Capitulo 29

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Ya habían pasado dos semanas desde que Alex había sido huésped en la casa de Tenma, aun sonría al recordar a la pequeña Yuna.

Pero el miedo lo había vencido y siempre se aseguraba de ver al animador desde lejos, sin acercarse del todo, como lo hacía en estos momentos. Estaban sentados en las gradas del campo mientras veían a Sarah entrenar.

(En realidad, Alex veía a Tenma y Sabbath pretendía no estar mirando a Fidel)

—Ustedes dos, son tan patéticos. —se lamentó Keline, tomando un sorbo de su refresco, Alex frunció el ceño y Sabbath rodó los ojos.

—Te buscaremos un novio, Keline. —comentó Sabbath con gracia y Alex sonrió, apoyándolo.

—Es urgente, ya me siento la solterona del grupo y ustedes aún no están de novios. —dijo la morena dándose aire con un cuaderno, llevaban haciendo los deberes de química pero eran una lata.

—Yo digo que Alex debería de ponerse de novio con la mini castaña. —dijo Sabbath logrando que el chico sonriera, les había hablado sobre Yuna y sus amigos habían quedado encantados.

—Sería mucho más fácil. —se lamentó Alex, observando a su chico dar vueltas en el aire, lo lanzaron y aterrizó en un solo pie. En verdad era muy bueno en eso.

Alex logró verlos mientras descansaban, se extrañó al visualizar como Sarah se acercaba a Tenma y los dos comenzaban a hablar.

No parecían amigables, pero tampoco molestos entre sí ¿De qué estarían hablando? Pronto, Tenma dijo algo que hizo fruncir el ceño a Sarah, la rubia sólo sonrió antes de darse la vuelta y hacer su salida victoriosa, dejando a un sonrojado y enojado Tenma a un lado.

Alex río por debajo, ya que Tenma se veía adorable cuando se enojaba y más al hacer esa pose de diva, era la misma que había utilizado Yuna el otro día. Ahora, el ojiverde no podía ver un plato de nuggets o pudín sin sonreír al recordar a la niña, también estaba encantado con la hermana de Tenma.

De seguro era un don que tenían los Hirose sobre el.

—Sabby, tu chico no te quita los ojos de encima. —susurró diabólicamente Keline y Sabbath se volvió para ver a Fidel.

Era cierto. El chico de ojos miel observaba a Sabbath mientras tomaba un trago de agua, luciendo el uniforme, aún así mantenía sus ojos fijos en Sabbath. Lo miraba de una forma diferente, parecía adoración, logrando que el rubio se sonrojara y bajara el rostro, para leer el libro entre sus manos.

—No creo... —dijo el, ignorando a sus dos amigos que sonreían cómplices.

—Me pareció ver a Fidel un poco bobito contigo ¿Se han visto últimamente? —preguntó Alex, dándole un guiño, y provocando que su mejor amigo escondiera el rostro detrás del libro que leía.

—Bueno, ayer el... bueno, el y yo hablamos por teléfono. —confesó con una sonrisa tímida, para luego suspirar— Duramos hasta altas horas de la madrugada.

—Eso es bueno, Sabbath —lo felicito Keline mientras el chico suspiraba, triste.

—Pero en la escuela actúa tan... tan diferente —dijo finalmente y Keline torció la boca en una sonrisa

—¿Diferente? Últimamente sólo nos fastidia a nosotros dos y a ti te mira como tonto. —comentó Keline, acentuando más el rubor de su amigo— Y como te está comiendo ahora con los ojos ¿No lo ves?

—No estoy seguro de nada. —Sabbath suspiró, cansado, aunque ahora sonreía un poco.

—Qué suerte... —dijo Alex tristemente, recostándose sobre las rodillas, y sus amigos lo miraron como si estuviera loco.

Rivales (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora