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Narra Cepeda

Después de que Aitana se fuera, yo me quedé roto allí. Fui a recepción y les informé de eso pero me dijeron que no podían hacer nada aunque les dolía mucho que pasara eso. Yo volví a mi habitación y cogí dinero. Al salir me encontré con Aitana pero bajé la mirada. Ella, por suerte no dijo nada. Llegué a la tienda de música y encontré mi guitarra ideal. Por suerte, como era estudiante era más barata y solo me salió por 270€, aunque continuaba siendo un pastón, y me gasté todos mis ahorros restantes en ella. Volví al conservatorio y allí volvía a estar ella. Cubrí con mi cuerpo la guitarra y subí rápido a mi habitación. Allí las letras empezaron a salir solas y me surgió la canción Imperfecto. Lo que no sabía es que la persona que me había roto la guitarra una hora antes, volvía a estar escuchando por detrás de la puerta, pero llorando porque se había emocionado. Bajé al comedor solo ya que mi pandilla estaba aún fuera y no volvían hasta tarde y me puse en una mesa solo. Mi mayo miedo. De golpe, veo como Vicente se acerca. Está a diez pasos de mi… 9… la adrenalina se empieza a notar en mi cuerpo… 8… 7… el miedo se apodera de mi cabeza 6… 5…4…. El miedo me paraliza y solo me quedo mirando cómo se acerca con esa sonrisa pícara de los abusones… 3… 2… cierro los ojos para no ver lo que me espera. 6, 7, 8, 9,10 segundos y nada. Abro los ojos y levanto la mirada. Allí esta Vicente, con una cara de sorprendido mirando hacia una persona que está a su lado, cogiéndolo del hombro para pararlo. Aitana. Me la quedo mirando sorprendido. Todo el mundo está igual.

Ai: déjalo. Hoy ya le hemos jodido bastante.

Y se van los dos hacia su mesa y yo como rápido y me voy. Todas las miradas, incluida la de Aitana, se centran en mí al irme. Me pongo el pijama y me voy a dormir ya que mañana debo ir por primera vez a trabajar, y además en la calle. Por suerte no estaría solo, sino que estaría con una compañera. Al estirarme en la cama, me quede dormido. Horas más tarde, llegó Roi allí y vio la guitarra rota y se sorprendió, pero al verme durmiendo no me quiso despertar. Yo en ese momento estaba en el mundo de los sueños.

El día siguiente me levanté y me vestí. Deje una nota diciéndole a Roi que me iba a trabajar y que estaría por el Retiro y me fui a la central. Allí me estaba esperando la chica. Me dio un chaleco que me tenía que poner y pusimos rumbo al Retiro. Plantamos la paradita y empezamos a vender. Lo que no sabía es que allí había una persona espiándome y me arruinaría aún más la vida, si se podía.

Pensaba que era un juego, hasta que vi que era real AitedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora