Parte XIV

1.8K 174 35
                                    

Me iré de paseo desde el miércoles y mi teléfono está malo :( no reconoce la tarjeta sim por lo que no podré conectar datos para publicar, así que hoy subiré unos cuantos capítulos en compensación.

Sus comentarios me hacen feliz!! Y feliz puedo escribir más. Besitos a todas 💕
P/d: este capítulo tiene una parte un poco explícita.

☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️

Un año después.

El estómago se me apretó al escuchar lo que la doctora frente a mi confirmaba, no podría tener hijos, bajé la mirada apretando los guantes de cuero entre mis manos; mientras me maldecía a mi misma la escuchaba decir que el aborto espontáneo que había tenido hace nueve meses había dañado por completo mi útero, y si volvía a concebir terminaría en lo mismo.

Alfie apretó mi mano libre dándome soporte había deseado, amado y llorado tanto como yo a nuestro hijo que ahora permanecía enterrado en la tumba de los Solomons en Windsor.

– Tranquila – Me consoló cuando llevabamos ya un rato en el automóvil – Eliette, tranquila
– Repitió tamborileando los dedos en el manubrio – ¿tu me amas? – Lo observé sorprendida, en todo el tiempo que llevábamos aquella palabra jamás había salido de su boca, o de la mía aún cuando el sentimiento era vívido y real en mi pecho – Eliette.

– Claro.

– Y yo a ti – Mis ojos se llenaron de lágrimas por lo que me vi obligada a desviar la mirada por la ventana – nos tenemos el uno al otro, Eliette – detuvo el automóvil a las afueras del alambique, se giró para quedar frente a mi observándome fiero – estoy completo junto a ti, y mi corazón me dice que no necesito a nadie más. Un hijo o hija llenaría de aún más amor nuestro hogar, pero no completaría mi vida junto a ti, porque ya está completa – una lágrima corrió por mis mejillas cuando dejó caer su mano sobre mi rostro.

– Maldición, Alfie, carajo – Acorté la distancia para besarlo desesperada – no dices una maldita palabra nunca y sales con esto – volvió a besarme.

– Te amo – Su declaración llenó mi pecho que parecía vacío desde que había perdido al pequeño – te amo. Dímelo – pidió enredándose en mi cuello mientras sostenía mi cabello – anda, solo una vez.

– Te amo – Respondí sintiendo como mi cuerpo temblaba con su toque – por favor, Alfie, llévame a casa – se alejó para observarme – llévame a casa y cogeme – susurré contra su oído.

Alfie abrió la puerta de la casona con un solo golpe, empujándome contra la pared para lanzarse sobre mi con besos furiosos.

– Hilda vete a casa – Ordenó cuando la ama de llaves llegó corriendo a la entrada por el ruido, salió apresurada de la casa mientras yo reía.

Alfie tomó mis muslos para levantarme con un solo movimiento adosándome a sus caderas, gemí sintiendo la prominente erección en sus pantalones, me llevó escaleras arriba para detenerse en el descanso de las escaleras, arrancando los botones de mi blusa blanca.

– Cálmate – Susurré cuando me bajó girándome para empujarme contra la pared para quitarme el abrigo, tomó mis caderas para presionar su pelvis contra mi trasero mientras terminaba de arrancarme la blusa besando mi cuello, y espalda, dejó su mano en mi hombro para volver a girarme quedando frente a frente sus besos se deslizaron desde mi boca por mis pechos, con un rápido movimiento me tomó por la cintura echándome sobre su hombro para terminar de subir por las escaleras, me sentía ligera en sus brazos.

– Ssh – Me silencio lanzándome sobre la cama para deshacerse desesperado de mis tacos, medias y falda, jamás lo había visto así, salvaje, animal, decidido mientras se desvestía frente a mí sin quitarme los ojos de encima gateé hasta la orilla de la cama contemplando su torso tatuado con cuervos.

