Sra. Solomons. [{COMPLETA}]

Parte IX

Doble actualización!!!

Acompañé al doctor a la estancia principal mientras Ollie acomodaba a Alfie en la habitación.

– Él debe mantenerse en reposo por unos cuantos días – explicó colocándose al abrigo con ayuda de Hilda, al mismo tiempo en mayordomo se adentraba a la habitación guiando a Thomas Shelby – por su trabajo debe evitar cargar cosas pesadas, por suerte no comprometió ningún órgano, una semana en la cama y comida liviana lo tendrán repuesto prontamente – Asentí entregándole la canasta que la rubia ama de llaves me entregaba.

– Muchas gracias doctor – Dejé el asa tejida de mimbre en sus manos para besarlo en ambas mejillas – ha sido usted muy amable.

– Si llegase a necesitar algo, no importa el horario, estaré disponible – Dijo con la voz avejentada arreglándose los redondos lentes.

– Gracias – Se alejó acompañado de Hilda por la estancia. Shelby lo saludó estirándole la mano para luego acercarse a mí, besó mis mejillas – Thomas.

– Eli, vine tan pronto como se me hizo posible – Tomó mis manos sosteniéndolas con fuerza
– ¿Qué sucedió?

– Banan McMahon y yo teníamos un tratado que él decidió no respetar – Lo invite a tomar asiento junto a mi – viajó hasta aquí queriendo cancelar nuestros negocios y quedarse con el alambique de Alfie – me acerqué para que encendiera mi cigarrillo, encendió el suyo agitando la mano para apagar el cerillo – se puso agresivo y la cosas no terminaron nada bien.

– Dicen que le voló la tapa del cerebro – Guardó silencio cuando Hilda volvió a aparecer trayendo una bandeja con dos tazas y muffins.

– Hilda, tú y las demás criadas pueden tomarse el fin de semana, también Aurelio – Con el cigarrillo en la boca, serví las tazas de té – vayan tranquilos, estaremos bien.

– Si necesita algo por favor búsqueme, señora.

– Pasen a la panadería por pan – Ordené estirándole la taza a Shelby, me arreglé el cabello desordenado para encontrarme con que aún llevaba únicamente la bata anaranjada – todo fue muy repentino – Suspiré subiendo el hombro caído.

– ¿Él le hizo daño?

– No, pero los intentó – Alcé la mirada para ver a Ollie asomándose en las puertas.

– Señor Thomas – Lo saludó estirándole la mano – Alfie al fin se durmió, los medicamentos que le dieron hicieron efecto.

– Ve a casa Ollie.

– ¿Estarás bien? – Asentí escupiendo el humo del cigarrillo – Dejaré hombres fuera de la casa y unos cuantos en el alambique.

– No creo que sea necesario, cariño – Me restregué el rostro.

– De todas formas, si me permites.

– Está bien.

– Entonces pondré hombres en el camino y atrás en la laguna – Explicó acercándose a la mesa a tomar un muffin – estaré aquí temprano por la mañana, así necesitas algo, llámame o envía a alguien a buscarme – observó a Thomas.

– Algunos de mis hombres también vinieron conmigo – Dijo observando al moreno – me tomé la libertad de enviar algunos a camden town – Ollie Asintió acercándose a besar mi mejilla para luego estrecharme.

– Estaremos bien Ollie. El señor Thomas cuidará de nosotros – Lo consolé dándole una palmada en el rostro.

Se despidió de Shelby y salió de la casona casi obligado.