Diez

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JungKook

—Por Dios, estas hirviendo— dijo mi madre mientras miraba el termómetro que hace segundos estaba en mi boca con la misión de marcar mi temperatura. Esta mañana he amanecido sudando pero le reste importancia y fui en mi labor de ducharme, pero apenas había entrado a la ducha mi cuerpo se había desplomado y mi madre me socorro —. Lo mejor será que no vayas a la escuela, te pondrías poner peor.

Me volví a quejar tapándome con las cobijas, todo mi cuerpo sudaba según mi madre, pero yo sentía tantos escalofríos y mis dientes tiritar del frio que sentía.

—Intentaré no tardar tanto, te llamó más tarde. Te quiero, Kookie— beso mi cabeza para quitarme las cobijas de un jalón y hacer que el frio del movimiento congelara mi cuerpo —. Tomate la medicina, esperemos que estés mejor. Me llevaré esto— y se llevó las cobijas, dejándome en posición fetal mientras temblaba.

Al principio creía que estaba fingiendo, pero nunca he sabido mentir y menos a mi madre. Desde pequeño era así, no podía ni siquiera mirar a los ojos de quien le mentía. De todo lo que me podía pasar era enfermar, como si lo que estuviera pasando no es ya molesto.

Mi móvil comenzó a vibrar, tal vez sería la dirección para ver por qué no he ido a la Universidad, pero llamarían a mi madre, no a mí. Tomé el móvil de mala gana y temblando. Observé que era un mensaje, una dirección.

"no me jodas tan temprano."

Envié el mensaje y volví a bloquear el móvil con la intención de dormir pero volvió a vibrar.

"¿No querías ver las cintas?"

"Déjame en paz, SeokJIn."

No volvió a sonar de inmediato. No hasta que la fiebre había bajado un poco, y aún con mi cuerpo pesado baje a almorzar.

"no soy Jin"

El mensaje venía junto con una foto del nombrado a lo lejos escribiendo en su aula.

"muy buen edit."

"no soy Jin, carajo."

"¿Entonces?"

"Ve a los golpes."

— ¿Qué...?

Un fuerte estruendo sonó en la sala, habían roto una de las puertas de cristal del jardín, y ahí estaba, una figura vestida de negro con un casete, no pensé mucho y corrí hacía mi móvil para llamar a mi madre. Giré y no había nadie...

— ¿JungKook? ¿Qué sucede? ¡¿JungKook?!

—Yo... Me equivoqué, lo siento...— sin esperar respuesta de mi madre colgué la llamada, recosté mi espalda en la puerta cerrada del refrigerador mientras que mi cuerpo tocaba el suelo, lleve mis manos a mis costados de la cabeza, ocultándome y comenzar a mecerme. Esperaba que aquel acto me hiciera desvanecer solo un momento de todo esto, no pedía un día u horas, tal vez solo 10 minutos era feliz, yo podría estar bien...

Quería que parara esto. Y en ese momento de desesperación una idea ilumino mi mente, se apareció como una idea clara, mi salvavidas: Yo no estaba en todo aquello.

Yo no estaba metido en esto, ni siquiera conocía a JiWoo.

Podía olvidarme de ella. Era capaz de hacerlo y lo haría. 

Hortensia || ¡JJk! || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora