-¡¿Hasta cuando Hoseok?! ¡Estoy harto de esto! -grita, dejando salir todo.
Su pecho le duele, su corazón sangraba y él lo sentía. Había llegado a su límite, verlo a él, al amor de su vida, tocando, besando, acariciando, sonriendo, diciendo miles de cosas dulces al oído de otra persona lo hizo tocar fondo.
-¡¿Por qué me tratas así?! ¡Hoseok! -gritaba mientras golpeaba el pecho del mayor.
-¡Mierda ya basta! -respondió un irritado, lo aparta bruscamente.
TaeHyung cae aun lado de la habitación. Observa a Hoseok mirarlo con furia. El mayor removía su cabello sin entender porque su pequeño novio se comportaba repentinamente así. TaeHyung sin embargo reprimía todas las palabras que quisiera decir. Se guarda todo, porque a pesar de querer decirle lo que sabe, tenía miedo de que Hoseok dará por terminado su relación.
Él conocía el juego.
Y es que TaeHyung lo amaba. No podía imaginarse un futuro sin Hoseok.
-Solo quiero que sea como antes—responde siendo un poco sincero. —Quiero a mi Hobi, a mi amor, a la persona de la cual me enamoré..—dice apenas audible.
TaeHyung estaba roto, como siempre. Aunque lo estaba enfrentando ahora, TaeHyung no estaba diciendo toda la verdad, todo lo que sabía. No estaba diciendo que ya sabía sobre la infidelidad de Hoseok, quizás el menor no quería aceptarlo muy en fondo de su mente, si no lo dices no es real.
—Esa persona ya no existe Kim. —responde el mayor sin mirarlo.
TaeHyung siente un nudo en su garganta que le impide hablar. ¿A que se refería con que ya no existía? Diablos. ¿Por qué lo estaba llamando así? El menor intento ignorar el hecho de que su novio lo llamo Kim. TaeHyung sintió ganas de vomitar repentinamente, pero se obligo a no hacerlo.
Hoseok no quería discutir más. Ya estaba cansado de todo esto, quizás era momento de tomar cartas en el asunto. Hoseok no podía fingir que todo estaba bien, y es que también se odiaba por tratar así a TaeHyung. Él sabía lo mierda que era como persona y que al no poder controlar sus impulsos siempre terminaba lastimandolo.
—Ya estoy harto de ver tu patética cara todos los días —continua el mayor— ya me harte TaeHyung—el menor sintió su corazón latir rápidamente, casi sabiendo lo que se venía. —No puedo seguir fingiendo
—No—interrumpe.—No lo digas —se pone de pié torpemente acercándose al mayor con la única intención de tocarlo—..he cometido un error, tú tienes toda la razón —continúa sin dejar de llorar, su voz se rompe— yo soy el que esta mal.
TaeHyung se pone en frente del mayor e intenta tocar su rostro, pero él solo lo esquiva, evitándolo. TaeHyung temeroso continúa hablando.
—Olvida lo que te dije, olvida todo—le implora, sin importarle cuanto se esta humillando— sigamos así, puedo vivir con eso— se arrodilla lentamente delante del mayor y agacha la cabeza vencido— pero no me dejes Hoseok, por favor.
El mayor suspira cansado. Odiaba ver a TaeHyung tan débil. Desde que lo conoció siempre fue tan sumiso, tan débil, tan sensible, que lo odiaba. La razón del porque había estado con TaeHyung era para enseñarle a ser fuerte, para volverlo inmune contra los demás, pero ahora solo lo sentía como un peso.
TaeHyung no tenía nada que perder desde su perspectiva. No le quedaba nada, solo tenía y quería a Hoseok, su Hobi o sentía que moriría. Sin él nada tendría sentido, no habría motivo para vivir.
Hoseok se puso de cuclillas hasta llegar al mismo tamaño del menor y tomo entre una de sus manos el rostro abatido de este. Lo obligo a verlo a los ojos, analizo su rostro; ojos llorosos, nariz roja, labios azules, rostro pálido y nada atractivo ante sus ojos, ¿Quién era él?
—Entonces seguirá siendo a mi modo pequeño —respondió con sarcasmo y burla, sonriendo de costado.
Dio un casto beso en los labios de TaeHyung antes de ponerse de pié, tomar su casaca de cuero y salir de la habitación, dejando a un TaeHyung destruido.
—No me esperes —fue lo último que se escuchó antes que la puerta de la sala principal se sierre.
—No lo haré.. —murmuró TaeHyung.
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Te Amo [HopeV]
FanfictionTaeHyung pensó que el amor lo puede todo... ... Eso pensó. «Mi amor por ti Hoseok, es mas fuerte que mi infelicidad»