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Narra Cepeda

Iban pasando los minutos y el miedo se intensificaba en mi interior. En qué momento había decidido enviarle ese mensaje???

Me lo había visto al momento de habérselo enviado y eso me hacía pensar que debía de estar hablando con alguien. El nombre de Vicente se me pasó por la cabeza, pero tal como vino se fue.

Había pasado media hora y no venía… seguro que no vendría y me estaba haciendo ilusiones. Mi vista estaba clavada en el reloj despertador de mi escritorio en completo silencio. El tic-tac de las agujas del reloj reinaban la habitación y acompañaban mis nervios que cada segundo aumentaban.

Ya llevaba 2100 segundos, que equivalían  35 minutos. Cuando estaba nervioso, y ya es una costumbre, empiezo a hacer cálculos. Cuento los segundos y los transformo en minutos o al revés. Es una manera de tener la cabeza ocupada para no pensar en que me han dejado plantado en lo que no es ni una cita.

40 minutos y decido levantarme y salir de la habitación. En el momento que abro la puerta, veo a Aitana irse y volver a mi puerta con la mirada baja pensando como saludarme.

Ai: hola Cepeda!, no, demasiado animado. Hola Cepeda- dice seriamente- no, pensara que estoy de cachondeo.

C: y con un Hola?- dije riéndome.

Ai: claro, con un Hola estaría mejor… espera que? – se giró y me vio apoyado en el marco de la puerta riéndome. Su cara era un poema.

C: cuanto tiempo hace que estas aquí fuera?- dije interesado.

Ai: ehhh…. Desde que he visto el mensaje.

C: 40 minutos!!! Tu estás loca- dije partiéndome de la risa. Aitana hizo un puchero y yo me reí aún más. Era adorable. Podía estar mirándola durante mil años y nunca me cansaría. Sus mejillas sonrojadas por la vergüenza que estaba pasando, sus ojos pequeños y brillantes que desprendían luz. Su luz. La luz que me había animado y me había capturado desde el primer día. Su lunar en la parte izquierda de la nariz. Como arrugaba la nariz cuando algo le salía mal o cuando estaba concentrada.

No me había dado cuenta de que me había quedado embobado mirándola y como yo no respondía, ella estaba tirando de mí hacia dentro de la habitación.

Cerró la puerta e hizo algo que no me esperaba. Me besó. Como echaba de menos esos labios flacos y delicados que me llevaban a las mil maravillas. Eran fantásticos.

Me desperté de mi trance y la cogí por la cintura y ella se subió a mí como un koala. La llevé a mi habitación y la estiré en mi cama sin dejar de besarnos. No probé ni de quitarle la camiseta ni de poner la mano dentro de la camiseta, ya que ella tenía novio, aunque ya le estaba poniendo los cuernos besándome.

Oh, no, no, no, no! Me estaba usando de amante. Me aparté y Aitana me miró con cara confusa.

C: tienes novio…

Ai:ya…- dijo triste. Ignoramos otra vez el beso y ella me pidió perdón por todo. Después empezamos a hablar de otros temas. Después empezamos a tocar la guitarra.

C: haz un acorde de mi- dije sonriendo.

Ai: este- dijo e hizo un acorde de fa, lo que me hizo reírme.- no te rías jooo que no sé. Soy muy torpe. Nunca aprenderé.- dijo triste y dejando la guitarra al suelo.

C: de eso nada.- dije dándole de nuevo la guitarra y poniéndome delante de ella. Cogí sus manos y vi como a los dos se nos erizaba la piel con el tacto.- Los dedos van aquí y aquí.- se los coloqué correctamente.

Levanté la mirada y vi que estaba sonrojada

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Levanté la mirada y vi que estaba sonrojada. No pude evitar reírme, lo que hizo que se sonrojara más.

Ai:no te rías!!!!! Eres muy mala persona!- dijo haciendo un puchero.

C: ayy que la niña se me enfada.- dije riéndome.

Después de eso la abracé. Ella me correspondió el abrazo. No sé cuánto tiempo estuvimos abrazados. Solo sabía que en sus brazos estaba seguro, y ella en mis brazos también. Esos brazos que, aunque parecían poca cosa, eran los mejores y en los que más bien me sentía.

Aitana apoyó su cabeza en mi pecho y suspiró. Yo la cogí y la senté encima mío sin dejar de abrazarnos. Éramos piezas de un puzzle que separados teníamos nuestros propios problemas, pero, al estar juntos, las piezas del puzzle encajaban y nuestros problemas se equilibraban.

Se equilibraban en la balanza de los destinados.

Pero eso aún no lo sabíamos.

Hola! Pues aqui estoy!!😊😊 espero que os guste! Me gustaria que me dijerais cuantos años creeis que tengo por curiosidad😂😂💙

Pensaba que era un juego, hasta que vi que era real AitedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora