Nueve

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JungKook

— ¿Qué te sucedió, Jeon?— preguntó YeSung al verme entrar, sí, una cara del asco a falta de no dormir, sumándole el gran hematoma en mi mejilla.

—Me quedé investigando algo...— en sí dije la verdad, pero no tenía ninguna relación con el proyecto en la escuela.

—Creo que sería bueno que vayas a la enfermería a dormir un rato, te ayudaría.

—Tal vez...— susurré para ver como pasaban unos compañeros fuera del aula, no conocía sus nombres pero si su reputación como bravucones del salón.

Algún ser que sepa por qué sólo a mí se me ocurren estos planes...

— ¡¿Qué te traes, ojete?!— gritó uno de los chicos ya en el suelo, bueno, parece que aún tengo fuerza aun si ya no me ejército.

— ¿Yo? Nada, sólo que no soporto ver a idiotas como tú pasar frente a mí.

—Hijo de puta. — susurró antes de comenzar la pelea.

El maestro no tardó en venir por el escándalo que gritaban demás alumnos del pasillo, terminaron mandándome a dirección junto con los otros tres chicos.

—El director vendrá en un minuto, esperé aquí. — dijo la asistente del ya mencionado, una vez que me dejó solo me levanté de mi lugar y camine hacia los archiveros del escritorio y los de la esquina derecha, sólo los archiveros en la esquina tenían llave, mientras que en los otros estaban abiertos.

Mis dedos iban cambiando los cientos de expedientes, leía las etiquetas que contenían los nombres ubicados en las costillas de los folders. Mi vista buscaba los apellidos de "Yon", "Xun", "Min" y "Hill".

Nada en el primer gabinete, en el segundo sólo encontré "Min YoonGi" y "Connor Hill". Nada en los demás gabinetes, mi corazón se aceleró al escuchar unos pasos fuera de la dirección, tomé los dos expedientes y los guarde en mi mochila sin importar si se maltrataban, volviendo a tomar asiento como si nada hubiera pasado.

—Joven Jeon— habló el director, iba a pararme pero me detuvo con una seña de su mano derecha —. No es necesario, ¿Sabe por qué está aquí? [...] Puede retirarse, y que no suceda otra vez, ¿De acuerdo?

—Sí, señor— respondí abriendo la puerta, pero algo hizo duda en mi mente, y creo que el único que me responderá sincero será el director —Disculpe, ¿Puedo hacerle una pregunta?

— ¿Sobre qué, hijo?

—Sobre los trofeos en la Facultad de música.

— ¿Qué con ellos?

—Un amigo estudiaba aquí...— dije sin mirar al director, desde el primer día su mirada me ponía nervioso y aparte jamás he sido bueno mintiendo del todo —Y me dijo que tenían varios trofeos por concursos, pero ahora no hay nada... ¿Qué les pasó?

—Ah, eso— suspiro —. Sí, había muchos, pero los quitamos por petición de varios alumnos.

—Ya veo...

— ¿A qué viene eso?

—Nada en especial.

Salí por fin de la dirección, me dolía más el hematoma del fin de semana que los golpes que me dieron, al menos podía decir que no fue en vano. Necesitaba la llave de esos gabinetes si deseaba saber a quién acudir...

Mi madre no supo de mi pelea en la tarde, tal vez el director esperaba que le dijera yo mismo, pero al ver como sólo llegó y se disculpó por no hacer la comida le había mandado a descansar, no quería darle un problema ahora. Preparé un poco de comida para los dos, hice el aseo de la casa y terminé los deberes de la universidad. Cuando había acabado todo ya era tarde, no me sorprendería que fueran entre las seis o siete de la tarde.

Había decidido tomar una pequeña ducha rápida, más para calmar el dolor en todo mi cuerpo, el hematoma en mi pómulo izquierdo comenzaba a dejar de doler tanto, pero ahora tenía una leve cortada en mi labio y mi cuerpo con algunas zonas rojas que lo más seguro es que sean mañana hematomas. Salí ya del baño con mi pijama, pero en cuanto entré divise una figura que hizo que me detuviera.

— ¿Qué es esto?— habló Hyung frente mi escritorio sosteniendo con una mano el diario mientras que la otra tenía una foto.

— ¿Cómo entro?

—Por la puerta. Tú madre me abrió, quise esperar abajo pero insistió en que subiera a tu habitación.

—Ya veo... — susurre algo nervioso, Hyung dejó todo nuevamente en el escritorio. Se acercó a mí observando mi rostro, notaba en su mirada algo oscura, uno que me daba nervios y escalofríos en toda mi espalda.

— ¿Qué te pasó en la cara?— sonrió —. Te dejo unos cuantos días solo y terminas golpeado.

—No presté atención a una bola de béisbol...

— ¿También en el labio?— no respondí —, No importa, ¿Qué tal las cosas en la Universidad? Pronto serán los parciales.

— ¿Por qué ha faltado? Trate de llamarlo y no me responde, lo mismo con los mensajes.

—Se descompuso mi móvil, estoy incomunicado. Y a lo de las faltas, tenía asuntos pendientes que arreglar.

—Ya veo... ¿Regresará ya a la Universidad?

—No, JungKook— intentó acercar su mano a mi rostro, tal vez para sentir los golpes pero terminé haciéndome para atrás. Quería confiar en Hyun, fue mi primer amigo aquí, él no sería capaz de hacerme toda esta estupidez... —. No te pienso hacer algo, ¿Todo en orden?

—Sí, es sólo que se me hace raro volver a verte...— dije caminando hacia el escritorio y guardar el diario y las fotos.

— ¿Hay algo interesante en ese diario, Kook?

—No, nada, son cosas tontas— me daba tanto miedo el que dijera mi nombre en cada oración. Mis manos temblaban delatando mi nerviosismo, genial, mi propio cuerpo me delataba.

—Si son tontas, muéstramelas— me quitó una foto de los chicos, esa en donde se supone que alguien parecido a SeokJin aparecía. Al verla se quedó estático, pude notar como su mandíbula hacia presión haciendo que se marcara en su rostro y que un poco de las venas de su cuello que gracias a la camisa dejaba ver su cuello desnudo.

—Tienes que irte...

— ¿Cómo conseguiste esto, JungKook?-— quedé en silencio, jamás había visto aquella faceta molesta y seria de mi amigo, y me daba mucho miedo —. Tienes que decírmelo. ¿Cómo carajos conseguiste esto?

—Hyung, vete.

—No te metas en esto, JungKook— dijo tomándome del brazo, apretando su agarre, cerré los ojos esperando lo peor pero un grito pronunciando mi nombre hizo que ambos lleváramos nuestra vista a la escalera que estaba cerca de la puerta de mi habitación.

— ¡JK!— entró YeSung con JongHan atrás, SeokJin ya me había soltado. El último soltó una risa para avanzar a la puerta.

—No pierdas el juego, JungKook.

— ¿Interrumpimos algo?

—No... — respondí, helado ante las palabras de SeokJin. Él es quien estaba detrás de todo esto...

—Tienes una gran recámara— dijo nuevamente YeSung observando todo, JongHan se sentó en la orilla de mi cama.

—Tienes una cama cómoda.

— ¿Qué hacen aquí?

—Tenemos que avanzar el proyecto, ¿Lo recuerdas?

Mierda.

—Claro que lo recuerdo. — mentí.

—Claro que no, y no te culpamos. Después de la paliza que te dieron los de la otra clase yo también quisiera dormir lo que queda del día.

—Hanie, siempre duermes— dijo YeSung mirando con una pequeña sonrisa —, Pase lo que pase.

YeSung y yo reímos, mientras que JongHan susurraba algunos insultos a nuestras personas. Avanzamos el proyecto, pero algo siempre estuvo en mi mente: SeokJin conocía realmente a JiWoo y, muy probable, él era quien me metió en éste juego.

Hortensia || ¡JJk! || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora