Tres días después.
Me serví whisky en la oscuridad de la remodelada oficina de Alfie, el belgere verde se reclinó hacia atrás con mi peso al escupir el humo de mi cigarrillo, subí las botas al escritorio dejando el cilindro de tabaco a la orilla del mueble para desatarme el cabello dejándolo caer a un costado.
– Me importa un carajo, Ollie – Sonreí al escucharlo fuera de la oficina que abrió de un portazo, me observó confundido – Ollie...
– ¿Si jefe?
– Vete a la mierda – Ordenó cerrándole la puerta en la cara para observarme moviendo las manos – creí que te quedarías en Windsor más días.
– Madre me envió de vuelta – Bajé las botas del escritorio para levantarme, me observó confundido cuando me vio en pantalones como los que usaban las pocas mujeres piloto acompañada de una blusa blanca.
– Pero qué osadía – Exclamó entusiasmado acercándose mientras me apoye en el escritorio – Viste a McMahon.
– Me estaba esperando en la estación.
– Esa mierda si es una osadía – Se detuvo frente a mí, llevando su mano al cabello que caía sobre mi hombro derecho – Eres realmente hermosa – pasó su dedo pulgar contra mis labios acercándose pausadamente.
– ¡Alfie!
– ¡Con un maldito infierno de la condenada puta que te parió Ollie! – El golpe que dio en el escritorio me hizo dar un salto, se giró para ver a un asustado Ollie retroceder por la puerta.
– Puedo esperar jefe, lo siento – Se desapareció por los pasillos del alambique al tiempo en que volvía a cerrar la puerta.
– Maldición – Suspiró rascándose la frente frustrado, se acercó nuevamente para sentarse en una de las poltronas frente al escritorio – ¿Qué sucede?
– Quiero ir esta noche al Edén – Expliqué sentándome sobre su regazo, alzó la comisura izquierda como una suave sonrisa.
– ¿Por qué?
– Quiero que Sabini esté al tanto de nuestra presencia en Londres – Acaricié su barba sonriendo al ver un rostro gustoso de aquella caricia tan íntima.
– No podré ir contigo. Esta noche tengo que sacar una entrega – Dejó caer su mano en mi rodilla – le pediré a alguno de los muchachos que vaya contigo.
– Que amable.
– Iré a ver qué demonios necesitaba Ollie.
– Bien.
Llevaba un vestido de color índigo y un collar de perlas que llegaba cerca de mi ombligo, aspiré el cigarrillo observando cómo la pista se llenaba de gente bailando y meneándose por doquier.
Me instalé en una de las mesas en lo alto de la construcción permitiéndome una vista privilegiada de todo y todos en el club.
Bebí de la botella de cerveza alzando la mirada cuando el sonido de una pelea silenció la orquesta acompañada de gritos femeninos y sonoros golpes, desde mi lugar pude ver al alto hombre con el rostro manchado de sangre.
– Este lugar tiene una nueva administración – Anunció dejando caer sobre el suelo al administrador mientras lo sostenía por el cuello asfixiándolo – por orden de los peaky blinders – alcé las cejas un tanto confundida.
– Creo que debería sacarla de aquí, señora – Habló el hombre a mis espaldas, estiré el cuello cuando el hombre que anteriormente había hablado en el micrófono se comenzó a acercar arreglando el cabello hacia atrás, su nariz aguileña terminaba en un espeso bigote, el abrigo negro se elevó cuando subió los pequeños escalones que separaban mi mesa de la pista de baile.
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Sra. Solomons. [{COMPLETA}]
ФанфикMe cubrí el rostro con el velo negro mientras el ataúd descendía a la tierra, apreté mi mano con fuerza cuando la señora Solomons me la tomó sosteniendo un pañuelo contra su rostro. Jaim era seis años mayor que yo, lo conocía desde el primer día de...