Reina de París

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Otro día estaba llegando a su fín, Ladybug permitió que Chloe se despida de la kwami que se le confió, todos sus compañeros la fueron a visitar, su madre, la que nunca estaba con ella, se quebranto y no quería dejar a su hija, lloró tanto hasta el punto de desmayarse, Sabrina sólo se mantenía a su lado, como siempre, sin decir nada, sólo sonreía de manera forzada.

Alya, la llamó idiota y se fue, Nino se disculpó por la actitud de su novia y la fue a buscar.

Ahora, le estaba dando el adiós a las personas más desesperantes de toda la historia de la humanidad; Adrien y Marinette.

Su amigo de la infancia se acercó a su amiga, la cual respiraba con dificultad, con la ayuda de una de las máquinas de sanatorio.

-Nuestro sueño siempre fue que nuestros hijos se casen para que seamos familia...

Adrien, como siempre, intentaba mostrar una sonrisa pero con dificultad y podía contener sus lágrimas.

Chloe era su amiga desde que tiene memoria, ella es una de las personas más importantes en su vida.

-Lo... siento... no va a... pasar.

La voz de Chloe se cortaba con cada palabra que decía.

Le era difícil respirar y ni mencionar lo que le costaba hablar.

-Lo siento, soy malo para decir adiós. - exclamó el rubio con sus ojos cada vez más cristalizados.

¿En verdad iba a perder a su amiga de la infancia tan pronto?

La chica levantó una de sus manos con dificultad y golpeó a Adrien, débilmente en el pecho, haciendo que él se sorprenda por tal acción.

-Le... prometí a... Marinette que... te... golpearia. - susurro antes de mirar a la azabache, que sólo lucía sería y dolida.

¿Cómo hubiese sido su relación sí hubiesen sido amigas de verdad desde el principio?

Un destello de luz, imaginandose a ella y Marinette discutiendo en una tienda de ropas por la misma prenda, mientras Sabrina intenta separarlas y Alya busca algo que le gusta de manera desinteresada, pasó por su cabeza.

Éso hubiese sido agradable.

-Promesa... cumplida.

Su voz reflejo alegría al pensar en ésa escena mientras Marinette, le regalaba una sonrisa desde.

-Adiós, bruja. - dijo su eterna rival mientras la rubia esforzaba una sonrisa.

-Adiós... cosa del pantano.

Fueron sus últimas palabras antes de que Adrien y Marinette se vayan.

No pudo ver a Adrien en una relación con Marinette, pero al menos estaba satisfecha de que en un futuro no muy lejano, cuando ella ya no esté con ellos, Adrien sería feliz con Marinette.

Su unico objetivo y no lo había logrado por completo... vaya inútil que resultó ser.

Al menos sus compañeros y su padre le concedieron su última voluntad de dejarla solá en sus últimos momentos.

¿Sabrina? Ella se negó a irse y ella le permitió quedarse.

-Estoy... cansada... tengo mucho sueño.

La persona más egoísta de París dio su vida para ver a su amigo felíz.

¿Es éso ser egoísta?
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Con Marinette y Adrien.

La azabache suspiraba por la boca, viendo como el vapor salía y se perdía en la oscura noche.

Adrien salió de la tienda a la que había entrado, y le dio a su amiga una café caliente el cual ella agarró con una sonrisa.

Ninguno pronunció palabra alguna, sólo se fueron a sentar a una banca cercana, mientras miraban el cielo y bebían su café con lentitud.

Aún tenían que procesar sus identidades, aún no podían aceptar que mañana ya no verían a Chloe.

Su relación, en ése momento era algo secundario que pasé a todos los rechazos y peleas que tuvieron, sabían que cuando el momento llegue, uno o el otro, se iba a volver a declarar.
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En el sanatorio.

Chloe dormía profundamente en la cama de aquel hospital, mientras sonreía.

Un doctor se acercó junto con dos enfermeras y miró la hora en su reloj.

-Nombre, Chloe Bourgeois; edad, 14 años; día y hora de muerte, domingo 30 a las 23: 40 hs.

Tras decir éso, el hombre se fue mientras su inseparable amiga Sabrina, la miraba con los ojos llorosos.

Ella fue la última en quedar con ella y la única que no se despidió.

-Duerme en paz, reina de París.

Fue todo lo que dijo mientras que afuera, un chico pelirrojo, estaba sentado, con su espalda recostada en la puerta, sus ojos llorosos y su corazón total y completamente partido.

La elegante e insoportable reina de París por fin volvió a dormir en paz...
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¡Hola!

¡Que levanté la mano los que quieran mi cabeza en esté momento! ✋

Próximo capítulo será un epílogo y el final de está historia.

Gracias por su tiempo.

Volveré... ahora mismo.

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