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Narra Cepeda
Esa frase retumbaba en mi cabeza un millón de veces. Solo había sido un pasatiempo para ella. Allí delante estaba, mi peor demonio, y vi como después de decir esa frase se le oscurecieron los ojos.

Yo bajé la mirada ya que no quería que me vieran triste ni débil. Aitana se fue con su desayuno a su habitación. Yo terminé el mío y me fui a mi habitación. Cuando pasé por la habitación de Aitana la escuché llorar y cantando Te echo de menos. Yo no me quedé mucho rato escuchando y me fui a mi habitación.

Allí me encerré y me quedé mirando la guitarra que le había comprado a Aitana con mis ahorros. No era ni la mitad de buena que la que me había regalado ella, pero la intención era lo que contaba.

Me acordaba del día que le había comprado la guitarra. Había sido el día en que Vicente le había dado la ostia a Aitana. Mientras ella estaba durmiendo en mi habitación, yo cogí mis ahorros y fui a la tienda de música a comprarle una guitarra. Iba lleno de ilusión. En ese momento yo ya está enamorado  hasta las trancas de ella.

Ahora que lo pienso mejor, se la compré ayer. Que lento que pasa el tiempo a veces y que rápido que pasa cuando no quieres y quieres disfrutarlo al máximo.

Bueno, fui a la tienda de música y le compré una de 270€, que era la que me podía permitir. No sabía que me había hecho esa chica de flequillo perfecto pero sabía que me lo había hecho. Y estaba contento. Pero a la vez estaba aterrorizado ya que no quería que pasara como mi ex novia, María.

Siempre la tenía, tengo, y tendré en mi corazón. Puto borracho de mierda. Porque justo a ella. Ella también tenía que venir a este conservatorio. Tenía  una voz como los ángeles. Todos siempre me decían la suerte que tenía. Yo no fui consciente de lo que tenía hasta que lo perdí.

Bueno, que me voy por el lado que no quiero, allí me encontraba, en mi habitación minúscula formada por un escritorio, un armario empotrado a la pared y una cama con cajones debajo, sentado en el suelo como un indio y mirando fijamente la guitarra. Me levanté, cogí los libros y me fui corriendo hasta clases ya que no me acordaba que éramos lunes.

Para que engañarnos, nadie se acuerda cuando somos lunes y todos se acuerdan cuando es viernes. Esa pereza de levantarse a las siete de la mañana para luego estar seis horas sentado en una silla y pensando que has hecho para merecerte esto. Que si, que es bueno para la vida, eso no lo discuto, pero en esta edad aun no nos damos cuenta y solo pensamos que es un coñazo estar allí.  

Llegué justo cuando la profesora estaba cerrando la puerta. Me senté en mi mesa y vi a Aitana con la mirada baja y dibujando. No presté atención a que estaba dibujando y saqué mis libros.

Otra vez ese puñetero vocabulario que no entendía. Al final sí que pensaría que Aitana tenía razón y que no servía para ello. Me puse un interrogante en todas las que no sabía, que eran casi todas, y continué escuchando.

Cuando tocó hacer ejercicios, Aitana me deslizó un papel a mi lado. Lo abrí y dentro estaba el significado, de una manera que se pudiera entender, de todas las palabras que no entendía. Me giré y me quedé mirándola y le sonreí. Le escribí en el papel un “Gracias” con una carita sonriente y continué escuchando.

Vi como en su cara de tristeza se asomaba una débil sonrisa. Estuve las seis horas en silencio escuchando y escribiendo y Aitana estaba dibujando alguna cosa en un papel. Al terminar, recogió todo enseguida se fue, dejando el papel con el que había estado dibujando allí. Me fijé más y vi que había escrito mi nombre. Lo abrí y era un retrato mío. Abajo, había un mini escrito:

Lo siento por lo que he dicho hoy en el cafetería. Nada de lo que he dicho es real pero solo era para que Vicente te dejara en paz. Lo siento si te ha sentado mal. Te quiero <3. Por cierto, no te martirices con el beso: me encantó. Mi número de teléfono es: 6********. Por si quieres hablar. Si no, yo lo entiendo.  
Att: tu peque

Me enamoré aún más si podía de ella. La quería con toda mi alma y ahora lo tenía claro. Recogí mis cosas y fui a mi habitación. Allí, cogí mi móvil y le envié un mensaje.

Cepeda
Si quieres solucionarlo,
ven a mi habitación
en cuanto puedas. ✔✔

La hora de la verdad había llegado

Holii!! Pues aqui estamos. Espero que os guste. 😊😊💙

Pensaba que era un juego, hasta que vi que era real AitedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora