XIV

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Los chicos se encontraban en el centro comercial hablando, Simón se encontraba mas animado después de haber hablado con Ignacio. Sebastián se encontraba con Ignacio observando la vitrina donde estaban exhibidas unas computadoras; mientras qué, Valeria y Simón continuaron su camino hablando.

- La verdad discúlpame no supe que hacer - le pidió Simón mirando hacia el suelo.

- Ya eso pasó no te sigas echando la culpa - respondió Valeria que se detuvo en el pasamanos y miraba hacia las personas que caminaban por los pisos inferiores. - en algún momento pagarán por todo.

- Sabes Valeria me importas mucho - Simón jugaba con sus dedos en aquel momento. - pero siento que si doy el paso la amistad se arruinará.

- Esperaba a que me dijeras eso hace tiempo.

- ¿Entonces... Quieres ser mi novia? - preguntó  dudoso, pero con pasos firme se acerco hasta la chica.

- Esta bien - respondió la chica, ambos se acercaron y se correspondieron con un suave beso. Ignacio y Sebastián estaban observaron la escena y lanzaron una risa.

- Ya era hora que ustedes dos hicieran eso.  - comentó Sebastián negando con su cabeza y los brazos cruzados.

- Mejor cállate - amenazó Simón poniéndole mala cara.

- Chicos mañana iré al cementerio a visitar a Santiago ¿vienen conmigo? - preguntó Ignacio que puso su semblante un poco nostálgico, por un momento se reflejó el antiguo chico que conocieron.

- Claro que si - respondió Valeria. Después de un rato fueron a comer algo para después ir a sus respectivos hogares.

La brisa rozaba el cesped con suavidad en aquel lugar donde una vez Ignacio estuvo enterrando sus recuerdos. La foto de Santiago estaba en la lápida con su fecha de nacimiento  y el año fallecido, colocó las flores encima y se arrodillo en la grama mientras que la brisa rozaba su cara secando las lágrimas que caían por sus mejillas.

- ¿Por qué lloras bonito? - preguntó Santiago que se sentaba a su lado observando las flores que Ignacio le trajo. - están hermosas cómo tu.

- ¿Esto es un sueño? - preguntó Ignacio un poco sorprendido.

- Eso depende de cómo tu lo quieras ver - respondió acariciando las mejillas de Ignacio,  este cerró sus ojos al sentir el tacto del chico.

- ¿Por qué tuviste que seguirme esa noche?... Debiste dejarme ir.

- No fuera sido lo correcto, eres el chico que amo y seguiré amando a pesar de no compartir mi vida junto a la tuya.

- Seguirías con vida, debí morir yo en tu lugar - Ignacio bajó la mirada.

- No digas eso...tienes gente que te quiere, en cambio yo ya cumplí mi ciclo. - comentó Santiago mirando al cielo.

- Mi madre nunca me quiso...  ¿Cómo puedes decir eso?.

- Nuestros amigos te quiere...  Y tienes a Damián.

Miró hacia Ignacio que le devolvió la mirada sin decir nada.

- Se parece mucho a tí ¿lo sabes no? - inquirió Ignacio.

- Vaya de loco que es el destino.. ¿No?.- lanzó una sonrisa de medio lado hacia Ignacio. - pero tienes que verlo como una oportunidad de vida... Yo siempre estaré a tu lado.

- Te extraño...

- Y yo tambien Ignacio no sabes cuanto... - Sus brazos rodearon a Ignacio atrayendolo hasta su cuerpo, Ignacio lanzó un suspiro cerrando sus ojos mientras sentía el calor de Santiago. - no quiero que le hagas algo a ese par y sabes de quien hablo.

- No me pidas eso - se levantó Ignacio - si Armando no fuera hecho eso estaría tranquilo.

- La vida nos da lecciones que nos hará cambiar como personas para bien o para mal... Yo no quiero que tu cambies para mal. - levantó la cara de Ignacio y le lanzó un beso al chico suave donde ambos.

Ignacio despertó en su cama con sus mejillas mojadas, se sentó y se secó las lágrimas, había soñado con Santiago y sentía su corazón acelerado. Se levantó y bajó hasta la cocina por un vaso de agua, el sueño lo había sentido tan real que no dejaba de pensar en ello.

Mariana se encontraba entrando al despacho donde su papá sacaba unas cuentas, el hombre tenía cara de preocupación;  cosa que la chica lo ignoró por completo.

- Padre mi cumpleaños es dentro de dos semanas y necesito un poco mas de dinero - la chica se sentaba en la silla al frente de su escritorio, el hombre la miró a través de los lentes.

- ¿Es necesario que hagas una fiesta en todo lo alto mariana?  - preguntó el hombre. - hija hay que reducir un poco los gastos al menos por un tiempo...

- ¿Estás loco papá?... No puedo cancelar a última hora lo que ya tengo... ¿Qué pensaran de mi si cancelo?  - la chica se había puesto de pie alterada.

- Ya cálmate,  te transferiré mañana mas dinero pero será la última vez... - concluyó el hombre, esto le sacó una sonrisa a su hija;  que ni por su mente tenía idea alguna de lo que ocurría con su familia.

Los chicos se encontraban sentados alrededor de la tumba de Santiago, el día estaba fresco y la brisa golpeaba sus caras con tranquilidad.

- Hace un año que ya no está con nosotros. - comentó Valeria que se encontraba recostada del hombro de Simón.

- El tiempo se fué volando y pareciera que fue ayer... - dijo Ignacio observando la foto. - saben considero que debería dejar las cosas como están y no hacer nada - los chicos le devolvieron la mirada, había olvidado comentarle lo soñado, sin embargo no dijo nada. - solo digo.

- Eso es cuestión tuya Ignacio las clases comenzarán en unas semanas más... - Dijo Sebastián - podrías hacer un reinicio aunque con tu apellido.

- Solo podría hacerme pasar por un primo y ya... - respondió Ignacio. - ya es hora de irnos se nos hace tarde.

A la noche el joven estaba acostado en ls cama, su celular vibraba a su lado por una video llamada.  Era Damián quien lo llamaba,  le dió al botón rojo;  sabía que tenían días sin hablar, pero consideró que no era el momento. No quería lastimarlo ya bastante lo había hecho, lo que no sabía el que solo lo llamaba para darle la noticia de irlo a ver a Venezuela. Al ver rechazada la llamada sospechó que solo no quería hablar, sin embargo, el chico sabía que era todo lo contrario y que tenía que ver con la venganza que quería realizar Ignacio.

Giros del Destino [#GoldenAwards19][#WrittingsDreams2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora