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Narra Aitana

Me sentía inútil por haber ignorado a Luis cuando más lo necesitaba. Cuando salió por la puerta después de decirme que yo no me preocupaba por él me quedé pensando. Porque había sucedido la pelea? Porque decía que no me preocupaba por él? Esas preguntas se vieron resueltas con un compañero de mi clase, que creo que se llamaba Alex.

Alex me enseñó un video de la conversación de Luis con Vicente y de todo lo que decía de mí. Me quedé de piedra. Había salido con ese subnormal todo ese tiempo. Me sentía decepcionada conmigo misma. Fui a mi habitación y me puse a componer. No salí en todo el día de mi habitación y me fui a dormir sin haber comido nada. Bueno, lo que se dice dormir no.

Estuve en el suelo mirando la cama donde la noche anterior él había dormido conmigo. Miles de recuerdos vinieron a mi cabeza. Las clases de guitarra. Nos habían dado muy buenos recuerdos. Aún me acuerdo el primer día de clases, donde me confundía de notas.

Estábamos él y yo en el suelo de su habitación. Yo, con su guitarra y él observándome.

-Toca un do- puse los dedos donde pensaba que era un do- no, eso es un si.-dijo riéndose.

Como no me sabía ninguna, decidió ponerse delante mío y poner los dedos donde tenían que estar. Sus dedos en los míos me hizo estremecer y mis mariposas empezaron a revolotear en mi estómago. Lo echaba de menos. Lo echaba mucho de menos.

Y en ese momento, me salieron las frases para la canción que me faltaban:

<<Nunca admití estar enamorada, siempre lo estuve y no dije nada>>

<<En esta historia le hace falta una segunda parte, aunque nos digan que nunca sale bien>>

La canción Vas a quedarte estaba finalizada, y tenía pensado cantarla en el festival que se celebraba en el conservatorio cada mes. Cogí la guitarra que me regaló Luis y empecé a tocar la melodía. Terminé llorando.

No sé como pero terminé dormida en el suelo de mi habitación, abrazada a la guitarra, pensando en Cepeda.

Me desperté a las 8 y me preparé para ir a clase. Estuve todo el día ausente. Después quedé con los amigos de Luis, que ahora ya eran como los míos. Pero, no todo podía salir bien.

Estábamos hablando sobre lo que había pasado de la pelea cuando escucho pasos por detrás. Me giró y me quedó entusiasmada. Luis estaba allí. Me alegro pero, al instante, me entristezco. Tiene cogida a una chica de la mano. Intento ahuyentar los pensamientos de que es su novia y voy hacia él.

Lo intento abrazar pero se aparta seriamente y se va con ella. El mundo se me cae encima. No me lo puedo creer. Me ha reemplazado. Ya no quiere estar conmigo. Y todo por mi culpa. Todo por mi maldita culpa. No, no puede ser. Me caigo al suelo y rompo a llorar. Amaia viene corriendo y me abraza pero yo sigo igual. No sabía que era tan importante para mí hasta que lo había perdido. . Guardaré en mis ojos tu última mirada por si decides volver…

Amaia me levantó del suelo y me llevó a la habitación. Mi cuerpo estaba allí pero mi alma no. Mi alma estaba con Cepeda y con la chica incógnita. Quería averiguar quién era. Quería saberlo con toda mi alma. Quería hacerle la vida imposible.

Narra Cepeda

Llegamos al despacho del director en silencio. Entramos y el director nos hizo una seña para que pasáramos. Nos sentamos y nos quedamos en completo silencio. Solo una mosca interrumpía ese silencio, que llegaba a ser insoportable.

-Cepeda, me gustaría darte mis disculpas por la expulsión injusta. Me enseñaron un video donde se demostraba que habías defendido a una compañera, y me supo mal. O sea que si quieres, tienes una bacante aquí.

-Muchas gracias señor. Estoy inmensamente alegre de la oportunidad que me da de nuevo. Pero estoy aquí también para presentarte a Alba, es una amiga mía que su sueño es aprender música y es por si le podrías hacer una audición o algo para que entre en este conservatorio.

-Con mucho honor. Alba, cántame una canción, la que quieras.

-Gracias señor. Le cantaré la de Alone de Alan Walker.

Empezó a cantar y me hechizó. Su voz era impresionante. Si no la cogen, no tengo fe en la humanidad. Su voz transmitía muchas cosas. Me recordaba a voces de famosos, con su potencia y tono. Me tenía enamorado sin estarlo, porque mi corazón era solo de Aitana, aunque no me quisiera.

Sabía que había hecho mal en apartarme para darle un abrazo, pero es que ella no se había preocupado lo más mínimo por mí. Y eso dolía.

El director aceptó rotundamente, habría sido tonto si no la hubiera aceptado, y le asignó la habitación que era contigua a la mía. Nos pusimos muy contentos y nos levantamos riendo de las sillas. Tendría a mi gran amiga conmigo. En un solo día habíamos tenido una conexión gigante y me alegraba mucho de tenerla como amiga.

Abrimos la puerta entre risas y agradecimientos hacia el director y salimos. Pero una Aitana con los ojos llorosos estaba esperando al otro lado de la puerta. Mi sonrisa se transformó en pura seriedad. Porque siempre tenía que aparecer en los momentos donde era feliz?

-Cepeda podemos hablar por favor.

Me había dicho Cepeda. Algo andaba mal. Muy mal.

Pues ya estaría. Os leo😊💙👀👀

Pensaba que era un juego, hasta que vi que era real AitedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora