Parte XIII

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Una semana después

Cerré los ojos sintiendo el tacto de la mujer entre mis piernas tocando el interior de mi cuerpo con sus dedos delgados, apreté mis manos en las sábanas cuando se adentró un poco más para luego salir pausadamente alejándose a lavarse las manos en un plato de porcelana.

– Puede vestirse señora Solomons – Me moví sobre la cama para colocarme la ropa interior y los pantalones mientras ella anotaba.

– ¿Y? – Me senté frente a su escritorio.

– Bien señora Solomons, según los síntomas que me ha indicado habría pensado en algún tipo de enfermedad bastante severa, pero esto únicamente anuncia que será un embarazo complicado – Sentí un balde de agua fría caer sobre mi cabeza, el aire por un momento se detuvo en mis pulmones para luego escapar aliviando todo mi cuerpo, me recliné en la silla observando a la mujer frente a mí – ¿señora Solomons?

– ¿Cuánto tiempo tengo? – Pregunté torciendo una sonrisa en la comisura de mis labios.

– Aproximadamente unas seis u ocho semanas – Respondió observando una agenda con dibujos del crecimiento embrionario.

El alambique parecía vivo, apenas me adentré en el, me topé con los hombres corriendo de lado a lado, cargando cajas con botellas vacías hacia el interior y cajas llenas hacia los camiones que aguardaban afuera para encaminarse a la panadería.

El aroma del licor me golpeó de frente conforme avanzaba por los pasillos en donde algunos hombres vaciaban los barriles en pos de añejar más licor en ellos, sonreí saludando a todos, estaba en las nubes, podía sentir la emoción comprimiendo mi pecho y floreciendo en la parte baja de mi vientre.

No podía borrar la sonrisa de mi rostro, toqué a la puerta de la oficina de Alfie para adentrarme alegremente, Ollie me saludó con la cabeza mientras Alfie permanecía al teléfono.

– Imposible – Anunció con el ceño fruncido – no, no, escúcheme usted el cargamento pasará porque pasará, no me obligue a ir hasta allá para aclarar cómo funcionan las cosas. O mejor aún puedo enviar a alguno de mis amigos Shelby para que hablen con usted – comenzó a sonreír mientras afirmaba con la cabeza – Así me gusta. Hasta pronto – cortó la llamada observándome para beber de una vez el contenido de su vaso – esa alianza con los peaky blinders ha sido lo mejor que hemos hecho – golpeó la mesa alegremente reclinándose en el sofá, de pronto su sonrisa desapareció para observarme – ¿Qué tal te fue con la doctora? Ollie, lárgate.

– Sí, jefe.

– No, no – Interrumpí acercándome al escritorio para dejar mi bolso sobre él y sacar una caja desde su interior – quiero que estés aquí para que veas esto – anuncié dejando la caja de color lila frente a Alfie, quién me observó curioso – vamos, ábrelo.

Sus manos levantaron la tapa para observar largamente sin entender lo que Ollie comprendió casi de inmediato, Alfie tomó entre sus manos la varilla de plata en cuyo extremo una esfera del mismo material tenía grabada la estrella de David.

– ¿Qué demonios es esto? – Preguntó moviendo el sonajero, apenas esté emitió su particular sonido el rostro del barbón cambió drásticamente como si hubiera comprendido al instante lo que significaba.

– Jefe – Exclamó Ollie emocionado en una esquina dando pequeños saltitos, Alfie se levantó.

– Es un sonajero.

– Si.

– ¿Eso significa un bebé? – Cuestionó señalándome el sonajero entre sus manos mientras se acercaba a mí, asentí – con un maldito carajo – Se abalanzo sobre mi levantándome por la cintura para estrecharme con fuerza besándome.

Sra. Solomons. [{COMPLETA}]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora