Parte 3: el regreso.

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El avión aterrizaba en el aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía en Venezuela, el chico activaba el WiFi del aeropuerto para saber de Sebastián a lo que el chico había enviado un whatsapp donde le respondía que ya lo estaba esperando; esperaba el equipaje que como cosa rara había tardado en salir. Caminaba por los pasillos del aeropuerto tranquilamente,  notaba que levantaba miradas a su lado cosa que si fuese pasado eso hace casi 2 años ni lo hubieran notado, pero, ahora era diferente tenía que demostrar su seguridad. Las puertas se abrieron y pudo notar que Sebastián estaba parado de brazos cruzados,  tenía su típica cara de seriedad que lo caracterizaba, aunque pudo notar que el chico había tomado masa muscular seguro era por el gimnasio.

Se saludaron y caminaron hasta el auto que los esperaba luego de una charla y ponerlo al día; el joven había decidido que lo dejaría descansar por el largo viaje que había hecho, así pondría mejor sus ideas. Luego de llegar a casa caminó por la habitación, solo una vez había estado allí sin embargo ya sentía que conocía el lugar; observó el piano en la habitación y lanzó un suspiro mientras una lágrima mojaba su mejilla.

Al día siguiente un golpe en la puerta lo despertó, era la sra María quien entraba con el desayuno en una bandeja.

— Andrés ya levántate tienes visita — despertó amablemente la mujer.

— Buenos días María — contesto entre las sabanas el chico. — ¿quien vino tan temprano?.

— La chica Casanova y el joven Leal están abajo esperándote.

Esto hizo que el chico se despertara aun mas rápido y se levantó de la cama.

— María ¿le importaría bajarme el desayuno? iré a la sala con ellos — pidió el chico amablemente,  cosa que la mujer asintió con una sonrisa.

El joven bajó las escaleras y pudo ver a Valeria, estaba radiante como siempre,  la chica se lanzó hacia el chico para darle un abrazo de bienvenida.

— ¡Ignacio te extrañé! — exclamó Valeria sin soltarlo.

— Valeria me estas asfixiando — comentó Ignacio,  cosa que hizo que ella se separa de el con una sonrisa — recuerda que ya no soy Ignacio ahora soy Andrés.

— Tendré que acostumbrarme.

— Mejor vayamos a tomar desayuno — les invitó el chico. — creí que Simón iba a venir con ustedes.

— Te lo dije ya — respondió Sebastián que tomaba un poco de café — después de lo de Valeria no ha querido hablar con nosotros.

— Entiendo pero creo que debo hablar con el ¿sabe que estoy aqui? — les preguntó a ambos, cosa que negaron con la cabeza.
— esta bien creo que debo ir solo.

— Has cambiado demasiado — dijo Valeria tomando su mano— ¿estás seguro de querer volver a la universidad?.

— Más que seguro Valeria — respondió el chico tomando una cucharada de su desayuno.

Luego de ponerse al tanto de todo el chico subió a bañarse, habían decidido ir a la cada de Simón para saber como se encontraba. El auto arrancó dejando la gran casa atrás, Valeria le hacía cualquier preguntas acerca de Damián;  y para ser sincero se sentía un poco incómodo por el interrogatorio. Una vez que llegaron a la residencia donde viven los Castillos,  los chicos bajaron del auto. Un señor de buena presencia los recibió;  el parecido a Simón era mucho, debía ser el padre el chico.

— Hola Sr. Castillo ¿se encuentra Simón? — preguntó Valeria.

— Valeria tenía tiempo que no te veía — respondió el hombre — si está en su habitación — el hombre miró hacia arriba — no ha querido salir de allí en semanas.

— Disculpe Sr. Castillo ¿podría ir yo a hablar con el? — preguntó Ignacio.

— Si claro — respondió invitándolos a entrar — a ver si con caras conocidas logra salir. — comentó mientras se acercaba a las escaleras que daban a las habitaciones.

