Capitulo 28

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Alex se encontraba tranquilamente sentado en el sofá, mientras esperaba a Tenma.

Después de un rato sintió que alguien lo vigilaba y cuando fue a confirmar, cerca del marco de la sala, había asomada una pequeña cabecita castaña, observándolo.

Parecía querer acercarse y lo miraba con los ojos brillantes y repletos de curiosidad, Alex quería hablar con ella. Era muy linda como para no hacerlo.

—Hola Yu, yo soy Alex un... Mmm, compañero de tu hermano. —dijo un poco inseguro, acercándose a la niña, ella no se movía.

—Me llamo Yuna, no Yu. —dijo con la vocecita altanera de su hermano, Alex hizo una mueca y una sonrisa apareció en el rostro de la niña— Te ves gracioso.—

—¿Crees que soy gracioso, Yu? —dijo avanzando paso a paso y la niña sonrió, asintiendo— ¿Te puedo decir así?

—Sí, me gusta. Me hace sentir bonita. —respondió aún con una sonrisa, al ver la manera en que caminaba el ojiverde.

—Tú eres bonita, Yu. —aseguró el chico y los ojos de Yuna parecieron iluminarse.

—¿Si? —preguntó emocionada y comenzó a acercarse también, llevaba a rastras su osito gris en una mano.

—Sí, lo eres y... ¡ahhh! —pegó un chillido cuando tropezó con la alfombra y cayó de espalda, dándose un golpe en la cabeza— ¡Ay!— (pedazo de boludoooo)

Yuna comenzó a reír mientras el ojiverde se sentaba, la niña fue hasta las piernas de Alex y se sentó en su regazo, mirándolo con una mezcla de curiosidad y emoción.

—¿Te estás riendo de mi, Yu? —preguntó con diversión mientras observaba el rostro feliz de la niña.

—Sí, eres muy tonto. —dijo riendo con la lengua entre los dientes y Alex casi se desmaya de la ternura, era la misma expresión que hacía Tenma. La niña colocó sus dos manitas en cada mejilla de Alex, acercándose— Tus ojos son un poquito verdes pero también muy azules, parecen ojos de pitufos.

Alex sólo pudo reír mientras la pequeña castaña lo veía con intensidad, sus ojos eran muy hermosos también, pero no tanto como los de Tenma.

—¿Te gustan? —preguntó y la niña asintió enérgicamente, aun sin soltarle el rostro.

—A Atagaka también le gustan, siempre habla sobre unos ojos verdes que lo vuelven loquitoooo. —dijo canturreando y Alex se ruborizó. Yuna comenzó a reírse emocionada mientras aplaudía— Y eso hace cada vez que papá le dice tu nombre. —dijo refiriéndose al color rojo en las mejillas del ojiverde.

—¿Papá?¿Tu papá me conoce?—preguntó incrédulo, con el corazón en la garganta.

—Nop, pero algún día quiere hacerlo. Pero, yo te conocí primero ¿Verdad? —preguntó y el ojiverde asintió, logrando que la niña sonriera más— Este es mi osito, se llama Aku—dijo levantando al osito gris, se había acomodado aún mas entre las piernas de Alex y parecía cómoda, mientras alzaba al peluche.

—Es muy lindo, parece de verdad. —dijo sintiéndose tonto, pero era lo primero que había pensado.

—¡Yo también dije lo mismo! —exclamó la niña, volteando a ver al chico con adoración en esos ojos anaranjados ¡Al fin alguien que la entendía!— Vamos a ver que hace Naomi, está haciendo mi comida favorita.—

Se levantó y tomó a Alex de la mano, en la otra llevaba a Aku, obligándolo a pararse y guiándolo hasta la cocina.

Alex sentía miedo de que Tenma le fuera a retar, pero los ojos naranjas de la pequeña castaña lo derretían por dentro, estaba dispuesto a soportar las consecuencias.

Rivales (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora