IX

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La alarma sonaba sin querer parar aquella mañana un poco nublada, el chico se estiró para apagarla y se levantó estirándose en la cama. Había pasado ya 3 semanas de conocer a Damián, el chico tomó su celular y le mando un whatsapp para saludarlo. Después de aquel paseo en el parque Madrid el joven intentaba que Ignacio cambiara la idea que tenía cuando regresara a Caracas, sin embargo, el joven no descartaba la idea de poder hacer daño a Armando y Mariana. Caminó hasta el baño y se miró en el espejo donde pudo ver a un chico con poca barba, había comenzado a hacer ejercicios y estaba agarrando masa muscular, pudo notar que Ignacio estaba cambiando y que estaba quedando poco del chico que antes era. Luego de asearse se dirigió a la cocina para tomar café que ya estaba recién preparado,  el timbre sonó pero el mayordomo salió a abrir la puerta dejando ver la silueta de Damián.

— Joven lo busca en la entrada — anunció el hombre para luego retirarse,  ignacio camino hasta la puerta aun tenía las ojeras de sueño y el cabello despeinado.

— ¿Qué haces aquí tan temprano? — preguntó invitándole a pasar. — debías esperarme en el café.

— Si lo se, pero esta mañana me desperté con ganas de una aventura — respondió con los ojos brillosos.

— Vaya ¿y qué clase de aventura es? — pregunto Ignacio cruzándose de brazos, la verdad le parecía gracioso el chico, solía ser espontáneo en ciertas cosas que le hizo recordar a Santiago.

— Será una sorpresa solo trae tu pasaporte — sugirió el chico mientras tomaba asiento en el sofá — y cámbiate de ropa así no puedes ir tampoco — y lanzó una sonrisa al chico, cosa que hizo que Ignacio le sacara la lengua y se dirigió a su habitación para alistarse.

Los tres chicos se encontraban reunido en el patio trasero de la universidad, después de que Simón hablara con Armando decidió contarle a sus amigos y les mostró las prueba que tenía.

— Debes tener cuidado Simón esto es invasión a la privacidad — le reclamó Valeria. —¿acaso has perdido la cabeza?.

— No es perder la cabeza es estrategia como el ajedrez. — se limitó a responder el chico.

—¿Y acaso no has pensado en cual puede ser su próxima jugada? — la chica tomó los papeles y les echó una última mirada. — esto se volvio una guerra sin necesidad Santiago estaría decepcionado de ti — recalcó la chica.

— ¡Pero ya Santiago no esta! — alzó la voz el chico. — ya despierta de una buena vez Valeria — la chica se sorprendió ante la reacciones del chico. — por no hacer nada es que murió Santiago y así tenga que morir yo no descansaré hasta verlos sufrir.

— ¡Ya basta! — exclamó Sebastián, Simón y Valeria voltearon a verlo. — no reclamo lo que hiciste pero creo que el que debería decidir que hacer es Ignacio. — el moreno camino hasta ellos dos. — el que discutan entre ustedes deshonra la memoria de Santiago.

— Tienes razón — dijo Simón cerrando los ojos. — mejor volvamos a clase. — dicho esto el chico salio del patio sin decir mas nada.

— La muerte de Santiago lo cambió — dijo Valeria que se le salían unas lágrimas.

— Es parte del dolor Valeria — Sebastián se acercaba a ella para abrazarla — solo tienes que dejar que drene el dolor. — la chica no respondió solo se dejo llevar por el abrazo del chico.

Después de vestirse Ignacio salía de su habitación y caminaba a la sala, tenía su pasaporte en el bolso de lado y un poco de dinero que los casablanca le daban,  Damián lo esperaba con una amplia sonrisa mientras se levantaba del sofá.

— Si que te ves bien — halagó al chico que salía al recibidor.

— Ya calla — replicó ignacio— mejor salgamos.

Giros del Destino [#GoldenAwards19][#WrittingsDreams2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora