Malfoy Girl ⋆ Harry Potter ✓

iii. four year

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✹FOUR YEAR✹
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ARYA

CON MIS MANOS EN MI CABEZA ME RESIGNÉ A MIRAR HACIA ARRIBA. Luego de la selección todo siguió normal, a excepción de que ahora formo parte de la casa enemiga.
Intente varias veces hablar con Draco desde entonces, pero el solo me ignora y mira como si fuese un asqueroso insecto.

Ahora, en mi cuarto año, todo eso ya no me importa. Conocí a mucha gente amable con en paso del tiempo, gente con jamas pensé que iba a hablar. Mamá y papá se tomaron demasiado mal que haya quedado en Gryffindor, estuvieron a un pelo de desheredarme, pero no querían que los demás pensaran que la familia Malfoy se estaba desintegrando así que decidieron no hacerlo.
A pesar de eso, mi propia familia,mi propia sangre, se puso en mi contra.
Papá no me habla, mamá no me mira, Draco me repele. Decir que no todo aquello no me duele seria una mentira, porque aunque ellos sean unos malditos son mi familia, o algo parecido.

-Chica Malfoy, ¿qué te sucede hoy?-me pregunta Fred sentándose junto a mi, a los pocos segundos George se sienta a mi izquierda.

-Nada, solo estoy pensando en el pasado, es todo.

-Deberías olvidar lo que pasó. Han pasado cuatro años Silver-me dice George.

-Lo sé-digo cabizbaja-, mi familia me odia, chicos-las primeras lágrimas empiezan a deslizarse por mis mejillas.

-No deberías llorar por gente que no vale la pena-me dice Fred.

-Son mi familia-le digo con un poco de molestia.

-Si no te aceptan como eres, entonces no son tu familia Arya. Nosotros te aceptamos y amamos tal y como eres, jamás lo olvidades pequeña plateada-me dicen ambos para después abrazarme.

Sequé mis lágrimas mientras sonreía. Los gemelos me ayudaron mucho en estos últimos años, sobre todo Harry, quien cuando no podía dormir por las pesadillas me llevaba a diversos lugares de Hogwarts bajo la capa de invisibilidad.

-Ahora dama plateada, debemos dejarla, Snape nos quitó veinte puntos por maldecir en clase y debemos vengarnos-me dice George a la par que el y Fred se ponen de pie.

Ambos me dan un beso en la coronilla para acto seguido salir corriendo del Gran Comedor. Los miro sonriendo y me siento agradecida de haberlos conocido.

•

Una vez que llegué a mi dormitorio me lancé a la cama y miré mi mesa de noche. Sobre ella estaba una fotografía de Draco y mía, de antes que todo saliera "mal". Sonreí a medias y recoste mi cabeza sobre mi almohada.
Arcadia y Giselle entraron riendo y al verme se quedaron calladas. Sentí como mi cama se hundió.

-¿Qué sucede,Silver?-me pregunta Giselle acariciandome el cabello.

-¿Por qué tuve que quedar en Gryffindor?, es decir, no tengo nada en contra de esta casa. ¡La amo!, pero quedar aquí me trajo demasiados problemas con mi familia.

-Arya, no quiero que te enojes, pero lo que tu tienes es todo menos una familia. No supieron aceptarte, no te escucharon, no te quisieron como debían. Ahora se pueden ir a la m...

Antes de que Arcadia pudieron terminar, Giselle la interrumpió.

-¡Cadie, por Merlín!-rió levemente la pelirroja-. Lo que Arcadia intenta decir, es que no se merecen tus lágrimas, linda. Llegó el momento de que ellos recapaciten.

-Quizá tengas razón.

-La tiene. Eres una Malfoy, pero no significa que seas como ellos. Como Ophelia dijo, tu eres más humana, tu si tienes sentimientos-habló Arcadia.

Esbozé una amplia sonrisa y las abracé a ambas. Ellas y Ronnie han servido de mucho, fueron las que me consolaron cuando lloraba por las noches.
Gente como ellas-y como los Gryffindor-si valen la pena.

•

Luego del discurso de bienvenida,de que las princesitas de Beauxbatons y los simios de Durmstrang hicieron su entrada, el banquete empezó.
Una clara competencia entre Ron y yo empezó, los dos comíamos sin parar bajo la atenta mirada de los chicos. Ron se atragantó con una pata de pollo, Hermione lo golpeó en la espalda y un trozo de hueso cayó en el plato de Ronnie, quien asqueada siguió comiendo, Ron a pesar de casi haber muerto atragantado siguió con lo suyo. Los dos terminamos de comer al mismo tiempo y nos miramos mal.

-¿Desde cuando hacemos competencia de comida?-me pregunta el pelirrojo con el ceño fruncido.

-Desde que me dijiste que no podría comer más que tu-dije obvia. Harry, Ronnie y Hermione rieron.

-¿No es hermosa?-escuché murmurar a Harry. Mi lastimado corazón se quebró un poco más al oír eso.
Miré en la misma dirección que el azabache y me encontré con una chica de Ravenclaw ,de aparente descencia china. No puedo negar que es bastante bonita. Lentamente volví mi vista hacia el frente.
¿Cómo pude enamorarme de alguien que odia a mi familia y todo lo relacionado con ella? ¿Como pude enamorarme de mi amigo y mayor enemigo de mi mellizo?

-Disculpen, yo me retiro. Me cuesta llevantarme por la mañana y necesito descansar-dije levantandome de la mesa. Hermione y Ronnie me miraron tristemente. Ron dejo de lado su sopa y me observó con pena.

-Que descanses-me dijeron los tres por separado.

Me quede unos segundos esperando algún 'Buenas noches' de parte de Harry, pero jamás llegó. Me di la vuelta caminando hacia la salida del Gran Comedor, aun más destrozada.

Mientras avanzaba por los pasillos sentí que alguien me tomo del brazo y me estampó contra la pared.

-¿Pero que tenemos aquí?, ¿que haces por tu sola, traidora?

Un chico de Slytherin me dice mientras acaricia mi cara. Intenté apartarlo,pero el me acorraló más y rió.
Escuché pasos al final de pasillo y al mirar me encontré con Draco. Lo miré pidiendo ayuda ,pero el solo siguió su camino.

-No vas a ir a ningun lado, "Malfoy"-me dice burlonamente y trató de besarme, pero lo empujé con la poca fuerza que tenía y salí corriendo lo más rápido que pude.

legué a la Sala Común y entré azotando la puerta, algunos de los presentes se sobresaltaron y me miraron extrañados. Los ignoré y subí a mi dormitorio nuevamente.Sigo preguntandome por qué me tocó esta vida. Tiré la fotografía de Draco a la basura y quemé las de Cassiopeia y Lucas, además de romper en pedazos la carta de papá, en la cual recalcaba que yo era y soy la mayor escoria de la familia.
Me senté al borde de mi cama con mis manos agarrando mi cabeza, conteniendo las ganas de arrancarme cada mechón de cabello.

Quiero que este día termine.
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