c a p i t u l o 17

1.1K 57 11
                                        


"Éramos tan distintos,

tan opuestos, tan ajenos...

Y ahí estaba la conexión,

y esa era la coincidencia

lo que no teníamos en común"

C A P I T U L O 17

Aunque el frío aún no había llegado, desde aquella llamada el frío se había instalado en mi cuerpo. No tenía suficiente ropa para no sentir el alma congelada que tenía dentro de mí. No pienses en eso, me decía una y otra vez. No es cosa tuya, intentaba convencerme. Estas demasiado dolorida para tenerlo en cuenta... ¿Estaba demasiado dolorida o era mejor estarlo que afrontar la realidad?

Miedo. Aquel frío acabó desatando una sensación de miedo que me hacía tiritar y no paraba de darle vueltas siempre a lo mismo... ¿Cómo una persona que ama, que siente, que tiene amor en su vida puede sentir miedo? Miedo a no estar a la altura, a no ser lo que se espera de nosotros... pero.... ¿Qué se esperaba de mí?

Lo cierto es que nadie había insistido en lo que esperaban de mí. Si no que nosotros mismos adoptamos una postura de exigencia a niveles estratosféricos. Me consideraba una persona exigente, demasiado. No me gustaba quedarme a medias, si algo quería, lo quería ya y así fue como me di cuenta que el principal problema que tenía en mi vida, era simple y únicamente yo

El 6 de agosto de 1945, una bomba atómica estallaba en la ciudad japonesa de Hiroshima y mataba en el acto a 120.000 personas. 250.000 murieron más tarde por efecto de la radiación.

El 11 de septiembre de 2001, dos aviones secuestrados por un grupo islamista envisten contra las torres gemelas de Nueva York causando la muerte de más de 2.500 personas y conmocionando a todo el mundo.

En abril de 2021 había decidido enterrar a la antigua Aitana para dar paso a la nueva. Empezar mi nueva vida. Enterrar los fantasmas del pasado y aprovechar cada instante que la vida me daba fuera cual fuera el destino que iba a encontrar.


- Hola buenas tardes, quería saber si podría hablar con Tamara - pregunté a una amable chica que se encontraba detrás del mostrador de recepción de las oficinas de la ONG.

- Un momento - contestó ella levantando su teléfono - ¿de parte de quien le digo? - preguntó de nuevo.

- Aitana, no me está esperando, igual llego tarde - yo seguía hablando aunque ella no me hacía mucho caso.

- Vamos - dijo levantándose de su silla - te está esperando, te acompañaré.


Pasamos al interior de la sala que quedaba cerrada tras unas puertas grandes de cristal. Mesas, ordenadores y mucha gente tecleando sin importarles lo más mínimo que un intruso como yo atravesara aquella sala sin quitar ojo a lo que estaban haciendo.

A nadie parecía importarle mi presencia, diría que ni me habían visto entrar y mucho menos habían caído en que yo, era la que estaba allí. Estaban demasiado ocupados tratando de construir un mundo mejor y eso me gustaba. Sin evitarlo me acordé de Luis. De cómo hacía un tiempo él estaría trabajando igual que ellos, intentando construir un mundo mejor.

Le había mandado un mensaje esa misma mañana antes de salir de Barcelona. Le decía que volvía a casa, que teníamos que hablar y tomar decisiones y sin saber cómo ni porque, mi coche se había desviado de su ruta habitual hasta llegar al parking de estas oficinas.

·· d e s p e r t a r ··Donde viven las historias. Descúbrelo ahora