V E I N T I D O S

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Hablaba con Katie en el justo momento que la imagen llegó a mi móvil y lágrimas iracundas no tardaron demasiado en aparecer violentamente a través de mis ojos apenas vislumbré el contenido de esta. Aunque el destinatario era desconocido, reconocer a los personajes que la cámara había capturado fue simple, aunque doloroso. Más que triste, me sentí desesperada, inquieta, exasperada, sentía la necesidad de salir corriendo de donde me encontraba sin importarme el hecho de que hoy no era mi día de salida, importándome muy poco si llegaban a reñirme por escapar cuando tengo prohibido hacerlo.

Tenía que verificar que él estaba bien y que esa maldita enferma no le ha hecho daño.

Ambos estaban desnudos en una cama, en su cama, gracias a la perspectiva se podía notar que ella había tomado la foto, él claramente se notaba inconsciente, con sus ojos cerrados sin percatarse de lo que esta tipa estaba infringiéndole, lo peor del caso es que ni siquiera reparó en esconder la evidencia de que le había dopado si lo que quería era hacerme creer que Al me había engañado, pues en una esquina de la imagen se podía vislumbrar un frasco amarillo que enseguida reconocí como medicamentos barbitúricos los cuales, en grandes cantidades provocan la inconsciencia, efectos alucinógenos y en casos extremos hasta la muerte.

Estaba jugando con su vida por querer herirme, claramente ya esto no se trataba de un capricho hacia Alastor, ya a este punto logré comprender que todo este meollo que ella se encargó de formar no era más que una cizaña en mi contra. Esto era algo personal, una obsesión que ha llegado a su auge más excesivo, un rencor que ha traspasado todos los límites, una discordia hacia mi persona sin una razón más allá de su irracional pretensión hacia el querer tenerlo de vuelta, sin embargo, para muestra un botón estaba siendo capaz de arriesgar la vida de él con tal de separarlo de mí, no soportaba el hecho de verle con alguien más, el egoísmo le ha llevado a tal punto de querer dañarle de manera permanente si no era para ella y para nadie más que ella.

No le importa nadie, no le importa nada...a ella solo le importa ganar, herir, hacer sufrir a los demás en busca de la dicha propia.

Es malévola con todo el sentido de la palabra, es peligrosa, es un maldito demonio en carne viva.

Fue complicado deshacerme de Katie y de la enfermera de turno, quienes se rehusaban a dejarme salir, como pude y gracias a la desesperación y la adrenalina que el sentimiento me causaba, saqué fuerzas de donde no las había para zafarme de sus afanosos agarres y hacer oídos sordos a sus amenazas sobre que la doctora Gemma me pondría un gran castigo. Tenían razón, la riña que la doctora probablemente me dedicará será exhaustiva, sin embargo, la vida de Alastor pendía de un hilo y estaba probablemente en el mismo entorno que una maldita psicópata, no podía quedarme de brazos cruzados esperando que alguna deidad hiciera un milagro y le mandara un rayo que partiera en mil pedazos cada centímetro de ese ser tan despreciable o que llegara la policía y se la llevara por un detenida por un aparente intento de homicidio.

Nada se iba a solucionar solo y yo necesitaba al menos intentar mantenerle a salvo, que esa enferma no se salga con la suya. Pero era obvio que sola jamás lo iba a lograr, mi aporte no era suficiente para encargarme de Stella y cuidar de Al al mismo tiempo, es por ello, que apenas decidí poner un pie fuera del internado contactar con alguien que, en definitiva, sería de gran ayuda. Con las manos temblorosas tecleé su número sobre la pantalla de mi móvil dispuesta a solicitarle mediante una llamada telefónica.

Repicó varias veces, pero por desgracia la llamada no caía logrando que mi impaciencia sobrevolara, consiguiendo también que mi vista se inundara de lágrimas de desesperación. Mientras caminaba, intentando no caerme debido a que mis piernas comenzaban a fallarme a causa de los nervios, marqué unas tres veces más obteniendo resultados fallidos. Quise gritar de la ira, quise lanzar mi móvil hacia el suelo con ímpetu, correr, vociferar, golpear a Stella hasta dejarla inconsciente, tener algún maldito superpoder y poder transportarme hacia donde Al permanecía para estar a su lado y corroborar que aún estaba con vida.

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