― Adiós, Roseanne, te amo, nunca lo olvides...está bien, lo haré...no te preocupes. Cuídate. ―cuando escuché su despedida decidí aproximarme de nuevo, pues creo que ya se hacía bastante tarde y nuestras madres a estas alturas se estarán preguntando en donde cojones nos hemos metido, si no es que claro, las dos se han puesto como unas cubas con tanta cerveza y se hayan olvidado hasta de que tenían hijos― Que no tía...bueno, de vez en cuando me ayuda a relajarme...ya sé que una vez dije que lo odiaba, pero ya sabes, las cosas cambian... ¿Qué cuelgue yo? Como prefieras, te amo. Adiós. ―lo último me causó una gracia infinita, parecía que la chica intentaba emplear uno de esos métodos de romanticismo telefónico con el famoso <<Cuelga tú, no, cuelga tu>> pero Exain no parece ser de los de esa clase o tal vez solo estaba avergonzado de hacerlo ahora que me acerqué.
Ni siquiera sé porque llego a estas conclusiones, supongo que su relación parece bastante sincera a pesar de distancia que, según Exain, era su mayor obstáculo. Sin embargo, por como él se dirigía a ella me aseguraba lo mucho que se querían y como mantenían viva la llama obviando aquella inmensurable cantidad de kilómetros que los separa, era admirable, una de esas <<relationship goals>> tal y como Stella y Alastor alguna vez lo fueron, y quizá esté equivocada, pues no conozco su historia completa ni mucho menos como llegaron a lo que son hoy en día, mucho menos sus altos y sus bajos, sin embargo, a pesar de que desconocía esos factores, podía estar segura de que lo suyo era verdadero.
¿Qué si sentía envidia? Para qué negarlo, pues mi mente era invadida por imágenes donde Alastor y yo hablábamos de esa manera, donde provocábamos que otras personas sintieran lo que yo siento justo ahora, donde nos viéramos como una relación ejemplar, sincera y fuerte que mantuviera encendida la llama obviando cualquier obstáculo interpuesto, donde no existiera inconveniente alguno, donde mi mente trabajaba de manera correcta, donde absolutamente todo era perfecto y donde la única cosa que ambos hiciéramos con locura sería querernos de una forma sana. Las ganas de que algo así sucediera eran inmensurables...pero era una mierda que ese tipo de relaciones tan perfectas solo existieran en libros y filmes.
Joder, que puto lio tengo en mi cabeza, ahora me da por crear historias dignas de best-sellers en mi ridícula mente, porque eso era lo que realmente era...una ridiculez imaginando una jodida farsa.
Detesto el hecho de no ser más una persona...soy un problema, un desagradable, deprimente y cargante problema.
Si tan solo mi mente no estuviera tan jodida, todo fuera tan diferente en el buen sentido de la palabra, vaya que todo fuera menos complicado, si mi cerebro no tuviera oxidado los engranajes del razonamiento y si ese supuesto Dios que todo lo sabe y todo lo ve no me hubiese <<creado de esta manera>> tal y como una vez una terapeuta que regía un grupo de <<ayuda>> poco útil me dijo, todo funcionara como toda mente se supone que <<debería>> funcionar, nada de esto estuviera pasándome, no sería un cargante problema sino una persona, tal y como Alastor, como su amigo Zane, como los chicos del squad, como mi padre, mi madre, como Stella.
Es una putada que viva comparándome con Stella en su mayoría, o con gente que tiene una mente relativamente <<normal y sana>>, pero vaya que es inevitable, es como si intentara no inhalar oxigeno o como si tratara de esquivar el aire, pues hay demasiadas razones que me llevan a esto, una de ellas es mi baja autoestima, esa falta de amor propio que me ha llevado a lo que soy ahora, ese enigma en el que me he convertido, le sigue el hecho de que fue hacia ella por quien realmente Al sintió algo, como también el saber que ambos pudieron haber llegado a algo mucho más allá que lo que solo significaba una relación común y corriente, pues todo iba viento en popa hasta que ella cometió ese grave error...hasta que Al se interesó en mis dilemas y yo egoístamente le afirmé que no quería que estuvieran juntos de nuevo el día que me preguntó y afirmó que mi opinión era trascendental.
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Granada
Romance¿Algo irónico? Que tus padres te lleven a cenar a uno de los restaurantes más lujosos y prestigiosos de todo Manhattan sabiendo que su hija única padece de un trastorno mental-alimenticio conocido como Anorexia. En su cumpleaños. ¿A quién le pasó e...