c a p i t u l o 19

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"Me encanta...

Mirarle sin que me vea.

Observarle mientras está

concentrado, serio, ajeno.

Y cuando está de otro modo,

me encanta igual"

C A P I T U L O 19

Mi abuelo siempre dice que dos que comparten colchón, acaban de la misma condición. Y es que sin darnos cuenta poco a poco nos vamos haciendo a esa persona con la que dormimos. Y a mí eso me encanta.

Me encanta ver como las parejas se adaptan hasta fusionarse y ser uno. Hasta formar un equipo y navegar hacia la misma dirección.

Que alguien vele por tus sueños y que tú, veles por los de él.

Jamás he sido de buen dormir... hay días en los que me cuentas mucho conciliar el sueño. Empiezo a moverme y tengo que levantarme y volver a empezar pero cuando duermo con Luis... siento que estoy descansada, que estoy en paz aunque solo haya dormido un par de horas.

Pero lo cierto es que Luis llevaba muchos días durmiendo del tirón y yo llevaba muchos días andando entre penumbras por la casa.

Y eso lo nota la persona con la que compartes colchón, porque cuando compartes colchón, te amoldas a su hueco, a su parte hundida por el peso y cuando la otra persona no está, es como si fuera un balancín de esos que están en casi todos los parques. Cuando la persona se levante y te deja solo en la cama... es como si salieras despedido por los aires en aquel temido balancín.

- ­cariño - pronunció Luis entrando en el salón aún a oscuras y frotándose los ojos - se puede saber ¿Qué haces aquí? - preguntó colocándose por detrás de mí y masajeándome los hombros.

- Es que me he dado cuenta de una cosa.

- Haber - dijo pasando y sentándose a mi lado - sorpréndeme.

- No sé qué voy a hacerle de comer. No sé qué le gusta ni que come a diario.

- ¿Me lo estás diciendo enserio? - dijo con sus manos entrelazadas y riéndose de mi en mi cara.

- No estoy de broma ¿vale? - le hice saber. - haya tantas cosas que no sabemos de ella. ¿Y si no le caemos bien?

- Ya le caemos bien Aitana.

- Pero y si no se adapta ¿Qué pasará?

- Quieres no pensar en eso.

- No podemos obligarla a que nos quiera Luis.

- Cariño tiene dos años, se adaptará, te lo aseguro.

- ¿Y la escuela? Porque habrá que ir buscando una escuela.

- Pero si aún es pequeña - me recordaba.

- Pero los niños empiezan la escuela con tres años.

- Lo sé, pero Celia solo tiene dos... ¿O es que esperas matricularla un año antes?

- ¿Y el habla? Porque aún no sabe casi hablar. ¿Cómo se enseña a hablar?

- Haber, para - cogiendo mis manos - vamos a ir poco a poco, despacio no podemos correr porque no sabemos correr ¿recuerdas? Vamos a tomarnos todo el tiempo del mundo porque las cosas bonitas se hacen despacio, disfrutándolas. Te prometo que vamos a hacerlo bien, te prometo que vamos a estar juntos en todo. Mano con mano. También quiero que sepas que será duro, no nos vamos a mentir, pero que lo conseguiremos porque ¿sabes qué? - le indiqué que siguiera con mi cabeza - vamos a ofrecerle una vida mejor, con amor y cariño y eso no entiende de cómo ni de cuánto. Eso o se tiene o no y nosotros cariño, tenemos de sobra.

·· d e s p e r t a r ··Donde viven las historias. Descúbrelo ahora