c a p i t u l o 13

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"Quiero verte crecer como persona,

deseo verte siempre sonreír.

Anhelo abrazarte y sostener tu mano en aquellos momentos

malos en los que no quieras seguir,

añoro el día en que esté a tu lado para cuidarte y darte cada parte de mí"

Miss Atonic

C A P I T U L O 13

La luz de la chimenea, el sonido de la madera al quemarse y una melodía agradable sonando en el equipo de reproducción, no recuerdo que sonaba, pero recuerdo que era delicada, te inducia a seguir...

Después de los meses de mierda que vinieron, decidimos enterrar para siempre el tema, como si no hubiese pasado y dedicarnos a vivir. Seguir viviendo no es pasar las hojas de un calendario, sino entender que cada hoja de ese calendario es única e irrepetible. Que al acabar esa semana, tienes algo que celebrar, que echas la vista atrás y te emocionas por lo vivido.

Cada mañana, al levantarme y poner los pies en el suelo me repetía lo mismo "Aitana, esta es tu vida, está aquí. Parpadea y te la perderás".

- Buenos días – dije agarrando con mis manos su espalda desnuda.

- ¿Te he despertado? – preguntó besando mi cabeza y apretándome más a él con mis brazos.

- He oído la ducha, y he pensado que era buen plan de despedida.

- ¿Por qué no vienes conmigo? – preguntó girándose hacía mí.

- Creo que no estoy preparada – dije bajando la cabeza.

- Sabes que estoy contigo, y me haría mucha ilusión aparecer cogido de tu mano.

- Es pronto Luis.

- Bueno – me acercó a su pecho – solo serán un par de días ¿vale? Te prometo que estaré de vuelta antes de que te des cuenta.

Las llamadas en su teléfono habían empezado a ser insistentes, había dejado una gira a medias y la gente le reclamaba. Armand ya no sabía que excusa decir del porqué su amigo había desaparecido de la faz de la tierra de la noche a la mañana, así que empezó a llamarnos a todas horas. Solo serán un par de días Luis, pero necesito que vengas a calmar las aguas, que la gente vuelva a verte, le decía. Él, insistentemente, le contestaba siempre lo mismo, no es el momento, y me miraba emocionado hasta que llegó el momento. Cogí su teléfono y se lo hice saber a Armand.

No quería ser su piedra, no quería ser un lastre colgando en su espalda. Quería ser su mujer, estar a su derecha para apoyarle siempre. Acompañarle y sentirme la persona más orgullos de la tierra pero... no era mi momento.

Solo serían dos días, me dije para mis adentros. ¿Pero cómo se vivían dos días sin él?

La gente no tiene ni remota idea de cómo es él. Algunos hablan, algunos inventan, algunos especulan, pero ninguno sabe cómo realmente es Luis cuando está conmigo. Los besos, es que los besos son lo mejor del mundo ¿nunca os ha pasado que te gusta tanto una persona que podrías estar toda la vida sin parar de besarla? Eso era Luis, podía estar así toda la vida, solo despegándonos para respirar y coger aire, aunque tuviera los labios enrojecidos por su barba impactando en ellos, aunque escocían cuando se separaba, aun así, era un riesgo que me encantaba correr.

·· d e s p e r t a r ··Donde viven las historias. Descúbrelo ahora