— Esperen aqui ya regreso — les dijo Ignacio que le siguió el paso al padre de Simón, subieron las escaleras para llegar a un amplio pasillo. Habían varios retratos familiares entre ellos varios eran de Simón donde se podía ver los cambios del chico, desde las fotos de recién nacido hasta donde se encontraba con mas edad; incluyendo una familiar. El hombre tocó la puerta y le indicó con la vista a Ignacio que entrara.

— Los dejaré a solas — comentó el hombre dejando a Ignacio en el pasillo, lanzo un pequeño suspiro y entró en la habitación. Todo estaba oscuro debido a que la cortina estaba en la ventana e impedía el acceso a la luz del día, Simón se encontraba en la cama acostado; le daba la espalda a la puerta por lo que no sabía quien estaba atrás de el.

— ¿Qué quieres? — preguntó desganado.

— Soy yo Simón... Ignacio — respondió Ignacio, pudo notar que Simón se incorporaba y miraba hacia el joven.

—Regresaste —comentó mientras sus ojos comenzaban a brillar por las lágrimas que amenazaban en salir.

— Si he regresado pero veo que tu no estas del todo bien.

— Por mi culpa hice que suspendieran a Valeria — dijo secándose las lágrimas.

— Ella no te culpa por ello — Ignacio se acercó hasta el chico. — vaya amigo desde cuando no te bañas apestas — comentó en broma, Simón lanzó una sonrisa.

— No me jodas por eso — replicó el joven. Ignacio se acercó a la ventana y abrió las cortinas dando luz al lugar, pudo notar que la habitación estaba desordenada y que el chico tenía ojeras.

— Me enteré de que has averiguado mas a fondo sobre Mariana y Armando. — comentó Ignacio sentándose a su lado. — solo se que Armando es un bastardo que lo mantiene su padre porque la familia del hombre se dio cuenta de su existencia — Simón asentía lentamente — ¿qué otra cosa mas averiguaste?.

— La familia de Mariana esta en la quiebra — respondió Simón con una sonrisa. — el padre de la chica hizo una mala inversión, pidieron prestado a mi familia una gran cantidad de dinero... — Simón hizo una pausa — iba a amenazarla cuando fue tras Valeria...  Ahora para rodeada de mas gente que de costumbre,  ya no es solo Armando.

— Eso no lo esperaba — comentó Ignacio.

— Está en la universidad por que su padre le invirtió mucho los semestres, pero sé que ella no está al tanto de su situación...

— Entonces eso nos da un paso de ventaja. — dijo Ignacio que se ponía de pie. — aparte ella no sabe que ahora me llamo Andrés.

— Entonces ya no te llamas Ignacio — comentó Simón — puedo ver que has cambiado en verdad, aparte que la barba te hace mas adulto.

— Lo sé y ya no necesito de lentes.

— ¿Crees que los muchachos quieran verme?  — le preguntó.

— Pues es algo que debes preguntarle tu mismo — respondió Ignacio acercándose — pero primero báñate que de verdad apestas. — Simón soltó una risa y se dirigió al baño, Ignacio bajaba las escaleras donde Valeria y Sebastián esperaban impacientes.

—¿Que te dijo? — Preguntó Sebastián.

— Vendrá en un rato — respondió. — ¿Alguno ha sabido de Mariana?.

— Cumplirá año en unos días ¿Por qué? — preguntó Valeria.

— Hay que ir a esa fiesta — respondió Ignacio.  — creo que hay que darle una linda sorpresa a ella.

Damian caminaba por las calles de Madrid con una sonrisa, había conseguido pasaje para Venezuela e iría a visitar a Ignacio. Luego de una dura conversación con sus padres logró convencerlos de ir; sabía donde llegar pues habían hablado con los padres adoptivos de el y con gusto los recibirían en su casa. Solo era cuestión de esperar unos días para hacer la visita y caerle de sorpresa. Solo esperaba que ya se le fuera quitado la idea de seguir con hacerle daño a aquellos que se burlaron de el, por un lado podía entender el resentimiento;  pero ya era hora de que Ignacio comenzara a dejar el pasado en su lugar y no traerlo al presente.

Giros del Destino [#GoldenAwards19][#WrittingsDreams2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora