XIX

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La casa de Valeria se encontraba llena de policías investigando los hechos desde que desapareció, revisaron las grabaciones con cuidado sin ningún resultado.

— Haremos todo lo posible para encontrar a su hija... — comentó el policía que hablaba con el padre de Valeria.

—¿Está seguro de que investigaron a Mariana Villareal y Armando Fuenmayor? — preguntó Simón.

— Así es los dos estaban en la universidad desde temprano — Respondió el hombre.

— Ya tenían una cuarteada... Acaso no lo ven esta en sus ojos — comentó Simón molesto.

— Hacemos lo mejor que podemos joven. — dijo el hombre y dejo los dos en la sala, Simón caminó hasta donde estaban Sebastián e Ignacio.

— Debo hacer algo la policía no hará nada.

— Lo que tienes que hacer es mantener la calma y no volverte loco — Dijo Sebastián.

— ¡No me pidas eso! — exclamó el joven.

— Ya Simón algo se nos ocurrirá encontraremos a Valeria ya lo verás — le animó Ignacio.

Mariana se encontraba en su habitación con un sonrisa de satisfacción que nadie se la podía quitar, observaba desde su ventana cómo se alejaban los policías que habían ido a interrogarle, solo esperaba que Armando también siguiera el plan de pasar desapercibido ante la desaparición de Valeria. Había pedido a un conocido que se encargara de como se llevarían a Valeria, caminó hasta su closet donde se puso una ropa deportiva, se miró en el espejo para luego dirigirse hasta su mesa de noche; Donde abrió la gaveta y sacó un arma. La miró cuidadosamente y la guardó en su bolso.

Bajó las escaleras pasando por la sala donde se encontraban sus padres, el hombre alzó la mirada con preocupación.

— ¿A dónde vas a estas hora Mariana?.

— Tranquilo padre solo saldré con Armando — respondió la chica sin preocupación.

Conducía a través de la oscura carretera, casi llegaba al sitio donde tenían secuestrada a Valeria, una propiedad alejada de la ciudad que casi no usaban la familia de Armando. La chica estacionaba afuera donde pudo observar que una moto estaba estacionada, seguro Armando llegó antes y ordenó que se marcharan los demás. La joven entró en la pequeña casa donde todo estaba oscuro, Armando se encontraba de brazos cruzados en la sala.

— Sabes no esperaba ver la policía llegar a mi casa y requisar todo — comentó el chico.

— Ya deja de lloriquear — dijo la chica pasando a su lado, entró a la habitación donde estaba Valeria atada, caminó alrededor de ella y le agarró el mentón — ya no eres tan valiente ¿Verdad?.

— Aún no entiendo el por qué todo esto... ¿Consideraste las consecuencias acaso?— Dijo Armando entrando, Valeria los miro a ambos con los ojos aguados.

— No me digas que sientes compasión cuando su amiguito vino por nosotros, nos arruinó tanto a ti como a mí.

— ¿Y si dejamos todo así?... Podríamos meternos en problema Mariana — Armando se acercaba a ella, pero Mariana le apuntaba ya con el arma.

— Díme de una vez si estas de mi lado o del de ellos Armando.

— No estoy de ningún lado se cual es mi posición, pero no manchare mi nombre por un capricho tuyo Mariana. — el joven le dio la espalda dispuesto a salir de aquél lugar. — y deja de jugar con armas yo no te tengo miedo.

— Pues mala respuesta Armando. — Dijo la chica, un disparo invadió todo el lugar,  sin embargo nadie pudo escuchar en ese momento ya que se encontraban alejados de la civilización.

Giros del Destino [#GoldenAwards19][#WrittingsDreams2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora