Capitulo 14

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Había transcurrido una semana. Alex no hablaba con nadie y si lo hacía con sus amigos, era durante unos breves minutos.

Mantenía toda su concentración en los estudios. Duraba horas en la biblioteca, intentado escapar de la realidad, de su asquerosa realidad.

Estaba enamorado del hijo de puta que detestaban sus amigos, el mismo que lo humillaba a el, el mismo que se comía a su novio en los pasillos y el mismo a quien había tratado de evitar todos estos días.

Ahora que era consciente de sus sentimientos, sentía un gran nerviosismo al verlo, como si fuera más torpe de lo estrictamente debido.

Sus amigos le preguntaban qué sucedía y el prefería mentir o cambiar de tema.

Los evitaba, evitaba a todo el mundo, al llegar a su casa iba directo a su habitación para estudiar. Ya no podía diferenciar que día era del otro, el tiempo pasaba sin realmente estar pasando para el.

No podía parar de pensar en el rostro de Tenma y era una mierda.

Estaba caminando por el pasillo, con su mochila colgándole del hombro y jugaba distraídamente con el cierre de su chaqueta mientras avanzaba.

Así llevaba todos esos días el chico de los ojos esmeralda. Perdido en su mundo de enamorado. Era estúpido y lo sabía, pero no podía evitar sonreír cómo bobo cada vez que recordaba la risa de Tenma o cómo mordía su lengua al sonreír.

—¡Ally!—canturreó Sarah, colgándose de su brazo derecho, y Keline sujetó el izquierdo.

—¿De qué va esto? —preguntó Alex, un poco intimidado por las sonrisas picaras que mostraban sus amigas.

Sabbath intentaba parecer neutro, pero se reía.

Tendremos una reunión—dijo y los tres comenzaron a llevarlo a rastras fuera del colegio, por la calle.

—¿A dónde vamos? Tengo que estudiar, mañana hay clases y... —Alex intentaba poner vagas excusas, pero sus amigos lo ignoraron.

—hoy es viernes—dijo Sarah y el pelinegro abrió los ojos como platos.

«¿No era martes o algo así?» Pensó distraídamente.

—Hoy, hoy será el día en que nos sueltes que sucede—dijo Keline con una voz cargada de veneno.

Alex comenzó a temblar e intentó soltarse del agarre de sus amigas, ellas prácticamente lo cargaron para entrar a la pizzería.

La dueña los recibió con alegría y comenzó a reír al ver cómo Alexander intentaba escapar, pero Keline lo llevaba hasta la mesa.

Los jóvenes de hoy en día son muy animados —dijo la atractiva mujer mayor con una sonrisa.

—Ya, habla. —exigió Sarah fulminándolo con la mirada, Alex se encogió en el asiento.

Parecía un interrogatorio, estaban en la mesa: Keline y Sarah estaban sentadas frente a el con las manos cruzadas, observándolo con una intensidad abrasadora. Alex tragó en seco, Sabbath sentado junto a el también lo observaba, expectante.

Le hizo señas con la mano, para que verbalizara alguna respuesta.

—¿Qué quieren que diga?—preguntó, haciéndose el desentendido.

Keline golpeó ligeramente su vaso contra la mesa y atravesó a Alex con los ojos.

—¡Habla, ya! Algo te sucede, llevas toda la semana prácticamente fuera de satélite—dijo, acusándolo, y Alex bajó el rostro.

Rivales (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora