"Conservar algo que me ayude a recordarte sería admitir que te puedo olvidar"—Romeo y Julieta, William Shakespeare.
...
—Prometiste que te harías un tatuaje conmigo—gimió Gabriel mientras se cruzaba de brazos.
—Nunca prometí eso, Gabe. Tengo que llegar a Miami antes del fin de mes, ¿podemos irnos?
Ambos se encontraban a las afueras de un local de tatuajes que se encontraron en su camino a Miami. En esta ocasión sólo iban ellos dos pues Charlie dijo que quería ir con Jo a Seattle porque tenía algo que mostrarle antes de volver a LA, les había dejado el auto a cambio de las llaves del de Gabriel para que ambos fueran por carretera hasta Miami, cosa que habría sido grandiosa si el maldito aire acondicionado funcionara.
El camino había sido con Gabriel intentando subirle el ánimo a Castiel después de que dejaran a Samantha, el nuevo amor de la vida de Gabe, en el aeropuerto.
Gabriel en serio temía que Castiel quisiera volver con Timothée en cuanto llegaran a LA, le había costado un infierno sacarlo de allí como para que retrocediera sólo porque Dean no quiso perdonarlo; sí, entendía que Castiel necesitaba ese perdón para poder seguir adelante, para superar aquello que ¡ya era ridículo! Su amigo no era el primero ni fue el último en engañar su pareja y sí, las consecuencias fueron horribles, pero ya bastaba de seguir así. También entendía por qué Dean se negó a dárselo pero seguir guardando aquello no los estaba llevando a ningún lado. Necesitaban perdonar para seguir adelante.
Así que la solución de Gabriel fue estacionarse a las fueras de un local de tatuajes en la carretera dispuesto a no moverse de allí hasta que Castiel se tatuara con él.
—Eres doctor, no deberías de tatuarte—gruñó Castiel mientras era acarreado hacia el interior del establecimiento.
—No es como si atendiera a mis pacientes desnudo—masculló Gabriel poniendo los ojos en blanco—Vamos, Cassie Bee, será divertido.
Castiel dudaba que realmente fuera divertido, por lo general las ideas de Gabriel no eran divertidas, siempre habían terminado en desastre. Castiel miró inseguro su entorno, admirando los montones de diseños que colgaban de las paredes de madera y esa música de rock clásico que sonaba en las bocinas. Todo parecía estar tranquilo y en calma, como un pueblo fantasma. Había muebles de piel rojos por los rincones. Al fondo se encontraba una puerta...o al menos lo sería si no colgara una cortina roja del marco; el mostrador iba de un extremo a otro cuidando la entrada aquella y en él se podían ver diversos objetos que Castiel solía admirar en los rockeros metaleros de moda punk.
—Hola, bienvenidos—un hombre robusto y del tamaño de un ropero apareció de la nada sobresaltándolos— ¿Buscaban algo en especial?
Castiel se sintió diminuto al ver a ese sujeto pues parecía que estaba frente a la mole; tenía varios aretes en las orejas y uno que otro en la nariz; sus brazos, realmente grandes y velludos, estaban cubiertos de tinta creando imágenes realmente complicadas y fascinantes, Castiel se perdió en ellas intentando encontrar una forma determinada. Vestía de negro de pies a cabeza, incluso traía varias pulseras y algunas cadenas alrededor del cuello pero su sonrisa era realmente amigable, hacía que le aparecieran dos hoyuelos en las mejillas y rejuvenecía unos años, era casi como un enorme bebote.
—Mi amigo y yo queremos tatuarnos—aclaró Gabriel con una sonrisa—Algo genial, que nos haga olvidarnos de la mierda en nuestras cabezas. Como para cerrar ciclos, ¿me entiende?—el hombre asintió sonriendo.
—Entiendo a la perfección, ¿quién primero?
...
La música reventaba sus tímpanos mientras se encontraba sentado al borde de su cama mirando fijamente la caja que tenía a los pies. La botella en sus manos estaba a la mitad y él planeaba vaciarla en el siguiente trago pero, por ilógico que sonara, quería hacerla durar otro poco aunque tuviera otras cuatro en el suelo. La noche se colaba por su ventana y él sabía que debía irse a dormir ya puesto que tenía mucho trabajo que atender al día siguiente, tenía que cubrir su parte y la de Tony hasta que éste llegara de Alemania pero seguía despierto mirando a la nada, preguntándose por qué las cosas vuelven cuando uno cree que las ha dejado ir.
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Siempre Serás Tú.
Fanfic¿Minute By Minute era realmente el final de esta historia? Ya había quedado claro que ambos se amaban pero... ¿Qué pasaría si la vida hace que Dean y Cass se separen de nuevo y no vuelvan a encontrarse? ¿Qué pasaría si una beca en Nueva York de últi...