Diecisiete

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SeokJin


Cada noche se me ha vuelto más complicado dormir, pero ni siquiera despierto puedo salvarme de recordar su rostro entre lágrimas.

Tal vez hoy sería un buen día para ir con mi madre, no, me haría demasiadas preguntas y tarde o temprano le contaría toda la verdad.

Miró el móvil con la esperanza de que cierto mensaje llegué o una llamada, pero nada. Lo tomo y entró a la aplicación de mensajes entrando al contacto de cierta persona mostrando su último mensaje, "SoMin"

"Nos vemos mañana, Seok"

Suspire lanzando hacia la cama el móvil, mientras miraba el viejo closet negro lleno de ropa. Sólo elegí una camisa negra de manga larga, un pantalón de mezclilla algo ajustado y un tenis. El teléfono fijo sonó a la distancia, caminé a paso rápido hacia la cocina y contesté llevándolo a mi oído derecho.

— ¿Sí?

¿Por qué vas a verle?— se escuchó del otro lado —No te entiendo, ¿Qué planeas al hablar con SoMin?

No hacía falta preguntar quién era, puesto que en aquél tono rasposo de voz hacia que mi memoria se activara.

—Sigo el juego— respondí, una risa se escuchó.

Maravillosa jugada, te hiciste pasar como la víctima pero resulta que eres la mente maestra... ¡Perfecto!

—Si eso era todo lo que querías, colgaré.

Sólo una cosa más, vigila a tu crío, no querrás que descubra todo antes de tiempo ¿O sí?

Sin responder colgué, alistando mis cosas para salir hacia el vehículo frente al edificio. Este pueblo está olvidado de Dios, está lejos de todo. Campos que no pueden cultivar por el clima. El próximo destino era Busan, donde llegamos a convivir en más de una ocasión, ¿Qué fue lo que nos orilló a hacer esto?

Estaciono el auto y bajo al pequeño café, donde una persona en especial espera en una mesa del interior.

Era tal como imaginé, no cambio mucho. Seguía con su largo pelo, esta vez un poco menos de volumen. Ese estilo me hace recordarla, ¿Acaso piensas copiar su estilo, SoMin?

—Seok— habla con una sonrisa, sin levantarse. Tome asiento frente a ella —, No has cambiado nada.

—Tú tampoco— eres igual de doble cara como siempre —.Te has cortado el pelo.

—Sí, supuse que un cambio me iría bien.

— ¿Y es una casualidad que lo cortases igual que "ella"?

Un silencio se formó, ahora ninguno sonreía. Las personas que nos rodeaban desaparecieron y sólo estábamos SoMin y yo.

Ahora aseguraba mis ideas, nosotros solo estábamos unidos hasta ahora por ella. Lo que solíamos llamar "confianza" o "amistad" era solo una máscara de algo sucio, algo que crecía dentro de todos.

—Lo es. — respondió con un toque de molestia. ¿Te he molestado por decir la verdad? Sí, siempre te molestó que todos descubrieran tus mentiras. Igual que a todos.

— ¿Sólo para eso has pedido verme?

—Me gustaría, pero no— hablo optando por una posición más recta —, Ya casi es el día.

— ¿Y? Tú te alejaste de todo en cuanto tuviste la oportunidad.

—Sabes que ya no podía estar ahí. No desde que- la interrumpí.

— ¿Y qué pasó, SoMin?

Y había caído, era fácil siempre tender trampas a la hora de hablar. Si eso no ha cambiado supongo que mucho menos su hipocresía.

—Esto es una estupidez. — se levantó.

—Eso no pensaste cuando traicionaste a tu mejor amiga intentando que su novio la dejará y estuviera contigo.

No tardó el sonido de la palma de ella chocar contra mi mejilla. El ardor comenzó a molestarme, las personas miraron hacia nosotros. Tal vez preguntándose si le habría dicho que me había acostado con alguien, que se yo, la imaginación de las personas siempre llega a sorprenderme.

— ¿Y qué si la traicione? Logré que Connor se acostara conmigo.

—Pero no que dejara de pensar en ella— respondí calmado —. Dime, ¿Acaso dijo su nombre mientras te follaba? O ya sé, te dijo que fue una equivocación.

Observe su rostro, sabia perfecto que le molesto. Los recuerdos siempre lastiman. La delicada mandíbula de su rostro de marcaba, sus labios finos de color rosado hacían un pequeño berrinche.

—Cuida tus espaldas, SeokJin.

Y se fue. Dejándome solo.

Las mentiras siempre debían salir a la luz, ¿No, JiWoo?

Hortensia || ¡JJk! || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora