🌿 Lo que fue, lo que es y lo que será. Part. 1

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La canción en multimedia es nuestra última canción para esta novela y espero que la quebradera que me metí para escribir valiera la pena.

Lo dividí en dos partes así que esta es la primera por si sienten que aún faltan detalles apareceran en la segunda parte c:

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Dean sentía los dedos de Cass acariciar su pecho mientras su cabeza se encontraba recargada en su hombro, los de él iban y venían por toda su espalda trazando patrones inexistentes haciendo caso omiso a las alas allí tatuadas. Giró el rostro y besó su frente pegajosa por el sudor y luego deslizó los labios a la punta de su nariz, luego a sus mejillas, sus parpados y por su barbilla haciéndolo reír. Dean siguió regando besos por todo su rostro provocando que el pelinegro se removiera inquieto en sus brazos mientras reía.

Al final silenció sus risas con un brusco beso que hizo que Castiel gimiera bajo mientras pasaba ambos brazos alrededor de su cuello para mantenerlo cerca. Ambos se besaron largo rato, saboreando la boca del otro sin prisas. Ambos habían perdido por completo la noción del tiempo y poco les interesaba saber cuánto llevaban en aquella vieja habitación de motel.

Cass intentó apartarse para respirar pero Dean lo siguió dándole cortos besos que hacían reír al pelinegro pues él intentaba decir algo.

Dean volvió a besarle las mejillas, la mandíbula, la frente e incluso el cuello lo que le ocasionaba cosquillas y que fuera realmente difícil formar una idea para que saliera de su boca. Hizo la cabeza hacia atrás y comenzó a reírse de verdad como no hacía desde hace mucho tiempo, se carcajeó cuando Dean comenzó a hacerle cosquillas en sus costados y se sintió joven de nuevo, volvió a hacer un simple chico de diecisiete años enamorado por primera vez mientras reía en aquella habitación.

— ¡Dean, basta!—gritó sin aliento mientras intentaba apartar las manos del rubio—Por favor, basta—murmuró entre risas haciendo que el mayor por fin se detuviera.

—Cásate conmigo.

Castiel enmudeció de golpe y abrió los ojos para mirar fijamente al hombre a su lado.

El tipo parecía realmente risueño, ajeno a las palabras que acababa de decir como si hablara del clima que los rodeaba. Lo miraba sonriendo mientras un ligero rubor en sus mejillas comenzaba y el brillo en sus ojos aumentaba; tenía el cabello por sin ningún algo y algunas marcas rojizas en su cuello que iban y venían, sus labios seguían hinchados pero, a pesar del aspecto desaliñado, parecía realmente feliz y hermoso, jodidamente hermoso.

— ¿Qué?—fue la muy inteligente respuesta de Castiel.

—Tú...—puso una mano en su pecho—...Yo...—se señaló él—Casarnos, tener mucho sexo y ser felices—Castiel sonrió divertido— ¿Qué dices?

—Dean, pasaron años—el pelinegro colocó una mano en el pecho de Dean y lo acarició—Tenemos que volver a acoplarnos, a conocernos. Hemos cambiado y ambos debemos asumir eso—deslizó la mano hasta su cuello y enredo los dedos en el cabello de su nuca—Podremos casarnos más adelante.

—Podemos casarnos ahora—fue la solución de rubio mientras sujetaba a Cass como él lo hacía—Nos casamos ahora y tendremos toda la vida para conocernos—Castiel se rió divertido—Vamos, cásate conmigo—colocó su frente sobre la del menor y sonrió cuando el otro suspiró—Ya hemos desperdiciado mucho tiempo, bebé, así que no desperdiciemos más.

Castiel asintió mientras golpeaba su nariz con la de Dean antes de atraerlo y besarlo. Las sábanas que los tenían envueltos volvieron a revolverse mientras Castiel envolvía ambas piernas alrededor de la cintura del mayor y éste se colocaba encima manteniendo su mano enredada en los cabellos negros de Castiel mientras que la otra se deslizaba por su costado hasta llegar a uno de sus muslos y apretarlo con fuerza, sacándole un jadeo al hombre bajo él.

Siempre Serás Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora