D I E Z

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Pasar el rato con Zane...perdón, con TJ es como pasar el rato con el squad entero. Este chico es la persona más guay que he conocido desde hace tiempo, me ha hecho reír tanto como Al con sus chistes pésimos, me ha contado anécdotas de su vida como, por ejemplo: Que viajó a la India de mochilero, que ha recorrido varias ciudades de Estados Unidos en su motocicleta, que ha conocido un montón de gente famosa, que tiene un coeficiente intelectual bastante elevado, que aprendió a hablar español viendo telenovelas mexicanas y por sus propios medios, etcétera. Anécdotas que han captado mi atención por completo, tanto así que me he inmutado que varias veces me he quedado observándole fijamente hablar, con la boca semi abierta como si estuviera bajo una severa hipnosis.

Me ha contado tantas cosas de su vida que me siento como si le conociera desde siempre, ya sé incluso hasta la fecha de su cumpleaños...es todo lo contrario a Al.

Quien se ha estado comportando distante y algo cortado al ver como TJ me trata, como si no pasara nada malo conmigo, haciéndome gestos amistosos, pero no tan propios hacia una chica como <<yo>>. Creo que, parte de su muy evidente desagrado por la situación es que a TJ le va muchísimo el humor negro -al igual que a mí, no sé si se habrán dado cuenta- y que ha soltado más o menos una docena de bromas referentes a mi condición, ¡Cosa que me da igual! No me importa, que haga chistes sobre ello no me afecta en nada, al contrario, me hace pensar como si la mierda que me está pasando fuese simplemente una tontería mínima que no me hace daño en lo absoluto. El squad lo hace todo el tiempo, de hecho.

Básicamente, lo que intento decir es qué, Zane West y Alastor West lo único que tienen en común, es el apellido. Y no, no son familiares, cosa que me dejó sorprendida, es casualidad que tengan el mismo apellido y sean mejores amigos.

― Quita esa cara, Al. Parece que estuvieras a punto de llevar a cabo una masacre, un atentado terrorista o una de esas mierdas. ¿Qué te ocurre? ―habló TJ. Honestamente, había decidido dejar de inmutarme de la actitud de Al y concentrarme en la energía positiva de Zane. Al me ha molestado un poco, y me ha hecho sentir incomoda el hecho de que se mantenga tan serio e impertérrito cuando el peli rosa lanza una broma, cuenta alguna historia interesante o me hace soltar carcajadas como si estuviera en un puñetero show de comedia. Es increíble que lo diga, pero Zane ha logrado, al igual que lo logró el squad el día que me visitó, hacerme olvidar de las cosas que me atormentan, mientras que Al, con esa expresión de disgusto está haciendo que vuelvan. ¿Quién es el que me quiere ayudar? Porque no lo estoy entiendo.

― Voy al baño, ya regreso. ―sin ni siquiera esperar alguna respuesta de nuestra parte, se levantó haciendo chirriar la silla y caminó dando pasos apresurados al baño de la cafetería.

― Venga, Malone, es tu oportunidad, pregúntame lo que sea que quieras saber sobre Al, estoy más que seguro de que no te ha contado ni la fecha de su nacimiento. ―lo conoce tanto como para suponer cosas totalmente verídicas. Ahora no me cabe duda de que son muy amigos― Apúrate, antes de que regrese, sé que te estas muriendo, literalmente, por saber quién es detrás de esa coraza de <<chef de la nación>>.

― Okey, okey...eh...primero que nada, ¿Quién es Stella? ―esa era la pregunta que me carcomía el cerebro desde hace tiempo. Desde el preciso momento en que la hermosa chica dio el portazo y se fue del apartamento de Al. La expresión de Zane se oscureció, parece que hablar de esa chica no le agrada mucho, sin embargo, se irguió dispuesto a responder a mis dudas.

― Su nov...bueno, su ex novia. ―lo sabía. Intuía que eso era, pero... ¿Ex? ¿Qué habrá pasado? Y como si me leyera la mente, respondió: ― Terminaron justo en el momento que él descubrió una infidelidad por parte de ella, con nada más y nada menos que con su jefe. Era su secretaria y al parecer, gracias a eso le han ascendido dándole un puesto mayor al que tenía. Al la perdonó, quiero decir, no volvió con ella por supuesto, pero la ama y él no sabe que yo sé eso. La sigue amando, aunque odie lo que le hizo, claro que en estos últimos días he notado que se ha estado empeñado en olvidarla. ―vaya. No me esperaba nada de esto― Estoy siendo un amigo de la cagada, ¿verdad? Es que...tienes derecho a saberlo, convives con él y apuesto a mi testículo derecho a que sabe todo de ti, pero tu nada de él. ―asentí de acuerdo con lo que decía.

GranadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora