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Narra Aitana

Lo que había dicho Luis me había impactado y me había emocionado mucho. Después de comer, nos pusimos a mirar la televisión. Tenía pensado pedirle a Luis si me quería enseñar a tocar la guitarra ya que me haría mucha ilusión aprender y más si era con él.

Ai: Luis una cosa…

C: dime peque.

Ai: me podrías enseñar a tocar la guitarra? Es que me haría ilusión y como Vicente siempre tocaba…

C: claro pero porque no te lo enseña tu novio?- preguntó curioso.

Mierda! Ese tema no lo quería tocar… pero bueno, era Luis osea que no había problema.

Ai: era muy mala con la guitarra y desafinaba mucho y no quería “romperse los oídos”. Además que nunca tenía tiempo y menos para estar ayudándome.

C: pues vaya. Lo siento

Ai: tranquilo.

Pasamos la tarde entre risas y miradas cómplices. Cada vez que estaba con Cepeda, mi estómago era un jardín de mariposas, y esto me alegraba y a la vez me asustaba.

Me alegraba ya que por primera vez en años sentía ese hormigueo en el estómago y era una sensación fantástica. Nunca había sentido nada igual y me encantaba sentirme así de alegre y feliz, y más con él, el chico perfecto.

Pero también temía ya que debería sentir ese hormigueo por Vicente, ya que ese era mi novio y no Cepeda, aunque no me disgustaría. Espera, ¿qué has dicho Aitana? No, no puedes hacer esto. Cepeda es solo un amigo y Vicente tu novio y así se queda. Además, Cepeda ya sale con Graciela, que siempre están juntos. Es misión imposible.

De repente, me inundó el miedo a ser rechazada por él. A que todo el mundo se riera de mí y que él solo me estuviese ayudando porque le diese pena lo que me hacían. Eran un sinfín de preguntas las que rondaban en mi cabeza y no se callaban nunca. No me había dado cuenta de que hacía 5 minutos que ni tocaba la guitarra de Cepeda y sólo estaba empanada mirando a Cepeda fijamente. Físicamente estaba allí pero psicológicamente estaba en Narnia. Cepeda estaba delante mío mirándome fijamente con sus penetrantes ojos marrones castaños y grandiosos, dónde te podías perder en ellos.

Hacíamos una serie con la mirada. Nos mirábamos a los ojos y luego a los labios. De los labios a los ojos. Mis labios empezaban a sentir como si mil hormigas estuviesen andando entorno a ellos y ya no fui consciente de mis actos. Me abalancé a él y le besé. Él no puso muchas objeciones sino que me siguió el beso.

Besar sus labios era un sueño hecho realidad. Esos labios carnosos que siempre oculta mordiéndoselos en clase cuando estaba escuchando concentrado o cuando estaba lejos de allí pensando en sus cosas. Esos labios grandes, largos y finos encajaban a la perfección con los míos. Sentí su lengua chocar con mis labios y yo los abrí levemente para darle paso a esta. Empezamos a hacer una guerra en donde terminó ganando él. Esos labios me volvían loca.

El beso fue subiendo de tono y yo me senté a horcajadas sobre él y puse una mano en su nuca y otra le acariciaba el pelo. Él puso sus manos en mi cintura y me pegó más a él haciendo que nuestras partes se juntasen. Me invadió un calor y me aparté roja de vergüenza.

Ai: e- esto no está bien Luis. Tú y yo tenemos pareja y no podemos hacerles esto. Lo siento- me levanté y me fui corriendo.

Narra Cepeda

“Tú y yo tenemos pareja y no podemos hacerles esto”. Esta frase retumbaba una y otra vez en mi cabeza. Pareja de qué? Si yo no salía con nadie. No pensará que… no, no, no puede ser. Seguro que se piensa que Graciela y yo estamos saliendo juntos. Joder! Porque a mí??

El miedo se apoderó de mi cuerpo. Si ella se pensaba esto, eso quería decir que era ya imposible salir con ella. Esa idea me aterraba.

Si no salía conmigo querría decir que continuaría saliendo con Vicente, que era un acosador y que la engañaba con todas las tías del colegio y con su mejor amiga, Ana. No sabía que le había encontrado a ese tío. Era estirado, un pijo, solo pensaba en fiestas, chicas y emborracharse. Se la sudaba su novia y solo la quería para cuando él le daba la gana.

Por otra parte, ese beso no debía haber significado nada para ella, ya que al terminar se había ido rápidamente sin decir nada. Sabía que besaba mal pero tanto? Tanto para que se fueran al acabar? Soy demasiado poco para ella? Esas preguntas y esas dudas me inundaban a diario mi cabeza y me terminé durmiendo en el suelo con las dudas aún presentes.

Hello! Pues he vuelto! Lo siento por la inactividad pero estos dias no he estado muy motivada ni alegre para hacer cosas y soklo queria estar tumbada sin hacer nada porque no me venia de gusto nada. Tambien que tenia y tengo examenes a tope y trabajos y no doy para más. Espero que lo entendáis.💙💙

Pensaba que era un juego, hasta que vi que era real AitedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora