Siempre Serás Tú.

🌿 Capítulo 17

MARATÓN PORQUE SOY LA VERGA okno 1/2

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Aquel verano Cass y Dean no se extrañaron.

...

El tiempo pasa demasiado rápido para quien lo está disfrutando...o para quien no es consciente de su transcurso por demasiadas tareas y un trabajo cansado.

La comunicación entre Cass y Dean había disminuido a mensajes de buenos días, buenas tardes ¿cómo fue tu día? Y, a veces, unas buenas noches, si es que no se quedaban dormidos. El mayor se veía lleno de proyectos y demasiadas tareas que lo consumían por completo, le pedían tanto material que ni juntando su sueldo de medio tiempo con el de Tony podían completar, incluso habían tomado la costumbre de agarrar de su alcancía para su pasaje a NY ya fuera para comer, comprar algún material o completar lo que les faltaba, tan acostumbrados a hacerlo que esa alcancía dejó de ser exclusivamente de Dean para visitar a Cass a ser una para cosas de la escuela y necesidades básicas.

Así que Dean no había vuelto a visitar a Cass desde aquel San Valentín, de hecho ya ni videollamadas Hacían debido a lo ajetreados que se encontraban, el Winchester apenas terminó su segundo semestre y ya se sentía agotado.

Aquel verano Dean condujo con Sammy y su madre como acompañantes hasta Kansas. Se despidieron de días nublados y bosques frondosos para dar la bienvenida a tierra cálida y extensos huertos de manzanas. Sam y Dean estaban realmente emocionados de regresar a casa, al lugar que los vio crecer, y aunque extrañaban a su padre no iban a permitir que eso les amargara el viaje.

Estaban entusiasmados de ver a los abuelos Campbell, soportar los gruñidos de su abuelo cuando no hacen lo que se les pide o las cosas no terminan como él quería y comer las tartas de la abuela. Ambos hermanos Winchester llevaban el nombre de sus abuelos, Dean no pensaba mucho el hecho de llamarse como su abuela es más, lo ignoraba a conciencia, pero Sammy estaba bien con su nombre, igual tenía un primo así llamado...aunque este ya era referido como Samantha.

La casa de la familia Campbell no era nada del otro mundo, una pequeña vivienda en uno de los suburbios de la ciudad con un lindo jardín de un verde imposible con rosales rosas y la cerca blanca. Dean la recordaba más grande, estaba seguro de que lo era; en ese momento se asemejaba más a una casita de muñecas, con techo de dos aguas y tejados blancos, un porche con columpio y tomas de agua para las aves, el mosquitero de la puerta se veía un poco desgastado a como lo recordaba, incluso las paredes ya no parecían blancas sino de un azul deslavado, casi gris. Una bandera de los Estados Unidos ondeaba sobre el porche, Dean negó con la cabeza, apenas empezaba julio y ya se volvían muy patriotas.

Siguió a su madre y a Sammy por el camino de entrada cargando tanto su mochila como la de su hermano. Mary Winchester parecía estar realmente feliz de volver a casa, como si rejuveneciera y volviera a los tiempos donde fue una niña que jugaba ene se jardín. John no se llevaba bien con los señores Campbell, de hecho ni se hablaban, Samuel Campbell creía que no era digno de su hija, que ella merecía mucho más, por esas razones le pidió a Dean que no dijera nada sobre su distanciamiento en el último año, no quería que su padre comenzara a presionarla para que pidiera el divorcio. A pesar de sus errores y su terquedad Mary amaba a John con todo su corazón, esperaba que pronto la llamara y se disculpara, que le dijera que todo iba a estar bien, que volverían a ser una familia.

Deanna les abrió la puerta sonriéndoles encantada mientras abrazaba a su hija y luego a Sammy. Dean la recordaba un poco más joven, con el cabello rubio como su madre pero aquella mujer ya tenía indicios de canas y algunas arrugas alrededor de los ojos y la nariz, incuso se veía más bajita y curvilínea, tenía unos anteojos de media luna en la punta de la nariz y sonreía amablemente llena de harina y sabe que otra cosa. Se paralizo un poco al ver a Dean detrás de Sammy, incluso su sonrisa se borró sutilmente hasta que se acomodó bien los lentes.