Sostuvo mi trenza enrollándola en la palma de su mano para acercarse a mí con una sonrisa deseosa, su miembro quedó justo enfrente de mí.

– Abre bien la boca – advirtió tomándolo con su mano libre, antes de que pudiera darme cuenta su erección se había adentrado en mi garganta dejando el rastro de su sabor en mi lengua.

Gimió guiando mi cabeza, jalando de mi trenza de adelante hacia atrás, apenas lograba adentrarlo por completo en mi boca, tiró una vez más de mi trenza para sacarlo y empujarme sobre la cama.

Metió su lengua en mi boca decendiendo hasta mis pechos mientras su prominente figura buscaba su ansiado lugar entre mis piernas, cerré los ojos al sentir su pene acariciando mi sexo antes de adentrarse pausadamente, cambiando toda la agresividad de antes para convertirla en pasión romántica.

Seis meses habían pasado desde la última vez que había estado en mi.

Apreté la yema de mis dedos contra su espalda mientras se movía suave y potente sobre mí, devorando mi cuello y hombros, embistiendo desde suave a salvaje, gimiendo en mi oído, entrelazando sus manos con las mías.

Me aferré a su espalda cuando me levantó para sentarse en el borde de la cama conmigo sobre él, sus potentes manos se apretaban con fuerza en mis caderas mientras nuestras respiraciones agitadas resonaba con gemidos elevándose, elevándonos, atrayéndonos a una cumbre de placer casi olvidada, enredé mis manos a su cabello sintiendo mi cuerpo temblar junto al suyo, el aullido desgarró mi garganta haciendo sus movimientos más violentos para volcar todo su ser dentro de mi. Orgasmos.

Semanas después.

Leí atentamente el contrato sobre la mesa mientras aspiraba el cigarrillo tamborileando los dedos de mi mano libre sobre la mesa del escritorio, Alfie permanecía en silencio sentado en su belgere agitando su vaso de whisky.

– ¿Que significa esto?

– Es mi testamento – Bajé la hoja de papel para escupir el humo observándolo atentamente – ¿Qué?

– ¿Qué sucede? – Se removió incómodo en el asiento de cuero pasándose la mano por la barba para observarme atentamente.

– Cariño, las malas noticias nunca vienen de a una – Anunció jugando con la argolla de oro en su dedo índice.

– ¿Qué pasa?

– Mis viajes a Windsor tienen una justificación diferente a la de los negocios con O'Connell – Se levantó para sentarse sobre el escritorio enfrente de mi.

– Alfie.

– Seré directo, amor. He estado viendo un doctor, tengo cáncer – Se me apretó el estómago, y mi garganta se secó automáticamente, apenas pude verlo arrodillarse frente a mí por los ojos repletos de lágrimas, tomó mis manos – es terminal amor.

– E... Es... Eso qué significa – Las palabras apenas salieron de mi boca.

– No tiene cura, mi amor – Buscó mi mirada tomando mi mentón entre sus dedos – no voy a sanarme.

– ¿Vas a morir? – Alfie lanzó un suspiro que pareció resonar en la habitación, besó mis manos acariciándome el rostro, para asentir pausadamente.

– Si, cariño – Una daga se clavó en mi pecho, deslizándose desde mi garganta hasta mi estómago, abriendo mi carne, rompiendo mis huesos partiendo mi pecho en dos dejando expuesto mi corazón, para arrancarlo de una sola vez las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas volviendo mi respiración agitada – los doctores me han dado poco tiempo.

– ¿Cuánto?

– Eliette, yo...

– ¿¡Cuánto!? – Alfie bajó la mirada con mi grito desesperado.

– Seis meses – El llanto comenzó a salir profuso de mi boca, me abracé a él con fuerza sollozando contra su pecho, aullando, gritando, gimiendo, vociferando entre las lágrimas que desgarraban mi ser.

– ¡No, Alfie, no!

Sra. Solomons. [{COMPLETA}]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora