🌿Capítulo 8

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Los engañé, el soundtrack no fue el Justino :v

Creo que este capítulo dice más de mí que todos los anteriores sólo que lo adapté a nuestros personajes ._. proceda con precaución.

Inspirado en la canción Void de The Neighbourhood (¿les gusta ese grupo? A mí no tanto pero lo escucho porque a mi mejor amiga le gusta :v)

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Feliz Hipocresía.

...

El lugar donde sería la tan esperada cena de navidad se encontraba en el centro de la ciudad, cerca del Empire State. Los autos se deslizaban por la avenida uno tras otro deteniéndose para que sus pasajeros bajaran con ayuda de los trabajadores como si no fueran capaces de abrir una puerta por sí mismos. Castiel y Gabe traían la ropa que habían escogido para ellos mientras Charlie iba como si de una pasarela se tratara. Se veía fabulosa pero se le notaba incómoda así que en el bolso que iba acorde a su atuendo traía escondido un par de tenis para cuando los tacones la cansaran.

Un hombre le abrió la puerta a su abuela pero Gabriel se apresuró a abrir la propia y salir por su cuenta antes de que esos chicos tuvieran que apresurarse a través del hielo para hacer algo que ellos podían por sí mismos. Charlie se aferro a sus dos amigos para no matarse en el intento de caminar con aquellos tacones y siguieron a los señores Novak hasta ingresar al lugar del evento.

El hotel Royals estaba decorado del suelo al techo. Enormes árboles en cada rincón con enormes esferas que parecían pelotas de soccer colgando de sus ramas hacían que todo mundo pareciera pequeño; la escarcha artificial iba de un lado a otro como telarañas de una vieja casona...era impresionante a la par que exagerado. ¿En serio necesitaban tantas cosas para una cena? Había miles de mesas regadas por toda la sala donde sería el evento, manteles blancos y rojos las cubrían mientras un impresionante centro de mesa reinaba en cada una.

Un amable hombre los llevó a su mesa, descubriendo que sólo quedaban disponibles tres puestos que serían ocupados por otra familia. James le corrió la silla a Amelia para que se sentara y el mesero que se encontraba entre su mesa y la siguiente imitó la acción para Charlie. Gabriel sonrió y le soltó un codazo a Castiel.

— ¿No vas a correrme la silla, Cassie?

Cass lo miró con cara de pocos amigos y se sentó sin ayuda de nadie. Gabriel hizo un mohín y se sentó del otro lado de Charlie. Los cinco recién llegados se quitaron el abrigo y lo colgaron en el respaldo de su silla, las mujeres hicieron lo mismo con sus bolsos, y después se dedicaron a mirar a toda la gente que iba y venía ataviadas en sus mejores galas, un tanto exageradas para una cena pensaba Castiel, pero sin duda muy bien hechas.

—Allí viene Irina, Amelia—susurró su abuelo atrayendo la atención—Sonríe y finge que estás feliz de su trabajo.

—Pero no lo estoy—masculló su abuela para sonreírle a la mujer rubia que se le acercaba sonriendo—Hola, Irina, hermoso el trabajo que has hecho para el día de hoy.

Ambas mujeres se dieron el beso de judas y Gabriel tuvo que luchar contra el comentario que moría por salir de su boca. Cass sonrió por la hipocresía que reinaba en aquel lugar y sacó el celular esperando tener un mensaje de Dean pero su bandeja de entrada seguía igual de vacía que hace cinco minutos.

—Cuando em lo dijeron no podía creerlo, ¡qué bello es tu nieto!—la mujer se acercó y presionó las mejillas de Gabriel, haciendo sonreír a Cass y que Charlie luchara por mantener la compostura—Es el menor, supongo. De Chuck, ¿verdad?

Siempre Serás Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora