Capitulo 35

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A los dos días Alex se encontraba en su habitación, aburrido.

Llevaba un gran yeso que le cubría su brazo fracturado. Debía esperar un mes para que sanara ¡Gracias Aiden-pito-corto!

Por suerte sus amigos, que lo habían visitado ayer, le contaron que después del incidente expulsaron a Aiden del colegio durante una semana y que había recibido una gran reprimenda de la entrenadora.

También le contaron con detalle la gran pelea que había tenido con Tenma, en la cual el rubio le gritaba que era un idiota como unas cien veces. Eso mejoró su día al máximo, el cual era un asco, ya que estaba sin hacer nada. Respirar no contaba como una actividad.

Sólo podía pensar en el rubio, y para ser sincero, también en como estarían las cosas en la escuela. Sus pensamientos también viajaban a las otras dos hermanas que adoraba, los Hirose lo tenían hundido. Su brazo dolía si se daba un golpe o lo sacudía. Así que el no podía moverse mucho.

Ya era de tarde y sus amigos debían de quedarse para el entrenamiento de Sarah. Entonces Tenma también debería de estar allí, se lamentaba ya que quería ver al rubio.

En verdad, quería ir a la escuela, pero su madre era paranoica. (Si esta fuese la Clea de verdad, ya lo hubiese mandado con una patada en el orto ahr)

Leyó varios libros durante las últimas horas, pero lo aburrían, vio la televisión, e intentó hacer cualquier otra cosa que no requiriera utilizar su brazo. Gracias a Dios que era el izquierdo, si no estaría completamente inútil.

Ya era tarde noche cuando llegó su mamá y la saludó, su padre y ella estaban abajo en la cocina mientras Alex seguía encerrado.

Alex estaba terminando de usar el ordenador, llevaba uno de los audífonos, cuando escuchó el timbre.

No le prestó mucha atención, ya que debía de ser una visita para su madre. Seguía mirando unos vídeos en YouTube cuando escuchó la voz emocionada de su mamá.

—¡Cariño, es para ti! —dijo con la voz alegre y Alex frunció el ceño, quintándose los audífonos.

—¿Para mí? —preguntó gritando, para hacerse oír.

—¡Si, es un amigo tuyo! —dijo aún a gritos y Alex se extrañó, una sonrisa estuvo en sus labios ¿Podría ser Sabbath?

—¡Ya voy! —exclamó, divertido, sabiendo que Sabbath igual subiría. Pero si fuera el ¿Su madre no se lo diría como siempre? Digo, el solo tenía tres mejores amigos.

—¡Tomate tu tiempo, cariño, yo le muestro la casa a Tenma!—dijo su madre riéndose mientras Alex se caía de la silla.

—¡¿Quién?! —gritó, alarmado, agradeciendo no haberse golpeado el brazo, y salió corriendo por la puerta.

—¡Tenma, cariño! ¿No escuchas? ¡Me lo llevaré un rato! —dijo su maligna madre mientras Alex corría por las escaleras.

Prácticamente saltó los escalones y quedó de rodillas frente a la entrada, con el cabello alborotado. Llevaba unos shorts y una camiseta holgada para dormir. No era la mejor vestimenta para dar saltos mortales.

Se levantó lentamente, ayudándose con la barandilla, hizo una mueca por su brazo, y se encontró con su madre mirándolo con desaprobación. Pero sus ojos se clavaron en el rubio en la puerta.

Tenma vestía un jean y una camiseta muy linda mientras mostraba a Alex una sonrisa tímida y sus ojos dorados brillaban con diversión.

—Alex, debes tener más cuidado con tu brazo. No quieres volver al hospital ¿Verdad?—advirtió su madre, al notar el rubor en el rostro de su hijo, observó como miraba al rubio y aplaudió ¡Era el chico del cual su bebito estaba enamorado!

Rivales (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora