― Primeramente, me gustaría agradecerles a todos los presentes por haber asistido ―Alastor se ponía de pie frente a un pequeño estrado luego de haber arribado al lugar junto a mí, vistiendo un espectacular traje vinotinto con un suéter negro cuello de tortuga bajo este, acompañado de esas gafas que siempre me han parecido estéticamente fabulosas y luciendo tan elegante, guapo y despampanante como solo él puede llegar a serlo―, esto no sería posible de no ser por ustedes. ―recibió una fuerte cantidad de aplausos a continuación de aquellas palabras, logrando hacerle sonreír levemente y ofrecerle reverencias al público. Se aclaró la garganta poco antes de proseguir con el discurso y me ofreció una fugaz mirada donde, graciosamente, se le coló un guiño de ojo que me hizo sonreír a mí y enviarle un sutil y discreto beso al aire.
» Cuando comencé a impartir la carrera de Gastronomía jamás llegué a pensar que en un futuro tendría el honor de recibir esta magnánimo reconocimiento por parte de la entidad más influyente en lo que la cocina en general se trata, pues la mayor parte de mi pre-adultez estuve plagado de derrotas y fracasos que me llevaron a poseer una mentalidad pesimista y a volverme cerrado ante todo lo que me rodeaba. ―hizo una muy corta pausa antes de continuar. Tengo el fuerte presentimiento de que terminaré llorando mares con esto, pues ya siento un ardor en los lagrimales y una molestia formarse en mi garganta― En mis comienzos, pensé en desistir un millón de veces, tantas que no podría contarlas con los dedos, el punto es que poco a poco la falta de optimismo y la abundancia de negatividad me estaban llevando al abismo.
» El fracaso con el proyecto artístico en el que mis mejores amigos y yo fuimos obligados a vernos fue el mayor factor para mi resignación, no fui el único a quien esto afectó, pues a cada uno de los siete aquella dolorosa derrota nos conllevó a sufrir consecuencias arduas en el ámbito psicológico, en pocas palabras, llegamos a rendirnos tanto que preferimos alejarnos el uno del otro y seguir con nuestros propios caminos. ―se detuvo para señalar un sitio en específico, el cual logré reconocer cuando me giré a observar. Allí se encontraba Zane junto a Nayelle, y dos personas más que no logré identificar por culpa de la distancia y el montón de cámaras y aparatos que bloqueaban mi vista― Es un honor tenerlos a ustedes aquí, chicos, gracias por asistir a este momento tan importante para mi vida. ―fuertes aplausos volvieron a inundar el área entera, esta vez un par de vítores que probablemente fueron vociferados por parte de los susodichos se unieron a la lluvia de loas.
» El inmensurable apoyo que recibí por parte de mis familiares fue, en definitiva, la clave de mi surgimiento, fueron ellos quienes me impulsaron a levantarme de ese estado de resignación infinita en el que caí en mis tempranos veintes, siendo Arnold West, mi abuelo paterno, la persona que más renuente actuó para que me pusiera de pie después de aquella rotunda caída que me llevó hasta las profundidades del abandono, quien falleció pocos años atrás después de una dura batalla contra una tuberculosis y heredándome todos sus bienes con un propósito que ambos forjamos mucho antes de su partida. Inaugurar mi propio negocio.
» Así que, en pocas palabras, todo esto que se ha formado se lo debo a él. ―así que el retrato enmarcado justo frente a la entrada principal del establecimiento se trataba de su abuelo― Esta es mi forma de pagarle todo lo que estando en vida logró brindarme con desempeño, sacrificio y fe, sin embargo, jamás llegará a ser suficiente. Su apoyo, básicamente no tuvo ni tendrá precio. Como tampoco el de mis progenitores ni de ninguno aquel que haya alguna vez estado presente en mis más duros momentos. ―la señora West claramente había derramado un mar de lágrimas y el señor West parecía reacio a no soltar ninguno a pesar de que se le notaba claramente, como estaba conmovido con creces.
» Un día como hoy, diez de diciembre, pero un año antes, tuve la fortuna de conocer a una persona excepcional que en muy poco tiempo logró unirse a ese escaso y limitado número de personas que tanto me han impulsado a seguir adelante. ―un tirón en mi diafragma me hizo dar un pequeño respingo que me hizo enderezarme, tragar saliva con dificultad y mirarle con una sonrisa nerviosa, pues además de que estoy siendo mencionada por él, muchas cámaras se posaron en mi persona para capturar mi reacción. A pesar de que estaba nerviosa, su mirada fija en mi me causaban inmensas ganas de correr hacia el estrado y darle un abrazo tan fuerte que le explique sin necesidad de palabras cuanto le amo― Curiosamente fue justo aquí, en el restaurante que llegué a verla por primera vez, fascinándome e inquietándome por completo con tan solo observarle por un par de minutos. Aunque no fue el más grato encuentro de todos, llamó mi atención tanto que, a pesar de ser una desconocida en aquel entonces, sentía la necesidad de estar a su lado porque, tal y como yo, estaba pasando por el peor momento de su vida y necesitaba el impulso y el brío que yo una vez llegué a requerir.
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Granada
Romance¿Algo irónico? Que tus padres te lleven a cenar a uno de los restaurantes más lujosos y prestigiosos de todo Manhattan sabiendo que su hija única padece de un trastorno mental-alimenticio conocido como Anorexia. En su cumpleaños. ¿A quién le pasó e...