Narra Aitana
Me levanté con ánimos porque, para que engañarnos, me gustaba verlo cada día, y me fui a desayunar. No le vi con su pandilla pero pensé que se habría dormido y no pregunté. Llegué a clase y no estaba. Estuve todo el día ausente mirando a la puerta para ver si entraba pero no fue así. Y si Vicente le había pegado? Y si se había ido? Mil preguntas rondaban por mi cabeza pero no podía responder a ninguna. Al terminar de clases todo el mundo fue a comer menos yo. Yo fui un momento, cogí comida para llevar para dos (por suerte solo lo ponían en una bolsa y no se notaba) y me fui. Antes pero, Vicente me cogió del brazo.
V: eh, eh, donde vas?
Ai: me voy a comer a mi habitación para así ir haciendo deberes.
V: puedo ir contigo?-dijo mirándome pícaramente a lo que yo tenía miedo. Mucha gente pensaba que en los 2 años de relación con Vicente ya lo había hecho pero no era así. No me sentía preparada. No con él.
Ai: no. – y me fui.
Llegué rápido a la habitación de Cepeda y pique la puerta. Me abrió con ojeras, despeinado y en pijama.
C: que haces aquí Aitana?
Ai: no has venido a clase y me he preocupado. Tampoco has comido nada y por eso te traigo la comida.
C: gracias- me dejo pasar- pero porque eres tan simpática ahora y después me dejas en la mierda?
Ai: pues no lo sé… en realidad pareces buena persona…
Comimos en silencio. Después pero, vino el drama. Cepeda se fue a la habitación y yo vi la guitarra nueva. La cogí y toqué las cuerdas. Cuanto desearía saber tocarla…
C: que haces??-dijo cabreado.
Del susto se me cayó.
Ai: mierda! Te pagaré otra. Lo siento enserio.
C: FUERA!! –dijo cabreado. Yo me fui llorando. No había sido mi intención romperla. Fui a mi habitación, cogí dinero y me fui a la tienda de música. Compré una guitarra cara buena y volví al conservatorio. Fui a dejar el dinero en mi habitación y fui a darle la guitarra a Cepeda. Al llegar pero, vi una cosa que no me gustó. La puerta estaba abierta y estaba Cepeda llorando abrazado a otra chica. No sé porque pero noté una punzada en el corazón y un malestar en todo mi cuerpo. Me fui corriendo a mi habitación y por primera vez en años llore. Lloré por un chico. En ese momento lo entendí. Yo, Aitana Ocaña, estaba enamorada del chico friki. Y me gustaba ya que, ahora sabía que era el amor verdadero y tenía la oportunidad de vover a ser la Aitana alegre, simpática y cariñosa que era antes. Por que si, ese chico me había robado el corazón.
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Pensaba que era un juego, hasta que vi que era real Aiteda
FanfictionDos polos opuestos, pero una pasión los une. ¿Se llevarán bien algún día o al tener personalidades tan diferentes se odiarán?