tratando de comprender lo que sus palabras significaban. Por un momento pensé en la posibilidad de haber escuchado mal pero la mirada que me daba Camila me decía que no era así. Ella lucía bastante segura.

–¿Por favor?–pidió luego, sus ojos rogando por una respuesta.

Entrecerré los míos en su dirección.

–¿Quieres decir que si te doy una oportunidad ahora no te importaría salir de aquí conmigo de tu mano?.

Hizo un movimiento con su cabeza.

–Puede que antes sí pero quiero ser valiente, por tí, por mí... por nosotras–me regaló una pequeña sonrisa al terminar de decirlo.

–¿Qué dirían tus padres?–pregunté cruzando mis brazos sobre mi pecho.

Camila soltó un suspiro y algo en su mirada cambió dándome a entender que quizás las cosas entre ellos no andaban bien. Pero por qué. Los Cabello eran una familia unida como muy pocas hoy en día. No pude evitar preocuparme por la castaña.

–¿Pasa algo?. ¿Está todo bien?–pregunté llevando una de mis manos sobre una de las suyas.

Por instinto mi pulgar comenzó a acariciar su suave piel, haciendo movimientos lentos. Camila suspiró de nuevo lo que hizo darme cuenta que miraba nuestras manos juntas con una sonrisa. Sonreí también porque esto se sentía bien. Ella levantó su cabeza para mirar hacia otro lado y mordió su labio. Con el tiempo aprendí que solía hacer eso cuando estaba comenzando a sentirse nerviosa o solo lo hacía para provocarme, claro que lo primero encajaba más en esta situación.

–Se los dije, ¿sabes?–soltó.

–¿Qué?.

–Le dije todo a mis padres–respondió esta vez mirándome–Les dije que estoy enamorada de una chica y que esa chica eras tú.

–¿Tú... tú de verdad lo hiciste?–dije sin poder creerlo.

Ella asintió.

Un día le había dicho que estaría a su lado cuando se sintiera lista para hablar con sus padres pero no cumplí con mi palabra de apoyarla en todo momento. Si bien estamos en esta situación me hubiera gustado estar ahí con ella cuando pasó.

–¿Qué dijeron ellos?–pregunté queriendo conocer la respuesta.

–No lo están tomando bien aunque tampoco es tan malo, creo. No lo sé.

–Camila... –solté dando un suave apretón a su mano, sabiendo que la familia era muy importante para ella y que esto era difícil.

–Después de lo que pasó–sacudió su cabeza–No quiero seguir con eso. Si me das otra oportunidad prometo que seré la mejor novia del mundo.

Me mantuve pensando en silencio hasta que finalmente estuve lista.

–Ver ese beso me dolió–dije levantándome de mi asiento, Camila rápidamente imitó mi acción como si estuviera dispuesta a correr para atraparme si me movía–Hiciste que pensara sobre muchas cosas.

Vi cómo tragó, sus ojos luciendo preocupados. Entonces decidí continuar.

–Pero creo que duele más estar sin tí.

En ese momento me acerqué a la castaña. Mis manos viajaron a su rostro donde tiré de ella para unir nuestros labios, solo los mantuve presionados contra los suyos pero maldición era lo mejor que había sentido durante un tiempo. Tan solo unos segundos después sentí como Camila comenzaba a moverlos, pidiendo más que un simple roce. Se lo di, olvidando por un momento que estábamos en un lugar público. Nuestras bocas se movían sin ninguna prisa haciendo al beso aún mejor. Después de estar alejada de ella por un tiempo era mejor de esta manera. Quería recordarlo.

Nervous (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora